Interés Mutuo • KTH (COMPLETA)

𝕋𝕣𝕖𝕤

Capítulo 3
Futuro esposo

El taxi la había dejado frente a un lujoso restaurante que sólo la puso más nerviosa. Diana miró su reflejo en la ventana de uno de los autos, había escogido un vestido color vino el cual había considerado apto para una reunión como esa, sus brazos quedaban expuestos en su mayoría por lo cual decidió usar un suéter negro junto a unas zapatillas del mismo color. Su cabello castaño caía en ondas por sus hombros, Diana se consideraba una chica de belleza normal. Sus labios eran ligeramente carnosos, tez pálida, ojos grandes y marrones, cabello castaño oscuro ondulado con un flequillo sobre sus cejas que solía despeinarse ligeramente.

— ¿Por qué estoy haciendo esto? —tomó una bocanada de aire. Su teléfono vibró con un mensaje de HaeSook, no tenía cabeza para atenderla en ese momento—Tú puedes, Diana—se dijo así misma—Todo es un negocio, sólo es un año, el tiempo pasa volando.

Acomodó su vestido antes de entrar al restaurante, antes de salir de casa se había asegurado de que su hermano y su madre estuvieran durmiendo. Había dicho a su madre que saldría con HaeSook un rato.

—Buenas noches—saludó al hombre mayor de recepción. Podía sentir algunas miradas acusatorias por su aspecto tan barato según ellos—Disculpe, creo que tengo una cita hoy...

— ¿Nombre?

— ¿De quién?

—De la persona que hizo la reservación, señorita.

—Ah—sonrió con nerviosismo—No lo sé.

— ¿Disculpe? —el viejo de recepción comenzó a juzgarla con la vista—Esto es un restaurante de calidad.

—No lo dudo. Disculpe—hizo una reverencia antes de girar sobre sus talones. En ese instante chocó con alguien más, aquella persona la sostuvo evitando que cayera, Diana con ojos bien abiertos reconoció ese rostro.

Era él, Kim TaeHyung.

Su cabello azabache brillaba con las luces del local luciendo sedoso, sus ojos oscuros la observaron fijamente colocándola más nerviosa de lo normal, era más alto de lo que aparentaba en las fotos, sus labios un poco delgados se movieron pronunciando unas palabras que no pudo escuchar. Parpadeó varias veces regresando a la realidad, el asistente Jeon se acercó con una reverencia.

—Señorita Diana.

TaeHyung la soltó y ella retrocedió más que avergonzada. El señor Kim tenía un abrigo café vistiendo formalmente, ¿Existía alguien así de guapo?, en su muñeca derecha tenía un reloj dorado, Diana podía asegurar que valía más que su propia vida.

—Señor Jeon—saludó aclarando su garganta—Pensé que llegaba tarde.

—Creo que fuimos nosotros quienes llegamos tarde—la voz profunda del pintor aceleró su corazón, sus manos eran grandes y sus dedos largos, Diana imaginó verlas llenas de pintura o sosteniendo un pincel—Me disculpo.

—No, no, no tiene que hacerlo.

—Esperaré en el auto—JungKook iba a girarse, pero Diana se apresuró a preguntar.

— ¿Por qué se irá?

—No creo que me necesiten en este momento—sonrió ladinamente. TaeHyung asintió permitiéndole retirarse, Diana guardó silencio siguiéndolo a la recepción, fue sorprendente el cambio en el rostro del viejo.

—Señor Kim—sonrió—Un placer tenerlo por aquí.

Diana bufó rodando los ojos. Las personas por el dinero hacían cualquier cosa.

"No debería juzgar eso cuando estoy aquí por esa razón"

—Tengo una reservación para esta noche.

El viejo se fijó en Diana.

— ¿Ella viene con usted?

—Así es.

Una sonrisa de satisfacción apareció en los labios de la castaña. El hombre pidió a uno de los empleados que los guiara a su mesa, Diana se sintió inquieta cuando TaeHyung con un gesto la dejó pasar primero, controló su corazón diciéndose que todo saldría bien.

La mesa estaba en una esquina un tanto privada, no se escuchaba tanto escándalo allí, la música suave hacía un poco agradable el lugar, candelabros grandes decoraban el techo de espejos, Diana tomó asiento al mismo tiempo que el señor Kim, el menú fue expuesto en segundos por el camarero, la chica al ver los precios levantó sus cejas.

¡Con eso podía comprar una hermosa casa en el vecindario más costoso de Seúl!

Diana no supo que escoger, no tenía mucho apetito tampoco. Escogió al azar sin fijarse demasiado, TaeHyung se recostó del respaldar del asiento apoyando sus manos juntas en la mesa. La chica pensó en una manera de iniciar la conversación, aquel sujeto estaba mirándola mucho.

—El señor Jeon dijo que hizo los cambios al contrato.

—Así es—asintió—Fueron muchos cambios.

—Lo siento.

—No, está bien. ¿Quedaron más dudas?

Tenía muchas, sí. Tae sonrió ladinamente inclinándose adelante, Diana aprovechó para mirarlo de cerca, era un hombre muy atractivo. También muy elegante para ser pintor, notó algunos rostros voltear a verlos, algunos estaban reconociéndolo.

—No.

—Yo tengo una, no llenaste el espacio con la cantidad que deseas.

—Ah, sí—colocó un mechón detrás de su oreja—Eso es porque me cuesta creer que vaya a hacer esto.

—No está obligada a hacerlo.

—No es eso, jamás pensé que me casaría por interés—bajó la mirada—El señor Jeon...le contó de mi situación, ¿No es así?

TaeHyung tardó un poco en responder.

—Sí—no apartó sus ojos de ella—Todo esto sólo será temporal, sé lo mucho que necesita el dinero, usted me ayuda y yo la ayudo, así de simple.

Diana levantó la mirada encontrándose con la suya. A TaeHyung le pareció hermoso la inocencia y el brillo que se notaba en sus ojos grandes.

—Interés mutuo, ¿Cierto?

—Así es.

El camarero trajo dos copas y una botella de vino sirviéndola. Diana no recordaba la última vez que había bebido vino, había pasado mucho de eso. Al probar el líquido hizo memoria, había sido al graduarse de la secundaria.

— ¿Su nombre real es Diana?

— ¿Oh? —la castaña dejó la copa en la mesa—No, Diana fue un apodo que me pusieron de niña, siempre me gustó ese nombre—explicó.

—Así que...

—Mi nombre real es Im HyeJin.

—Mi asistente me dijo que su hermano tiene una discapacidad mental y que su madre está enferma.

—Sí.

—En el contrato hay una cláusula referente a ello, quisiera que mañana por la mañana leyéramos el contrato antes de firmarlo.

— ¿Tan pronto?

—Debe ser lo más pronto posible.

Diana aclaró su garganta, sus nervios regresaban.

—Apenas estoy asimilando esta información.

—Mientras más pronto lo hagamos, mejor—dijo antes de beber de su copa.