Cuando, donde y como el amor quiera

Capitulo 50: Te lo advertí

En el salón contratado para la fiesta de casamiento. Dos semanas para la boda

Yelena, todas sus damas de honor y las de Kate estaban ultimando detalles para la boda. Habían citado a los encargados de las flores, los del catering, música, decoración, e inclusive la señora Luisa había ido para coordinar sus esfuerzos en el pastel de bodas con los demás contratados.

- No,no,no y no - Natasha se enojaba con los encargados de la decoración - ¿Cuántas veces les dijo Yelena que no queremos un escenario con una banda? Esto no es un baile de graduación es una boda...

- La boda de la que están hablando todos los medios - agregó Pepper

- Como ya le explicamos Señorita Romanoff, es necesario tener una banda para los momentos en que la música del DJ no es la adecuada - explicó el musicalizador.

- ¿Disculpe? - Yelena se paraba de su asiento donde tenía su perra interior en estado pasivo debido a la vigilancia que Wanda estaba haciendo sobre ella. Pero ya se había cansado - Déjeme entender una cosa...

- Agárrense - advirtió Natasha

- ¿Usted, el musicalizador que me cobró cientos de dólares...?

- Por no decir miles - agregó Peggy

- ¡Exacto! - Aseguró Yelena - Miles de dólares por poner su estúpida música en mi boda...

- Discul... - el hombre se trató de defender

- ¡Silencio! - lo hizo callar la rubia

- Esa es la rubia que yo quería ver - alentó la rusa

- ¡Ya mismo quiero que todos ustedes saquen sus inutiles cuadernitos y anoten lo siguente - cada uno de los encargados se dispuso a escribir - "Nosotros somos simple empleados que hacemos lo que la señorita Belova...

- Y sus Damas de Honor - América se había contagiado de las otras

- Y sus damas de honor. No cuestiono. No pregunto. Solo lo hago - dictó.

- Porque para eso me pagan - Natasha los hacía escribir también.

- Señora Luisa no la veo anotando - Increíblemente Kamala también se unía a las militares de sus amigas. La señora la miró, murmuró algo por lo bajo y anotó.

- ¡Si a alguien no le gusta las disposiciones de Yelena - gritó la Pepper - Pueden marcharse ahora mismo! - esperaron a ver si había movimiento.

- ¡Perfecto! - Dijó Yelena al percibir que ninguno de los contratados se iba - Ahora cada una de nosotras va a decir lo que ustedes tienen que hacer ¿entendido? - preguntó.

- Creo yo que la Señorita Belova les preguntó algo - presionó Natasha. Parecía la preparatoria esto.

- ¡Entendido! - Dijeron a coro.

- Bien - aceptó la fotógrafa - Amé comienza tú - ordenó amablemente

- Hemos decidido que queremos cambiar el menú Frances por uno mexicano - dijo mirando a las personas que estaban en el salón representando el catering - y que los vinos sean de Napa Valley en vez de New York, de esta manera vamos a representar a la región de California en la boda.

- Pero eso no se puede cambiar a dos seman...

-¿Vio esa puerta? - Le señaló Yelena - Por allí puede salir si sigue quejándose - le dijo a la mujer que había osado a hablar.

- Sigo yo - dijo Pepper sacando sus anotaciones - En cuanto al salón creemos...

- No creemos, estamos seguras - corrigió Natasha, que era una experta en el arte de hacer sentir mal a una persona.