Dos

63 6 4
                                    

"Quería aclarar todas las mentiras y dejar que saliera la verdad. Tengo odio a través de mi sistema"

- Aileen Wuornos

En total silencio bajé las gradas, extrañamente la puerta estaba mal cerrada, nos consideran inofensivas y por ello no nos controlan, eso dijo Sasha.

Tuve cuidado con las cámaras y llegué hasta las rejas, no vi a ningún francotirador, intenté abrir las puertas pero todas estaban cerradas y cuando perdí la esperanza una se abrió con un chirrido espantoso, una ventana sin rejas estaba entre abierta y da justo a ese bosque.

Sería una oportunidad de dejar ste lugar pero, ¿a dónde ir?

Nadie espera por mí.

Con cuidado pasé y la brisa fría congeló mis huesos, me aferré a la manta que traje tratando de tener el calor suficiente para no coger un resfrío, seguí caminando a pasos cortos e inseguros por el espeso bosque, la luna apenas se asoma entre las densas nubes, dejando solo destellos de luz que iluminan el camino irregular.

Una brisa helada sopla entre los troncos, enviando escalofríos pr mi columna y con cada paso me sumergí más en la negrura inquietante, el silencio opresivo era roto por el crujido de ramas y hojas secas que pisaba.

—Debería seguir la reglas pero...

A medida que me adentraba más la sensación de ser observada se volvía insoportable. Creí ver una sombra que se movía entre los árboles y jugaba con mi visión periférica, giré la cabeza en un intento de descubrir la fuente de la presencia acechante, pero solo encontré la absoluta oscuridad.

Mis pasos se volvieron vacilantes, y el miedo empezó a apoderarse de mi, no puedo detenerme e ignorando los latidos descontrolados de mi corazón continúe.

Escuché el crujir de unas ramas seguido de respiraciones agitadas y desordenadas que se acercaban a gran velocidad, internamente luchaba contra la paranoia que amenazaba con apoderarse de mi mente.

—¿Ho— intenté hablar pero fui callada.

Una mano tapó mi boca y me apretó contra su cuerpo evitando que escape, intenté soltarme pero la mano restante me inmovilizó, momentáneamente soltó mis brazos y pareció buscar algo en sus bolsillos.

Cada milímetro de mi ser tembló al sentir un cuchillo en mi garganta, presionando contra mi piel y con firmeza rosando la zona.

Quedé paralizada.

¿Así es como termina todo?

De haber sabido hubiese seguido el consejo de Sasha.

—¿Dónde está? —preguntó una voz inhumana.

—Lo perdimos —un susurro que parecía lejano llegó a mis oídos, estaba equivocada, están cerca.

¡¡Muy cerca!!

—¡Busca!

Las personas pasaron a metros de nosotros.

El sujeto que me mantiene cautiva comenzó a moverse y también tuve que hacerlo, su agarre es firme al igual que sus movimientos, un pequeño descuido y el cuchillo cortará mi piel, la presión que ejerce con su brazo sobre mi cuerpo es tan fuerte que empezó a doler.

Si hago el mínimo ruido quizá me mate.

Existe una solución.

Podría intentar golpear sus testículos y correr de vuelta al edificio.

—Ni lo pienses porque no funcionará —susurró en mi oído, su voz distorsionada y siniestra erizó mi piel y por un instante me olvidé de respirar—. No harás ruido alguno, ¿entendido?

RagenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora