Zack.
Nathan ha retomado las clases, nos hemos visto más seguido y a pesar de las amenazas de mi padre con prohibirme estar cerca de él o que me atuviera a las consecuencias, todo marchaba ir con normalidad. Habíamos pasado por eso, por aquello, por tanto y por lo anormal que ser cuidadosos ante nuestros padres y ante la sociedad cada día parecía como cualquier otro; era normal lidiar con toda esa basura.
—Sé que tienen prisa, pero antes de que salgan como caballos despotricados, el trabajo debe ser solamente en pareja. No hay excepciones. Escuchen bien por favor, dije pareja ¡dos! —enfatizó la maestra. —No quiero que vengan a decirme si pueden hacerlo de tres o cinco, desde ahorita les aviso que no está permitido.
El timbre sonó para avisarnos el cambio de clase.
—Antes de salir, dejen sus trabajos sobre mi escritorio —dijo con esa voz gangosa y molesta que suele tener.
Se reacomodó sus lentes alargados y regresó a su silla para continuar guardando todo lo que tenía sobre su escritorio; tenía más desacomodado que un adolescente su habitación. Aunque no debería de importarme como tenía sus cosas, a veces era bastante molesto porque utilizaba su desorden para no dejarnos salir, sus palabras siempre eran: "deberían esperar a que yo primero salga" para después tener que esperar a que guarde cada cosa que tiene regado sobre su escritorio.
Con suerte esta vez no dijo nada y nos permito salir antes.
—¡Zack! —una voz femenina se hizo presente a mis espaldas — ¡Zack! —Me agarró del hombro y voltee enseguida.
—¿Qué sucede? —pregunté sorprendido de ver a Alice hablándome después de nuestro incidente del año pasado.
—El trabajo será en parejas y... Me preguntaba si... —arrugó un poco el entrecejo, agachando la mirada y acomodando con nervios los cuadernos que traía acorralados entre su pecho y sus brazos. —Si quisieras hacer el trabajo conmigo, entendería si me dices que no quieres...
—Sí, de acuerdo —respondí.
Levantó la mirada y sus marrones ojos conectaron con los míos
—¿De verdad? —Su sonrisa se ensanchó y sus blancos dientes quedaron a la visita en una perfecta y tierna sonrisa —podemos hacerlo en mi casa esta tarde. Solo si tú quieres. Espero que no tengas planes.
—Hace mucho que dejé de tener planes, Alice. Ya soy la persona más aburrida de mi edad —sonreí tratando de ser divertido, aunque eso no le haya sacado ni una pequeña sonrisa.
Se reflejó la incomodidad en su rostro y en su cuerpo que se balanceaba de atrás hacia delante.
—Demasiado pronto para chistes —me retracté incómodo —perdón. Esta tarde está bien — asentí al mismo tiempo que reacomodaba la mochila que colgaba sobre mi hombro —te veo después de clases.
—Después del entrenamiento, dirás —dijo sonriendo con delicadeza.
—Sí, claro —sonreí fingiendo que todo estaba marchando bien con el básquetbol aunque la realidad fuera completamente distinta
«Estoy a un paso de no pertenecer más al equipo»
—Lo olvide, últimamente estoy muy distraído.
—Puedo imaginarlo. La campaña de tu padre debe estar consumiéndote... —guardó silencio por unos segundos al mismo tiempo que sus mejillas se sonrojaban. —Lo siento, no es mi intención ser tan inoportuna —reacomodó el mechón castaño que caía sobre su rostro y llevándolo detrás de su oreja, agachó la mirada —eso ya no me incumbe, lo siento.
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𝟟𝟘 𝕪𝕖𝕒𝕣𝕤 𝕠𝕗 𝕝𝕠𝕧𝕖 (En Pausa)
Teen Fiction"Hoy tuve una oportunidad más para extrañarte, para seguir amándote, para escuchar nuestras canciones, para revivir todo lo que fuimos. Y doliste, doliste como solo podrías hacerlo la última noche de febrero de un año bisiesto." Donde Zack y Nathan...
