30#Capitulo.

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{Depresión y peleas...}

Rubí#.

Entre en la habitación con el corazón en un puño, ahí estaba él, Adriel, mi mejor amigo, con vendas alrededor de sus muñecas por haberse intentado quitar la vida.

Después de minutos de silencio y lágrimas silenciosas decidí hablar.

-.¿Por qué lo hiciste, Adri? -pregunté dando pasos vacilantes hacia él.

-¿Aún lo preguntas? Es obvio, ¿o no? -trague saliva sin apartar mi mirada de la suya. -No te atrevas a juzgarme Rubí, no tienes derecho, tu no sabes lo que se siente, tu tienes a tu mate, te vas a casar con él, ¿yo qué tengo? ¿Eh? Dime, -no despegue mis labios para hablar, quería terminará de desahogarse- exacto, nada, no tengo nada, mi mate me rechazo por un Alpha y cuando por fin creo que puedo ser feliz... -Su voz se rompió a la vez que una lágrima le recorría la mejilla de manera lenta y tortuosa, me acerqué a él y lo envolvi con mis brazos -yo la amaba Rubí, lo hacía de verdad, se supone que íbamos a tener una vida juntos y ahora... ya no está y duele Rubí, duele mucho.. -susurró.

-Ya, ya, estoy aquí para ti Adri, y siempre lo estaré -dije acariciando su espalda, me dolía verlo así, lo quería mucho y no era justo que sufriera, no por Alice.

[...]

Más tarde ese día me encontraba acurrucada bajo dos mantas con los pies contra mi pecho escuchando música con los ojos cerrados cuando sentí que un olor golpeó mi nariz.

Pinos y cocos, mhm...

No me moví de mi cama ni mucho menos abrí los ojos, pero si estuve atenta a su presencia, sentí como la cama detrás de mi se hundió ligeramente con su peso y su aroma se hizo más fuerte.

Su mano acaricio mi cabeza apartando de mi rostro los pelos rebeldes, me volteé abriendo mis ojos, topandome con unos de color verde que me observababan con un dulce amor reflejados en ellos. Sentí mi corazón latir desbocado y las maripositas en mi estómago.

-¿Qué tal te fue, amor? -me pregunto detallando mi rostro con lentitud.

-Bien... dentro de lo que cabe -susurré mientras me terminaba de voltear en la cama para estar de frente a él, me acurruque queriendo sentir el calor que emanaba su cuerpo.

-¿Por qué lo dices? -su ceño se frunció curioso.

--Porque está muy destrozado, amaba a Alice y el que su mate lo haya rechazado por un Alpha... no es nada fácil para él- susurrre con mis ojos cerrados de nuevo sintiendo sus dedos acariciarme el rostro.

-No lo es, no sé que haría sin ti -confesó haciendo que habra mis ojos de nuevo sintiendo mis mejillas sonrojarse.

-Ni yo sin ti -admiti en un susurró, y era la verdad.

No sabía que haría sin él, era mi mate, mi complemento de vida, ¿cómo podría estar sin él? No me imaginaba un solo día de mi vida sin él a mi lado.

-Te amo cielo -me dijo y cuando estaba dispuesta a contestar unió sus labios con los míos.

Los pensamientos que tenía en la cabeza sobre la boda y mi mejor amigo depresivo se evaporaron de mi mente, solo podía concentrarme en lo bien que se sentían sus labios contra los míos, cuando se separo sonreí recordando lo de esta tarde, sentí que se acomodo encima de mi, con sus caderas encimas de las mías y con los antebrazos apoyados en la cama.

-Habías dicho que no me besarias más hasta que prometiera que no me iba a escapar más de Malek y Moad -le dije abriendo los ojos.

-Mhmm... tal vez te siga besando hasta que lo prometas -dijo enterrando su cabeza en mi cuello, sentí su nariz hacerme cosquillas en la quijada y sus labios robarme un suspiro cuando me beso justo en donde el latido de mi corazón resonaba acelerado.

MÍ Hermosa Mate.Where stories live. Discover now