Capítulo 18.

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Valerie Haynes.

Eran las 9am y ya estaba lista para salir con Bryce. Hoy iríamos a desayunar y él ya me esperaba abajo en su auto.

Me puse un poco de perfume y labial entonces salí. Bajé las escaleras y lo que vi me asusto.

—¿Estoy en problemas?— pregunté rápidamente.

—El chico O'Connor, Valerie— dijo mi padre con el ceño fruncido —¿En serio?

—¿Qué?— pregunté confundida.

—Lo sabemos todo, Valerie— dijo mi madre.

—Él no es tan malo. En realidad es muy diferente a lo que las revistas dicen. Es un chico muy lindo.

—¿Si tan lindo es por qué lo has ocultado todo este tiempo?— me preguntó mi madre mientras me miraba fijamente —Mejor aún, ¿Por qué un chico lindo hace que nos mientas? Tu no eres así.

—Él ha cambiado muchísimo y apenas ayer hicimos oficial la relación. Por favor denle una oportunidad.

—¿Están saliendo?

—Lo conocí el primer día, por eso llegué tarde a casa.

—Nos mentiste desdé el primer día que lo conociste.

—En serio lo siento— les dije sincera —No quiero que piensen que él es un mal chico porque no lo es.

—¿Segura?— mi padre me tendió un folder blanco con un logo de su estación de policías.

—¿Qué es esto?— Abrí el folder y saqué su contenido. Eran fotos y noticias de Bryce —Si que estaban preparados para la intervención.

—Lo hacemos porque te queremos.

Hojee las fotos sin darles importancia. No era nada de lo que yo no hubiese estado enterada.

¿Bryce era un playboy? Si
¿Gastaba su dinero en fiestas, alcohol, drogas, prostitutas y bailarinas exóticas? Si, si lo hacía y todo eso yo ya lo sabía.

Le entregué sus fotos.

—Él ya no es así.

—¿Qué hay del incidente de ayer?

—Él me defendió de otro sujeto.

—¿Y tu le agradeciste después en el auto?

—¿Nos viste?

—Si, Valerie. Los vi. Vi como estaba casi sobre ti.

—¿Qué hacías en el concierto?

_Pidieron oficiales por la pelea.

—Y decidiste espiarme una vez que ya estabas ahí.

—El verte de esa forma fue coincidencia. De hecho, hubiese preferido no hacerlo.

—¡No seas dramático!— Alcé ambos brazos mientras reía.

—No soy dramático, Lorraine. Lo que pasa es que no tenemos ni 6 meses aquí cuando tu ya tienes novio, nos mientes y nos faltas el respeto.

—Los amo, ¿si?— miré a ambos —Los amo muchísimo pero ya no soy una niña— dicho esto comencé a caminar hasta la puerta.

—¿A dónde crees que vas?— preguntó mi padre detrás de mi.

—A desayunar con mi novio.

—¿Qué te hace creer que tienes permiso?

—¡Esto es ridículo!

—No queremos que te hiera, mi amor— habló mi madre en un cálido tono.

—¡No pueden decirme a quien puedo y a quien no amar!— dije elevando mi tono más de lo que alguna vez había hecho.

Ni siquiera en mi adolescencia les hable así.

—Vuelve a tu habitación, Valerie.

—Pero...— me interrumpió.

—¡A tu habitación, Lorraine!— me gritó mi padre mientras señalaba arriba.

—No.

—¿Disculpa?

—Disculpa aceptada— atravesé la puerta y rápidamente comencé a correr.

Subí al auto de Bryce. Él estaba a punto de besarme cuando encendí el motor.

—¿Pasa algo?

—Pasa que tienes que arrancar— le dije mientras miraba la puerta principal.

—Está bien...— dijo confundido al mismo tiempo que el auto comenzaba a moverse —Creo que alguien esta hambrienta.

—Ellos lo saben.

—¿De qué hablas?— me miró unos segundos y luego volvió su vista al frente.

—Saben que somos novios.

—¿Hablas en serio?

—Sipe.

—¿Y aún así te dejaron salir?

—Me salí— lo miré.

—No te creo— rió mientras negaba con la cabeza.

—Hablo en serio— golpeé su hombro.

—¿Pero cómo fue?— continuó riendo —¿Qué pasó?

—Mi padre fue al concierto ayer. Pidieron a la policía por la pelea y bueno supo que se trataba de nosotros por unas fotos. También me mostró otras tuyas.

—Déjame adivinar...— me miró —Me odian.

—Si te sirve de algo, creo que a mi también— recargué mi cabeza en su hombro y acaricié su brazo.

—No te odian, Val— besó mi cabello.

—Debiste verlos. Sobre todo a mi padre.

—Se comprende, creen que soy un hijo de puta.

—Ya no lo eres.

—Pero eso ellos no lo saben.

—Tienen que darte una oportunidad. Por mi.

—Dales tiempo.

—Eso haré—  asentí levemente.

—Se buena con ellos. Te aman, quieren lo mejor para ti y por la reputación que tengo es normal que piensen que yo no lo soy.

—Pero lo eres.

—No soy ni la mitad del chico que ellos quieren para ti.

—¿Pero qué hay de lo que yo quiero?

—Eso es lo que más importa. Al final tu eres quien decide pero de igual forma si quieres a tus padres felices tu chico debe cumplir con sus requisitos.

—No cumplirás con los de ellos pero si con los míos.

Sonrió ampliamente mientras negaba con la cabeza.

—Te amo. Mucho— fijó sus ojos en mi.

—Y yo te amo a ti.

Besé su mejilla y continuó conduciendo con su vista al frente.

She Saves MeWhere stories live. Discover now