𝔻𝕚𝕖𝕔𝕚𝕠𝕔𝕙𝕠

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Capítulo 18
Villana

Diana entreabrió sus ojos sintiendo dolor en su cuerpo, no podía moverse, su cuerpo estaba atascado con el cinturón de seguridad, la adolescente de quince años colgaba de cabeza, sus manos tocaban el techo del auto, a su lado no estaba su padre, al menos no lo veía cerca. Adolorida se quejó de dolor, el pómulo derecho tenía un corte, su frente sangraba mezclándose con el sudor, fue dicho dolor que hizo caer a la joven en la inconsciencia.

Despertó de golpe sintiéndose sofocada, como si siguiera en ese auto. Encendió la luz de la mesa de noche encontrándose en su habitación, se levantó de la cama dirigiéndose al baño, recogió el agua del grifo con sus manos llevándolas a su rostro, al secarse regresó al cuarto mirando la cama, no podría dormir, tampoco tenía ganas de hacerlo. En el reloj vio que marcaba las cuatro de la madrugada, TaeHyung estaría durmiendo a esa hora, la castaña caminó por el pasillo escuchando sólo silencio, aunque podía distinguir el sonido de las olas logrando serenarse un poco, terminó llegando al salón donde se encontraba la piscina, los ventanales le dejaban tener una vista hermosa del mar, tomó asiento en una de las sillas recostándose allí. Suspiró mirando distraídamente el agua.

El recuerdo del accidente amenazaba con volver a su mente, se obligó a pensar en su madre y su hermano. Sus ojos ardieron, siempre que pensaba detenidamente en su familia sentía las ganas de llorar, desde la muerte de su padre sentía que era su obligación mantenerlos bien, pues fue por ella que ocurrió ese accidente hace ocho años atrás.

▪︎▪︎▪︎

TaeHyung había hecho su rutina diaria esa mañana, al salir de su cuarto pasó por la habitación de Diana tocando su puerta, al personal le parecía curioso que durmieran en habitaciones separadas estando recién casados, pero al no ser problema suyo sólo les quedaba callar. Una de las empleadas al verlo frente a la puerta se acercó.

—Señor Kim, su esposa está en el salón de música en este momento.

A Tae le extrañó. Generalmente él se levantaba primero que ella, miró la hora en su teléfono encontrando las ocho de la mañana.

— ¿Ya desayunó?

—No, dijo que lo esperaría a usted para comer juntos.

—Gracias.

Se dirigió al salón de música que quedaba en el extremo derecho de la casa, la puerta se encontraba entreabierta, Diana estaba sentada frente al piano tocando una tecla al azar, se notaba que no tenía idea de lo que hacía, el chico sonrió un poco tocando la puerta. Ella volteó a verlo con una sonrisa forzada, sus ojos se mostraban tristes.

—Buenos días, señor Kim.

—Buenos días—Tae se acercó hasta sentarse a su lado—Te levantaste temprano.

—Sí—alejó sus manos del piano—Desde las cuatro realmente—él sintió curiosidad—A veces...sueño con el accidente de hace años—se sinceró—Después de eso me cuesta dormir de nuevo, paso el día con sueño.

—Lo siento mucho, HyeJin.

—Está bien.

— ¿Tu madre sabe de esto?

—Sí, al principio solía despertar gritando, mi hermano se asustaba y terminaba causándole una crisis de nervios—suspiró.

—Podías llamarme y me habría quedado despierto...

—No, no podría, mis pesadillas no deben afectarte...

—HyeJin—Tae tomó su mano. La joven levantó la mirada observando el rostro de su esposo, se mostraba realmente preocupado por ella—No soy un ser frío, tengo emociones como tú, si algo te molesta o te asusta me gustaría hacerte compañía si no te molesta.

—Gracias—sonrió apenas—Es lindo escucharlo, pero...el contrato...

—En este momento no quisiera hablar de eso—su otra mano fue a la mejilla de ella cuando una lágrima se escapó, Hye apretó su mano buscando refugio.

—Yo provoqué ese accidente, TaeHyung—susurró—Mi padre no vio el otro vehículo porque comencé a discutir con él—hizo un puchero controlando el nudo en su garganta. TaeHyung escuchaba en silencio—Las personas cuando se enojan dicen cosas hirientes y...él comenzó a decir que a veces su vida sería mejor sin nosotros, que había decisiones que se arrepentía de haber tomado—volvió a mirarlo—Tenía quince años entonces, mis emociones eran más explosivas.

—No fue tu culpa.

—Lo fue. Lo distraje.

—No lo fue, no eras tú quien conducía el otro auto, estos accidentes ocurren todo el tiempo y no es tu culpa—intentó convencerla.

—Paso mis días trabajando porque me siento responsable—su voz flaqueó—Por mi culpa mamá perdió a su esposo y mi hermano perdió a su padre—Diana sollozó—Soy un monstruo, TaeHyung.

El chico la abrazó permitiéndole llorar lo que quisiera, acarició su espalda sintiéndose mal de escucharla así, Diana se sentía como la villana de la historia, nada era su culpa, lamentablemente la vida era injusta muchas veces.

—Eres una chica que está dispuesta a hacer todo por su familia sin importar qué—apartó las lágrimas de sus mejillas—Sólo alguien valiente puede hacerlo, te preocupas por ellos más que por ti misma, alguien de buen corazón lo haría—acarició sus mejillas—HyeJin, hay cosas que no tienen explicación, hay momentos que son tan amargos que se vuelven dolorosos y hay situaciones que debían pasar porque sí. La muerte de tu padre no fue tu culpa, tu madre perdió a su esposo, pero estoy segura que agradece a Dios cada día por permitirle tenerte a su lado.

—Ella merece una buena hija, quiero darles una buena vida...

—Tendrán una buena vida, te lo prometo—sus ojos marrones contuvieron las lágrimas con un pequeño brillo. Diana inevitablemente miró sus labios delgados, Tae hizo lo mismo, la distancia fue acortándose y entonces pasó.

El primer beso oficial de los recién casados.

El primer beso oficial de los recién casados

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Interés Mutuo • KTH (COMPLETA)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant