6. En el fondo

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A Beata le obsequiaron una túnica blanca y por fin pudo bañarse en una tina pequeña. No podía quitarse de la cabeza cómo recuperar todo y vencer, ya no tenía otro escape que creer en la muerte respaldándola, así pues, ¿Cómo la muerte devastaría al monstruo abusador? ¿Cómo tener poder?

Cuando salió del templo, los guerreros y su familia estaban reunidos en el suelo frente al templo, sosteniendo la cena de cada uno, era solo arroz y algunos tallos. Al mirarla, se pusieron de pie para darle un saludo real, incluyendo Erenn.

Ella juntó sus manos, patidifusa.

—Mi señora—dijo Wei—. En nombre de todos, agradezco su presencia y actos, estamos de luto por nuestra gente muerta, pero por usted seguimos de pie para dar justicia. Protegió al rey, y ciertamente no volveremos a pensar en sacarle las tripas.

Ay.

—Muy amable—sonrió ella nerviosa—. Gracias a ustedes por no abandonarnos.

—Hoy sí vemos a la reina, no a la chiquilla que conocimos—prosiguió otro guerrero—. Usted tiene más huevos que muchos de nosotros.

—Y estamos orgullosos de verla crecer—dijo Daster—. Daremos la vida por usted, no porque sea la mujer del jefe.

—¡Es nuestra reina!—Erenn miró a todos, levantando su plato hondo de barro—. Con este trago, honro a los muertos que no tuvieron un digno adiós, y a la que nos salvó la vida.

Ella asintió sonriendo casi llorosa, sintiendo que podía respirar mejor. Tal vez no era tan jodido cómo pensaba. Tenía el respeto de ellos no como una princesa o mujer de su líder, sino como alguien de su mismo hierro.

Lo que era increíble.

Beata se acercó a su guerrero, quedándose a su lado y con Erelynn, cada uno levantó su plato de barro con agua dulce, ofreciéndolo a la naturaleza en nombre de los fallecidos, para garantizar su paz en el otro lado.

Fue una cena para los muertos, un ritual improvisado para reemplazar los funerales, para reestablecer los lazos y darse moral.

—No soy digno de ti—murmuró Erenn cabizbajo—. Mis hombres notaron tu valor primero que yo.

—Tonterías—puso su mano sobre la de él—. Fuiste el primero que me trató con el valor que merecía. Ambos nos equivocamos con todo esto reciente pero...

—No. Quiero tu perdón cuando me lo gane, cuando de verdad haga algo que te quite las dudas sobre lo que hay en mi corazón.

Y esa promesa de redención fue lo que ella quería, un verdadero esfuerzo, no solo palabras.

Miró a Erenn de arriba abajo. Maldita sea, esa armadura era tan sensual sobre él.

—Acepto.

—¿Entonces todo va a estar como antes entre nosotros?—masculló bajo, con necesidad y deseo.

Beata miró al frente.

—No.

—¡¿Por qué?!—alegó él completamente frustrado y desesperado—. Me vendí por ti, hice todo por...

Erelynn los estaba viendo, y no iba a permitir que ella notase la discordia.

Tomó a la niña en brazos y la llevó hasta las sacerdotisas para que la alimentaran. Sin ver a Erenn, caminó entre los árboles, alejándose de todos, segura de que él la seguiría.

—¡¿Qué más quieres de mí?!—llegó él detrás, cuando ya estaban muy apartados del resto—Mujer, no vas a huir de mí ni un momento más... ¡Basta!

Hecha De Sangre Y FuegoWhere stories live. Discover now