Capítulo 24

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—Me ama, no me ama, me ama...

Observé incrédula la margarita en mis manos, solo le quedaba un pétalo y lo arranqué igual que había hecho con los demás.

—No me ama.

Amar era algo demasiado grande, incluso una flor estaba de acuerdo. Aunque... Leo me quería desde su niñez.

Cansada de pensar en lo mismo me dejé caer en mi sofá y me puse a jugar en mi teléfono. Necesitaba un trabajo.

Aburrida me acomodé boca abajo y moví ligeramente mis pies apoyando mis codos en el sofá. Me dediqué a matar tiempo viendo vídeos de YouTube y recordé la broma de Leonardo sobre ser youtuber. Quizás no era tan mala idea.

...

Balancee mis pies esperando sentada en un banco a mi cita y como estaba aburrida me distraje viendo las nubes.

—Va a llover —dijo alguien sentándose a mi lado.

—Buenas tardes Leo —saludé alegre y le besé la mejilla.

—Soy Vinchi. —informó él—. ¿Cómo estás Tui?

Sonrojó automático. Lo había confundido.

—Bien —murmuré apenada—. Esperaba a DiCaprio, pero no me molesta charlar contigo, hace mucho no te veía.

—Si, nunca concordamos, pero quería hablar contigo sobre algo.

—¿Una chica? —pregunté sonriendo.

—Sí, ¿recuerdas la amiga que iba a ver?

Asentí efusivamente.

—Me enamoré de su hermana —explicó algo avergonzado.

—Uy, a tu amiga no le hará gracia.

—¿Que tan frito estoy del uno al diez? —cuestionó preocupado.

—Diecinueve.

—Um... Tendré que esforzarme —expresó pensativo.

—Todo en la vida lleva su esfuerzo, solo debes estar seguro de que eso en lo que te esfuerzas es lo que de verdad quieres, entonces valdrá la pena.

—¿No crees que mi hermano valga el esfuerzo? —inquirió y me codeo.

Nuevamente me sonroje y me quedé en silencio. Pero tras unos segundos meditandolo sonreí y me puse de pie.

—Sí Vinchi, Leo vale todo el esfuerzo... ¿Puedo pedirte un favor?

—Lo que sea cuñadita.

De reojo le di una mala mirada a Vinchi por como me había dicho y no comenté nada. Saqué mi teléfono de mi bolso y abrí la cámara para dárselo.

—Grabame —pedí y cogí mi patineta.

—Vale —accedió—. Listo.

—Hola —saludé amistosamente y trague saliva—. Soy la reina de la torpeza y el día de hoy les mostraré como patino.

Leonardo DaVinchi arqueo una ceja y yo subí a mi patineta tratando de no sonrojarme. Empecé a impulsarme suavemente sin problemas y observé a Vinchi.

—Como ven no tengo problemas en matenterme en pie, pero sinceramente he caído mil veces antes de llegar a este punto...

Solté un gritó al caer con la patineta por unas escaleras y me levanté llevando una mano a mi dolido trasero.

—¡Tulipán! —gritó alguien a lo lejos—. ¿¡Estás bien!?

Al ver a Leo patinando en mi dirección me asusté y dirigí mi mirada a Vinchi.

—Corta y dame el teléfono —pedí—. No le digas nada de esto a tu hermano.

Vinchi me dio mi teléfono y ambos observamos a Leonardo patinar hasta nosotros y bajar de su estimado Roberto para brindarme una mirada de preocupación.

—Tuli, amor mío, ¿te has hecho daño?

Negué tímidamente y Leo suspiró aliviado.

—Me has dado un buen susto Tulipán.

—Ella estaba grabando un vídeo para internet —informó Vinchi.

Ametralle con la vista a Leonardo DaVinchi y observé con vergüenza a mi interés amoroso.

—¿Un vídeo? —inquirió Leo—. ¿Y en patineta? Ni siquiera sabes frenar Tulipán.

—No me regañes —murmuré refunfuñando—. Solo quería probar ser youtuber, necesito un trabajo.

—Era por eso —murmuró Vinchi y me sonrió dándome una palmadita en la cabeza— .Podrías subir el tuyo cayéndote, tendrás muchas vistas.

Leonardo le dio una muy mala mirada a su hermano y me tomó la mano haciéndome un gesto de seguirlo.

—Tuli, subir vídeos es peligroso.

—No soy tonta Leo, no diré mi verdadero nombre ni datos personales. Sé que no es fácil ganar dinero en eso, pero al menos me distraere hasta conseguir algo mejor. Además, que Vinchi tiene razón, no importa si soy torpe en mis vídeos, puedo subirlo en humor y la gente lo tomará como algo preparado.

—¿Segura de querer hacer esto? —cuestionó.

—Tan seguro como el hecho de que te quiero.

Ante esa afirmación Leonardo solo asintió poco convencido.

—Tendrás mi apoyo.

—Lo sé, Leonardo DiCaprio.

Reina de la torpezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora