Capitulo 32: ¿Una cocinita?

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Espacio común del edificio de Yelena - Sábado a la mañana

-¿Puede colocar los juegos al fondo del jardín? No quiero que los niños anden correteando cerca de la mesa de tartas - Yelena estaba dando indicaciones acerca de cómo organizar las mesas y demás cosas para el cumpleaños de su hija - Y de paso dígale a la rusa malhumorada que la necesito - la rubia había puesto a su amiga como encargada de los postres y Natasha llevaba dos horas gritándole a cualquiera que se atreviera siquiera a echar una mirada a sus preciadas tartas. - Puffff - suspiraba agotada la fotógrafa.

La semana anterior al cumpleaños de su hija había sido... intensa, por así decirlo.

Por empezar, después de la noche del "trágico" accidente del parque por el cual Kate fue declarada culpable y sentenciada a pasar la noche en su últimamente desalojado departamento, Yelena Belova despertaba lista para iniciar su semana laboral con una imagen que la desestabilizó emocionalmente... La mismísima Kate Bishop estaba durmiendo en su sillón. Pero no estaba sola, en sus pies se acurrucaba un pequeño Golden y entre sus brazos se acomodaba una niña rubia idéntica a Yelena pero que cada vez se parecía más a Kate.

Durante el resto de ese día no pudo concentrarse en nada, no lograba enfocarse en su trabajo, no encontraba un lugar para meter todos los invitados al cumpleaños de su hija... no podía hacer nada. Lo único que su mente hizo fue divagar entre varias imágenes: su novia y ella, su novia y su hija durmiendo en el sofá como dos ángeles, su novia y ella en la cama un día domingo jugando con cinco o seis mini Yelena o mini Kate. La foto de una familia perfecta la persiguió durante todo ese día.

Yelena quería a Kate a su lado para toda su vida y lo quería ya. El problema fue que al día siguiente, durante la segunda prueba del vestido de Natasha y el suyo de dama de honor, la rubia se le ocurrió la brillante idea de consultar su futuro con la rusa, y recibió una respuesta que al parecer ya era común entre sus amigos "¿estás loca, borracha o que?" - Natasha no solo estaba opuesta a la idea de una numerosa familia, sino que pensaba que su ex capitana se estaba apurando demasiado. La artista se obligó a sacar esa image de su cabeza.

Pero Kate no ayudaba. Ese mismo día la morena jugaba en su estadio, y a pesar de que la jugadora insistió que Yelena, su hija y sus amigos vieran el partido desde el palco porque no quería que su rubia tuviera que aguantar las cosas que se dicen desde la tribuna, el grupo, liderado por Steve y Natasha, no se dejó convencer y se sentaron en la misma fila de la primer partido. La fotógrafa le aseguró a su novia que no tenía que preocuparse pero como la pelinegra no quería pasar otra noche sola en su departamento recurrió a las demostraciones públicas. Y por demostraciones públicas me refiero a que luego de que el locutor del estadio la presentara como "la estrella del equipo" y Kate saliera a la cancha lista para jugar, la deportista cruzo varias filas de las gradas para llegar a su novia, agarrarla de la cintura, levantarla y besarla al mejor estilo "¡Oigan! Miren todos, ella es Yelena Belova y es MI novia" Este gesto no sólo hizo que Kate sumara puntos ante la JPDY, sino que hizo volver las imágenes a la cabeza de la rubia fijándolas aun más si era posible.

Obviamente esa noche a ninguna revista o diario le importó que Kate hubiera echo 47 puntos rompiendo un record absoluto en el club, la noticia era otra y los periodistas ya tenían su tapa para el día siguiente. Los periodistas, otro tema que a Yelena no le sentaba muy bien. Ya no sólo hacían vigilancia en su estudio sino que también se los encontraba en la puerta de su casa, en el colegio de Beth y hasta Natasha se quejaba de haber visto uno que otro rondando por su vecindario. Sin contar que luego de la famosa declaració de amor pública de su novia los celulares de ambas chicas no pararon de sonar. Yelena recibió todo tipo de llamados, familiares, de amigos, empresarios, firmas que la querían para hacer negocios y hasta inclusive amenazas de distintas mujeres, una en especial le llamó mucho la atención porque la voz de la mujer era sospechosamente parecida a la de la maestra Hill. En el teléfono de la pelinegra, por el contrario, no se podían identificar nombres, sólo aparecía "chica noche de lluvia en boliche", "chica karaoke", "rubia noche de la playa", etcétera, etcétera. Yelena hizo que su novia atendiera una por una de las llamadas y se disculpara con las mujeres que llamaban. Bueno eso fueron los primeros llamados, porque apenas la artista empezó a notar como esta modalidad, en vez de que las mujeres se alejaran de su novia, hacía que la vieran más interesante aun, fue ella misma quien se encargó de las disculpas. De más esta decir que eso no terminó muy bien y que Kate nuevamente terminó en el sillón de Yelena con el cachorro y Beth acomodados en ella.

Cuando, donde y como el amor quieraTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang