Capitulo 23: La bestia

814 35 2
                                    


A la mañana siguiente en el departamento de Yelena

- ¡Buenos Días! – saludaba Yelena al despertarse a Natasha y Wanda que por pedido de la rubia se habían quedado cuidando a Beth y por lo tanto habían pasado la noche en casa de las Belova.

- ¿Qué haces aquí? - Contestó Natasha - ¿No me digas que te pasaste la noche teniendo sexo con el bomboncito mientras nosotras y tu hija dormíamos en las demás habitaciones? - preguntó asumiendo la abogada.

- Buen día para ti también Natt y no Kate no se quedó en casa - contó mientras se servía una tasa de café.

-Buen día Yel - Wanda si saludó - no le hagas caso a Natt, está idiota porque no la dejé meterse en la ducha conmigo - Wanda sabía cuales eran las reglas en la casa de Yelena: 1) Nunca dejar a Beth usar la cocina sola y 2) No tener sexo en su ducha

- Gracias a Dios que existes tu para frenar al demonio sexopata de tu prometida Wanda- le dio un beso en la mejilla.

- Además si Kate y ella se hubieran quedado en casa teniendo dulces sesiones de amor nos hubieran invitado ¿cierto? - miró a su amiga para asegurarse.

- Jaja - río la rusa - ¿y ahora quienes es el demonio sexopata? - se burló de su ex capitana. Yelena ignoró el tema.

- A propósito hay una caja en mi habitación que necesito que se lleven - les informó Yelena - tómenlo como un regalo de Kate.

Wanda al escuchar regalo no la pensó dos veces y prácticamente voló a la habitación para estar de vuelta en la cocina casi en tiempo record.

- ¿No estarás muy desesperada? - Preguntó Yelena - antes que la habrás - porque sabía que lo iba a hacer - No quiero ningún tipo de bromas al respecto - pidió mirando a sus dos amigas.

- Ay Lena ¿bromas?, sabes que ese no es mi estilo - mintió la abogada abriendo la caja - Por el amor de Dios... ¿qué es esto? - preguntó por simple reflejo porque ya sabía de que se trataba

- ¡Natti ! - La avivo Wanda - Son películas como las que te gustan ver a ti mientras tu crees que yo no estoy - confesó la pelirroja.

- ¿Tu la dejas tenerlas? - pregunto sorprendida Yelena a la bailarina mientras Natasha hurgaba en la caja sin prestarles atención a la conversación de las otras dos.

- Yel créeme, hay veces que tengo que escapar de ella porque no puedo más y esas películas se convierten en mis mejores amigas ¿entiendes? - explicó Wanda

- Está toda la colección completa de Jessica Larsson - Natasha no lo podía creer - Bueno ya sabemos quien es el demonio sexopata ahora eee - concluía mirando a Yelena con una sonrisa maligna - ¿Y cómo es que decidió regalarlos? - preguntó curiosamente.

- Pues algo así como que yo la obligue – contó la rubia tratando de quitarle importancia.

Las otras dos la miraron inquisidoramente

- No me miren así... Es mi novia y yo...

-¿Tu novia? - preguntaron juntas

Yelena no pudo disimular la sonrisa, le encantaba decirlo - Si si - solo dijo.

- ¿Si si? ¿Es lo único que vas a decir? - La presionó su amiga - llevamos meses aguantándote trapear el piso con tu cara larga y ahora lo único que dices es "si, si" – evidentemente eso no le alcanzaba.

- Bueno pues anoche la fui a buscar como tu sabes, tuvimos una charla muy interesante en el estadio - reía al recordarla - y bueno, eso... simplemente pasó. Somos novias - Volvía a sonreír, de verdad le fascinaba ese título.

Cuando, donde y como el amor quieraKde žijí příběhy. Začni objevovat