-1#Capítulo#-

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{Sorpresa, Sorpresa...}

Rubí#.

Cerré mis ojos dejándome llevar por la suave melodía que se colaba hasta lo más profundo de mí ser.

Solté un suave suspiro, quitándo me los cascos y dejándolos en mi cuello, tomé el lápiz y sin darme cuenta presione la goma contra mi labio inferior, pensando. Al final simplemente escribí en el cuaderno lo que se me había pasado por la cabeza, mientras tocaba el piano.

Solté otro suspiro y me recoste contra el respaldo de la silla giratoria, pasé la mano por la peluda espalda de Algodón, que ronroneo felizmente acurrucandose más contra mi estómago.

Giré mi vista hacia la ventana que se situaba a mi derecha viendo que ya el sol se ponía, dejando a su paso un oscuro cielo cubierto por un manto de estrellas.

Me levanté de la silla con Algodón en brazos, lo dejé en su pequeña torre, luego me acerqué al tocador dejando mis cascos en el escritorio por el camino, tomé la coleta que tenía en la muñeca y me hice un moño mientras me miraba en el espejo.

Los tres años que han pasado se me notan claramente, ahora con 21 años seguía teniendo la cara en forma de corazón, ya no tenía el flequillo y el pelo me llegaba a la altura de los hombros, las mismas cejas pobladas pero finas, los ojos azules pero ahora un poco más oscuros debido a mi transformación, la misma nariz recta, mis pálidas mejillas, y los labios finos de color rojizo.

Frunci mis labios.

En cuanto a mi cuerpo también había cambiado, y se notaba muchísimo gracias a los entrenamientos, tenía el pecho no tan grande pero tampoco plano, una pequeña cintura con ligeros abdominales marcados pero sin llegar a que se vea mal, las caderas anchas y las piernas gruesas.

Metí las manos en el gigante suéter que traía y que dejaba en claro que no era de mi talla, salí de la habitación y bajé las escaleras sintiendo a Lea, mi Loba, inquieta.

-¿Qué pasa Lea? -le pregunté, abriendo el link.

-No lo sé pero estoy nerviosa, tengo el presentimiento de que algo va a pasar muy pronto -me contesta.

-¿Bueno o malo?

-Bueno, y tiene que ver con Nuestro Mate -dijo, haciendo que me quedé de piedra a mitad de las escaleras.

-¿Cómo lo sabes?

-No lo sé, simplemente lo siento -dijo, y corto el link.

~Sorpresa, Sorpresa~ pensé sarcástica, no era la primera vez que pasaba, la otra vez dijo algo así y en realidad fue un malentendido.

Escuché unos toques en la puerta así que terminé de bajar las escaleras y la abrí, lo siguiente que sentí fue como todo se puso boca abajo.

-¡Evan Bajame! -chille, porque el castaño me había cargado en su hombro.

-Yo también te quiero gritona -dijo, pero no me bajó, en cambio empezó a caminar conmigo, guindando de su hombro.

-¡Pues Yo Te Odio! -exclame, dándole puñetazos en la espalda baja.

-Ya.

Alcé mi vista viendo a Alice venir hacia nosotros con los ojos llenos de lágrimas.

-¿Alice qué... ? -empecé a preguntar pero me maree cuando de repente Evan me dejó en suelo.

Me sostuve del brazo de Evan por un momento para luego mirar a Alice que le temblaba el labio inferior.

-Es.. Scott -me susurro Evan apretando sus labios en una fina línea cuando frunci mi ceño sin entender nada.

MÍ Hermosa Mate.Onde histórias criam vida. Descubra agora