Capítulo 01.

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Bryce O'Connor.

Poco fui recuperando la consciencia. Me sentía realmente incómodo. Levanté la vista un poco, la luz me molestaba. Me encontraba en el piso de la ducha... de nuevo.

—¡Maldita sea!— me levanté a la fuerza, cerré las llaves del agua y entonces salí de la ducha luego de envolver mi parte baja con una toalla.

Salí del baño y caminé hasta mi habitación. En mi cama había dos mujeres desnudas.

"Sexo lésbico" pensé y sonreí para luego aclararme la garganta.

—Zorras—  las llamé y ellas reaccionaron a mí. A pesar de la forma en la que las había llamado —Estoy furioso— dije mientras me cruzaba de brazos.

—¿Por qué?—  preguntó la rubia de los pechos más grandes.

—Porque no pueden sólo tener sexo sin dejar que yo las vea o esté entre ustedes— dejé la toalla caer al piso y luego me lancé a la cama.

Valerie Haynes.

Entré a la casa una vez que me quité los zapatos.

—¿Hay alguien en casa?

—En la cocina, linda— respondió mi madre entonces fui hasta ella.

—Hola, mamá— sonreí —¿Cómo amaneciste hoy?

—Muy bien, gracias. ¿Y tú?

—Me alegro por ti, mami— caminé hasta el refrigerador y tomé una de las botellas de bebida energizante  —Yo también estoy bien, gracias.

—¿Qué tal tu caminata?

—Estuvo de maravilla aunque aún no me acostumbro al clima de por aquí, hace demasiado calor— abrí la botella y di un trago largo para luego sentarme sobre la barra.

—Nada comparado con  Marin, ¿cierto?

—No— reí leve —Sin embargo me gusta.

—A mi igual— me miró sonriente.

—¿En dónde está papá?

—Fue a la oficina.

—Necesitaré ir de compras. La mayoría de mi ropa no me sirve.

—Toma dinero de la caja fuerte y ve en mi auto.

—No te ofendas, mami pero— reí —Tu auto es horroroso.

-—¿Prefieres ir en la patrulla de tu padre?

—En la camioneta.

—Puedo llevarte a la estación de policía si quieres.

—¿Está muy lejos?

—Algo— me miró.

—Tomo una ducha, me arreglo y tú me llevas, ¿si?

—Por supuesto, linda.

Besé la mejilla de mi madre y luego subí hasta mi habitación para luego quitarme mi ropa sudorosa y entrar a la ducha.

Unos 30 o 40 minutos después salí, sequé mi cuerpo con una toalla y mi cabello con otra para luego salir y caminar hasta mi closet. Tomé algo lindo y ligero, hacía mucho calor.

Bajé hasta la sala de estar, ahí estaba ahora mi madre.

—Lista— sonreí.

Mi madre volteó a verme y sonrió.

—Entonces vámonos— tomó un recipiente con el almuerzo de mi padre, las llaves de su pick up y luego salimos.

Ella condujo con cuidado hasta la estación de policías.

—Suerte—  sonrió, tomé el almuerzo de papá y entonces baje del auto.

Entré al lugar y fui hasta una mujer que parecía ser una secretaria/recepcionista o algo como eso.

—¿Esta el oficial Haynes?

—Si— sonrió —En su oficina— señaló una puerta.

—Gracias— sonreí y me quedé afuera cuando lo escuché hablar.

—No puede hacer sus necesidades en donde quiera.

Reí levemente.

—Me urgía.

—Eso no le da el derecho de orinar en la calle.

Me mordí el labio inferior, no quería que me escuchara reír o se molestaría.

—Vayamos al grano... ¿De cuánto es la multa?

—100 dólares.

—No tengo ese dinero

—No, por supuesto que no. Pero no importa. Puedes irte si prometes no meterte en más problemas, ¿sí?

—Sí.

—Bien, puedes irte.

—Gracias, señor. Usted es muy cool.

Reí leve por el adjetivo que uso para describir a mi padre.

Me hice a un lado, la puerta se abrió y luego entré.

—Hola, cielo.

—Hola, papá— sonreí y me acerqué a él para luego dejar su almuerzo en el escritorio.

—Gracias— sonrió y tomó asiento.

—¿Me prestas la camioneta?— lo miré —Necesito ir de compras.

—Claro, cielo— señaló la chaqueta de su perchero entonces tomé del bolsillo las llaves.

—Gracias.

—No es nada— me miró —Conduce con cuidado y cuídate. Ya no estamos en Marin

—Seguro, papá. No te preocupes— salí de su oficina y luego de la estación.

Subí a la camioneta y comencé a conducir hasta el centro comercial más cercano. Como toda chica era probable que pasara todo el día ahí. Amaba comprar aunque en Marin no había muchas tiendas. Sobre todo que no estuviera relacionado con bicicletas o vinos.

Entré a una tienda del gran centro comercial, compré unas cuantas cosas, me pasé a la siguiente tienda y así sucesivamente hasta que me gasté un poco más de 150 dlls.

She Saves MeWhere stories live. Discover now