Lobo Vestido De Cordero, Capítulo 18

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Capítulo dieciocho
Perú sabía claramente lo que quería, una vida llena de paz, ya había madurado y ya no buscaba un final feliz como el de los cuentos de hadas, el ya no esperaba a que un hombre musculoso lo rescatará y lo llevará a vivir a un castillo mientras cabalgaban en un corcel blanco, no, ahora lo único que quería era ser feliz a costa de las cosas simples, el queria ser feliz junto a argentina. 

―Perú, ¿qué es esto?―preguntó argentina, Perú quien se encontraba lavando los platos se dio vuelta a ver qué era lo que quería argentina, su rostro se volvió pálido  al ver que argentina tenía una de sus cartas secretas en su mano, y lo peor de todo es que estaba abierta― ¿Qué es esto?―volvió a preguntar. 

Perú no sabía qué responder, se suponía que él no supiera de la existencia de aquellas cartas, estaba totalmente paralizado.

―Dime, ¿qué es esto?― volvió a preguntar argentina pero esta vez con un tono amenazador― está claro que no querías que lo viera.

Perú seguía ahí parado sin decir nada al respecto, sus ojos no dejaban de mirar a los de argentina, su mente divagaba sin rumbo, de pronto sus recuerdos vinieron a flote y había pensado en un millón de cosas en tan solo cuestión de segundos, todo pasaba tan rápido para Perú. Argentina al ver que Perú no decía nada saco la carta del sobre bruscamente y lo empezó a leer en voz alta.

―"Querido mío, dos puntos"― leyó argentina, Perú trato de acercarse a argentina y arrebatarle la carta de sus manos, pero argentina lo detenía con su brazo―"Ha pasado un tiempo desde la última carta que te he enviado"―continuo leyendo―"y aunque pase el tiempo, sigo extrañándote a montones."

―argentina dame la carta― dijo Perú totalmente desesperado.

―"y no veo la hora del gran gozo que experimentare cuando pueda volver a verte cariño; mi partida ha sido repentina y comprendo que por ello estés molesto, pero no te preocupes cariño"― a pesar de que Perú con todas sus fuerzas trataba de sacarle la carta de sus manos argentina seguía leyendo.

―¡Argentina te estoy diciendo que me des la carta!

―está es mi parte favorita, escucha, "conseguí un trabajo favorable que me ayudara a pagar los boletos de tren para viajar a Nueva York y así podre verte, falta poco para ello, te amo, Firma, Perú", ¿quieres que te siga leyendo?― dijo mientras sacaba otra carta para leerla―"Querido mío no olvides que te amo, pronto regresaré a casa"

―¡argentina dame la carta!―dijo mientras Perú cada vez se volvía más agresivo.

―"cuando consiga la plata, dejaré este  trabajo y volveré a New York", ¿por eso te fuiste de la exposición?

―¡argentina dame la carta!―repetía Perú mientras lo tironeaba la ropa.

― "No falta mucho para irme de este pueblo y volver a verte"― continuó leyendo argentina― "te amo, firma, Perú" , ¿tú querías irte y no me avisaste? ¿querías dejarme de la nada?

―argentina, no es eso, pero, dame la carta― decía Perú mientras seguía tratando de sacarle la carta.

―¿no es que?, Perú no soy estúpido, si desde el principio querías irte ¿porque me hiciste pasar por todo lo que pase? ¿porque no me dijiste desde un principio? Así yo no me hacía ilusiones ¿he?

― ¡no te quiero dejar!, ¡solo dame la maldita carta!

― ¡no mientas, deja de mentir!, ¡tu lo único que hiciste fue mentirme!

― No te mentí, ¡todo lo que te dije es verdad!.― a ese punto, la casa se llenó de gritos, por un lado argentina se sentía estafado, y por el otro lado Perú se sentía atacado por que argentina leyera esas cartas.

―¡no soy idiota! ¡ahora ya se porque no querías ser mi pareja, PORQUE TU TIENES UN AMANTE!― en ese momento el timbre de la casa sonó, y sin que Perú pudiera decir algo argentina se fue a abrir la puerta.

