EL MAESTRO ESPIRITUAL

CAPÍTULOS DEL 162 AL 167

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CAPÍTULO 162. SUBASTA
DE PÍLDORAS (I)
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Xiao Jingting y Xu Muan se detuvieron en la entrada de una casa de subastas.

"¡Aquí estamos! Casa de subastas Nebula, la casa de subastas más grande de la ciudad del Desierto", dijo Xu Muan.

Tan pronto como Xiao Jingting y Xu Muan llegaron a la casa de subastas, el administrador los saludó de inmediato con algo de miedo. "Dos mayores, ¿qué puedo hacer por ustedes?"

"Me gustaría hablar con tu jefe". Xiao Jingting puso sus manos detrás de su espalda y dijo con indiferencia.

"Mayor me buscó, ¿hay algo que pueda hacer para ayudar?" Se acercó un joven apuesto. Tenía una cara redonda y se veía amable y amigable.

El mayordomo miró al joven que salió y le presentó a Xiao Jingting. "Mayor Xiao, este es el joven propietario de nuestra casa de subastas, Lin Tai".

Xiao Jingting asintió hacia Lin Tai y dijo: "¿Puedo tener unas palabras con usted?"

"Por supuesto." Sin decir una palabra, Lin Tai llevó a Xiao Jingting a la sala de reuniones de más alto nivel.

"Me pregunto qué puedo hacer para ayudar".

Xiao Jingting sacó una docena de botellas de pastillas y las colocó sobre la mesa.

Lin Tai examinó las pastillas en los frascos y su rostro estaba teñido de una emoción inexplicable.

"Mayor, ¿está tratando de vender este elixir a nuestra casa de subastas? Nuestra casa de subastas tiene reservas limitadas y no puede comprarlo todo". Lin Tai dijo nerviosamente.

Xiao Jingting negó con la cabeza y dijo: "No. Quiero que me ayudes a realizar una subasta".

Xiao Jingting originalmente quería abrir una tienda de pastillas en Ciudad del Desierto, pero luego lo pensó y se dio cuenta de que no eran muy conocidos y que no habría clientes justo después de que abriera, por lo que también podría hacer uso de las conexiones de la casa de subastas y realizar una subasta para crear impulso para la próxima apertura de la tienda de píldoras.

"Mayor, ¿quieres confiarle a nuestra casa de subastas la subasta de estas píldoras?" preguntó Lin Tai.

Xiao Jingting asintió y dijo: "Sí".

Los ojos de Lin Tai brillaron de emoción. Las píldoras que sacó Xiao Jingting eran muy valiosas. Realizar una subasta como esta para la otra parte podría aumentar considerablemente la reputación de su casa de subastas. Incluso si no obtuvo un poco de ganancias, aún podría generar muchos beneficios.

"Dado que el mayor confía tanto en nuestra casa de subastas, nuestra casa de subastas, naturalmente, no defraudará al mayor. Pero la Ciudad del Desierto es una ciudad pequeña con un flujo limitado de personas, por lo que necesito algo de tiempo para la publicidad. Mayor, ¿cuándo desea realizar la subasta?", Dijo Lin Tai algo nervioso.

Xiao Jingting lo pensó y dijo: "Dentro de quince días".

Lin Tai lo pensó y asintió con la cabeza solemnemente, diciendo: "Está bien".

Xiao Jingting y Lin Tai firmaron el contrato y luego se fue.

"Joven maestro, ha llegado su oportunidad". Después de que Xiao Jingting se fue, el administrador de la casa de subastas estaba lleno de emoción mientras hablaba con Lin Tai.