26#Capítulo.

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{Justicia.. ¿pero a qué costo?}

Andrés#.

Me dolía cada respiración que intentaba hacer, estaba cansado pero por suerte la Guerra ya había terminado, la buena noticia es que mi Manada y yo ganamos, no mate a Arno pero si lo debilite lo suficiente y ahora mismo se encontraba encerrado en los calabozos de mi mansión.

Caminé de un lado a otro sin despegar mi vista de la puerta, adentro de esa habitación se encontraba mi Mate siendo examinada por varios doctores y enfermeras.

-Mi niño deberías dejar que te examine... -repitio Nana, ya había perdido la cuenta de cuantas veces me lo había dicho, suspiré con cansancio.

En eso la puerta se abre acelerando mi corazón, unas cuantas enfermeras salieron en fila y se pararon enfrente de mi, me hicieron una reverencia y siguieron caminando, luego salieron dos doctores, una mujer y un hombre, que eran los que estaban atendiendo a mi mate.

-Alpha -hablo el doctor, hicieron una reverencia -su mate está establece pero.. -ambos se miraron inquietantes.

-¿Pero..? -pregunté ya harto de esperar.

-Está en coma Alpha, -dijo la doctora y sentí que mi corazón se hundía en mi pecho, dos gruesas lágrimas rodaron por mis ojos.

-¿Qué? -mis labios pronunciaron pero apenas lo podía asimilar.

-No sabemos cuando despertara, podrá ser mañana, dentro de una semana o hasta en un año, no lo sabemos, -dijo el doctor, -esto pasó porque le colocaron una droga para mantenerla cedada y su cuerpo no reacciono bien a ella, en especial su cerebro, luego tuvo que utilizar sus poderes para defenderse y eso no ayudó en nada.

-También creemos que hizo el conjuro ut de corpore meo, el cual consiste en que tu lobo o vampiro abandone tu cuerpo, pero nuestra Luna lo haya anulado antes de que se completará. -Trague saliva.

De mi mente no salían las palabras 'está en coma'.

Mi corazón palpitaba tan fuerte que me dolían los tímpanos, esto no puede estar pasando, y yo era el responsable de esto, si tan solo hubiera averiguado a donde iba...

-Es nuestra culpa... -aúlla Jackson en mi interior.

-Necesito verla -dije y antes de que los doctores pronunciaran alguna palabra entre a la habitación y entonces la vi.

Estaba sobre la cama, tenía una intravenosa y oxígeno, también estaba esa máquina que maracaba sus latidos, solté un suspiro tembloroso mientras me acercaba a ella, se veía relajada, hasta parecía que dormía.

Me puse de rodillas a un lado de su cama y tome su mano entre las mías.

-Cielo yo.. -un jadeo salió de mis labios mientras más lágrimas llenaban mis mejillas, -todo esto es mi culpa, si tan solo yo te hubiera preguntado, o te hubieran escoltado, no lo sé -negué con la cabeza seguido de apoyar mis labios en sí mano dejando un suave beso, -haré que Arno sufra, lo haré, todo esto es su culpa, y Alice también tendrá su merecido, ¿cómo pudo traicionarte de está manera? -me levante dejando su mano a su costado con delicadeza, acerca mi rostro al suyo y le deje un casto beso en la frente.

Salí echo una furia de la habitación para dirigirme a los calabozos, en mi mente solo me imaginaba a esos imbéciles siendo torturados.



Dos meses más tarde...

Maxim# (padre de Rubí).

-Sus labios.

Sus labios eran mi vicio pero también mi destrucción.
Los deseaba y odiaba.
Los quería besar y mordisquear.
Pero también los quería lejos de mi, porque una vez tocaban mi piel no había vuelta atrás.
Tal vez mi piel es muy sensible, o tu eres muy irresistible.
Solo sé que mientras estés cerca me vuelvo una idiota porque quiero sentirlos adueñarse de mi boca.
Daría lo que fuera para sentir tus labios una última vez, mientras pienso como llegare a la vejez, sin ti.

MÍ Hermosa Mate.Where stories live. Discover now