Quien se encontraba detrás de la puerta era un hombre alto, demasiado alto, como de unos 1, 89 cm, elegante desde la cabeza hasta los pies, algo llamativo ya que nadie en el campo viste de esa forma, este hombre venía de la ciudad.

―lamento molestar, pero ¿aquí vive el pintor argentino?― preguntó el extraño, su voz era singular, rara vez alguien podía encontrar a alguien con aquel tono de voz, Perú seguía en la cocina, escuchaba las voces pero no les prestaba atención estaba sumergido en sus pensamientos.

―Si, soy yo, si quiere hablar conmigo lo lamento pero en este momento no puedo― argentina quería que se largará lo más rápido de su hogar, supuso que tendría que ser algún secretario de la organización de arte.

― en realidad no lo busco a usted― dijo el extraño― busco a Perú.

Aquellas tres palabras hicieron temblar Perú, esta vez sí escucho claramente la voz del extraño, sus ojos dejaron de brillar, y se rompió en mil pedazos, pero en vez de escapar, fue directamente hacia la entrada de la puerta, tenía que verlo con sus propios ojos.

―hola Perú― dijo aquel extraño de aspecto perfecto. Perú se quedó ahí parado sin creer lo que veía.

― Perú, ¿lo conoces?― preguntó argentina

El extraño hizo a un lado a argentina y entró confiado y con determinación a la casa.

―muy bien, me alegra verte sano y salvo, es hora de irnos― dijo el extraño agarrando la mano de Perú para llevarlo afuera de la casa, Perú no se opuso, simplemente lo siguió, pero cuando miro los ojos de argentina quien no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, miro aquellos ojos iguales a la brisa, y se detuvo justo antes de salir de la casa.

― No me iré― dijo Perú mientras sacaba su mano de la del extraño. Argentina seguía sin entender todo lo que estaba pasando.

― tenemos que ir a nuestro hogar, es lo que quieres ¿no? Estar en el lugar donde perteneces― dijo el extraño, aquel extraño era Dylan, pensaba Argentina.

― No quiero irme, déjame― el extraño no hizo caso alguno a lo que dijo y simplemente lo agarró con firmeza del brazo y lo intentó arrastrar hasta la salida. 

― El dijo que no quiere irse, suelta su brazo― dijo argentina agarrando a Perú― Él extraño voltio su mirada hacia argentina, su mirada indiferente cambio a una de rechazo.

―¿Tú sabes quien soy? El es mío, hazme el favor de soltarlo.

 ―se quien eres, eres Dylan su amante, pero él no quiere irse, él no es un objeto para que lo lleves donde quieras, el tiene suficiente voto para elegir por sí mismo― dijo argentina.

El extraño soltó a Perú, y miró fijamente Perú con una sonrisa, lo cual era raro, Perú lo miro y luego bajó la mirada, el extraño miro a argentina con aquella sonrisa espeluznante.

―¿amante? Jaja, soy el esposo de Perú, Estados Unidos, jaja, veo que esto es un mal entendido, ¿porque pensabas que yo era Dylan? ¿y porque pensabas que Dylan era su amante?― él extraño mantenía aquel rostro espeluznante, como si estuviera alegre de lo que estaba pasando―¿sabes quién es Dylan?― preguntó Estados Unidos mientras miraba con aquellos ojos azules a Argentina, al ver lo confundido que estaba Argentina supuso que no sabía― espera… ¿no sabes quién es Dylan?, ¡jaja!― nuevamente el extraño lanzó una carcajada espeluznante como si estuviera alegre, ¿qué le daba gracia?― ¿Cuánto hace que viven juntos?¿tres, cuatro meses?, Perú ¿no le dijiste quién es Dylan?― Estados Unidos nuevamente lanzó una carcajada, parecía divertirse ver a Argentina confundido, Perú estaba entumecido, miraba fijamente el suelo― que mal padre eres Perú, ¿te da vergüenza hablar de que tienes un hijo conmigo?

Perú, el país más hermoso (Argentina x Perú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora