9. Ojos

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Harry no recordó como llego al hospital ni tampoco recordó haber llamado al rubio. Ambos se encontraban en la sala de espera.
Cuándo Harry llegó al hospital corrió a la recepción para preguntar por el castaño, su voz era casi un susurro ya que su garganta se había destrozado por la angustia y el dolor.
En la recepción solo le dijeron que debía esperar a que el médico a cargo del caso diera los informes. Pasaron cuatro horas desde que se sentó y el seguía en una silla de metal, con una mano tapando sus llantos mientras sus lágrimas caían.
Niall no apreciaba al rizado pero aún así no se movió de su lado aún cuando podía esperar en otro lado.
El tiempo seguía pasando hasta que escucharon una voz grave hablar.

— ¿Familiares de Louis Tomlinson? — el rizado pareció que dió brincos para llegar lo antes posible al otro lado de la habitación.

— Soy, soy su esposo. ¿En dónde está?, ¿Está bien? — dos chicos se acercaron al mismo tiempo. Uno de ellos le pareció conocido.

— Soy el doctor Víctor y estoy a cargo de su esposo. El señor Tomlinson llegó hace unas horas con una conmoción cerebral, hicimos unas tomografías computarizadas de urgencia para poder encontrar el problema y tuvimos que operar de urgencia el cerebro — el rizado lo miraba con horror — también tuvimos que enyesar la pierna izquierda y la muñeca derecha, afortunadamente no fueron fracturas expuestas o hubiéramos operado también.

— Pero, ¿Qué carajos pasó? No puede y yo qué pasa si...

— Señor Tomlinson necesito que se tranquilice, se que esto es difícil pero necesita ser fuerte, su esposo ya se encuentra estable pero no sabemos cuándo despertara exactamente.

— Pero ustedes y la tomografía ¿Por qué dice eso?

— Porque operamos el daño físico pero lamentablemente no sabemos qué tanto daño motriz tendrá su cuerpo cuando despierte, tenemos un pronóstico pero es solo eso — el doctor tomo un respiro para continuar y Harry seguía mirándolo mientras entraba en un estado de shock — lo mínimo en las conmociones  cerebrales es confusión pero debido a la lesión esperamos una ligera perdida motriz o afecciones a la memoria.

— ¿Qué se supone que debo hacer ahora?, ¿Esperar a que tal vez despierte? Yo...— las lágrimas se intensificaron y cuando creyó que el médico había terminado de hablar volvió a escuchar su voz.

— El señor Tomlinson parece que estuvo bebiendo antes del accidente, en cuánto llegó nos dimos cuenta que tenía hipotermia y decidimos hacerle unos estudios express y nos dimos cuenta de que estaba empezando a sufrir una congestión alcohólica, así que se le empezó a administrar suero para evitar la deshidratación y también empezamos a subirle la temperatura — tomo aire — le seré honesto señor Tomlinson, su esposo no está bien.  Lo que dificulta un poco las cosas es que tiene desnutrición y eso...

— ¿Desnutrición? Pero ¿por qué tendría desnutrición? — los ojos del rizado brillaban.

— Al parecer su esposo tiene un trastorno de alimentación y esto hará un poco difícil la situación debido a que su cuerpo no se encuentra en óptimas condiciones para...

En ese momento Harry dejó de escuchar y empezó a sentir de nuevo su garganta atarse en un nudo doloroso y asfixiante. ¿Cómo era posible que lo haya descuidado tanto? Pareciera que lo había olvidado pero haciendo memoria recordo las veces que Louis fingía quedarse dormido para no comer o las veces que aseguraba que comía en el estudio.
Se sentía terrible y tan culpable, ¿Por qué Louis no le había dicho nada? Su esposo era precioso no debía cambiar nada, era la persona perfecta que cualquiera quisiera conocer, pero si es tan perfecto¿Por qué decidiste buscar a alguien más?

— ¿Si entendió verdad señor Tomlinson? — la voz del médico lo saco de su mente.

— Mmm — Harry solo miraba el piso.

— Ahora puede pasar a verlo pero no debe intentar moverle — los ojos de Harry se iluminaron con esperanza — sígame, sólo puede venir una persona — mencionó después de que el rubio empezará a caminar tras ellos.

Recorrían los pasillos de la planta alta del hospital mientras el médico apuntaba algo en su carpeta. Cuando llegaron a la habitación abrió la puerta y ambos entraron. La habitación tenía tapiz gris y era amplia. Agradecía que ambos tuvieran un buen trabajo.

En el centro estaba la camilla amplia y en ella estaba Louis, su esposo. Tenía moretones en sus pómulos y una venda que pasaba por su cabeza cubriendo una parte importante de ella. Como el doctor le dijo, Louis tenía dos yesos y una intravenosa.

— Tenga, desconozco si aún funciona pero lo tenía en uno de sus bolsillos del pantalón — el doctor le tendió el celular del oji azul al rizado — puede quedarse, cualquier cosa no dude en llamar — le entregó un control a Harry — su esposo mejorará, tenga fé— con eso el médico salió de la habitación.

Harry sostenía el celular en una mano y con las otra se pellizcaba con la esperanza de estar soñando pero no despertó.

Camino hacia su esposo u tomo su mano sano y entrelazó sus dedos con los de Louis.

— Amor, ya estoy aquí. No me iré, no te volveré a dejar solo. Lo prometo — beso su mano y después se tragó sus lágrimas.

Sería fuerte por Louis, porque lo necesitaba, porque cuando se casaron y dijeron sus votos él prometió estar con él todo el tiempo sin importar si era una mala situación o una buena. No volvería a dejarlo a la deriva. Ni si quiera sabía porque lo hizo desde un principio,  ¿Cómo es que se atrevió a hacerle todo?
Los imanes en sus pulmones, pecho y garganta regresaron, parecían que estaban siendo atraídos a otros imanes dentro del cuerpo de Louis porque cada vez que recorría su cuerpo con la mirada estos salían de lugar cada vez más, desgarrando todo a su paso haciendole sentir un dolor nuevo, uno que no quería volver a sentir.

— Tengo esperanza de que pronto volveré a ver tus ojos, amor — su voz se entrecortaba y las lágrimas pararon, ya habían salido todas las que podían salir esa noche. 

Guarda tus lágrimas. [L.S] EN EDICIÓN Where stories live. Discover now