Temp. 2, cap. 14

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—¡Chifuyu, aquí!

—Souya, ¿Qué pasó? —preguntó Chifuyu, al verme en el suelo sangrando, se quedó helado— Hyung... ¡Que venga la ambulancia aquí!

La ambulancia me llevó al hospital, sentía gritos a mi alrededor, sin embargo, mis ojos no podían abrirse.

No sé cuánto tiempo pasó, pero de repente las voces solo se volvieron un eco vacío y sentía que estaba nadando en la nada misma, mi cuerpo flotaba y todo a mi alrededor estaba oscuro.

A lo lejos sentía voces, pero mi cuerpo no me respondía, no quería moverse. Pude ver una luz cegadora frente a mi, alguien me llamaba, me decía que vaya hacia ella.

Siempre estuve en la oscuridad, toda mi vida había estado sufriendo. Mamá, por fin podré ir a verte, sin embargo... No quiero morir, más bien, no puedo morir, no después de todo lo que pasó.

Mis ojos buscaron desesperados por todos lados, la luz seguía siendo embriagadora, comencé a caminar lejos de ella.

He vivido en una constante oscuridad y las personas que siempre me salvaron fueron ellos, ellos siempre me sacaron de mi oscuridad.

—Souya, Yung...

Me di vuelta rápidamente, sé que dicen que al morir, no debes ir hacia la luz, pero... ¿Por qué la luz no se puede convertir en lo que yo quiero? La luz no la veré al morir. Mis piernas corrían a toda velocidad, la luz no la veré cuando deje este mundo, la luz la veré con ellos.

Salté hacia la luz y pude jurar que sentí una calidez inmensa rodearme. Mis ojos se abrieron lentamente, la luz me cegó durante un momento.

—Souya...

—¡Hyung! —Souya se levantó como bala y fue rápidamente hacia mi— no hagas esfuerzo, ¿Cómo te sientes?

Sus ojos estaban rojos e hinchados, levanté mi mano con algo de dificultad y acaricié su mejilla.

—Lo siento, parece que de alguna manera siempre te hago llorar —reí.

—No digas eso, estás aquí y eso compensa todo —sonrió— te amo Hyung, me asusté mucho.

—Lo siento —susurré— ¿Dónde está Yung?

—Él está bien, revisaron que no tenga ninguna herida y por suerte no encontraron nada. Está en casa, sano y a salvo —Souya tomó mi mano— en nuestra casa.

Poco tiempo después llegó el doctor, me explicó que la herida de bala había sido grave y me tuvieron que hacer una transfusión de sangre, fue difícil encontrar un donador ya que yo era O+, pero como si de un milagro se tratase, la persona que compartía mi mismo tipo de sangre era...

—¿Chifuyu? Tengo que agradecerle después.

—Lo harás cuando salgas del hospital —respondió Souya.

Pasaron unos días y finalmente pude salir, aunque tendría que ir a tratamiento para que puedan tener un seguimiento de mi salud, luego de eso podría estar bien.

Quería saber qué había sido de Kisaki, así que fui con Takemichi para que su amigo nos dijera qué pasaba en esos casos.

—El juez está decidiendo si condenará a Kisaki con pena de muerte o cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Todos sus aliados ya están en prisión, logramos acabar con varias organizaciones criminales gracias a ustedes, así que se lo agradecemos —dijo sonriente— con respecto a Hanma, él desde hace años estaba siendo buscado por la policía por asesinato, así que su condena será la pena de muerte.

—Gracias Naoto.

Salimos de allí, no pude evitar sentir un ligero dolor en el estómago, no sabía si eran nervios o qué cosa. De algún modo me sentía mal por Kisaki, lo odiaba, pero eso no impedía que piense que todo pudo haber sido diferente si tan solo hubiera soltado su obsesión. Key estaría viva y su familia también, la culpa me hacía doler el corazón, ahora sí sentía el peso de todas aquellas vidas que arruiné.

Nunca te olvidaré.Where stories live. Discover now