Capítulo 31.

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Casi 1 año después
Valerie Haynes

—Muevete más rápido, O'Connor— le pedí mientras tiraba de su mano haciéndolo caminar más rápido por los pasillos de la tienda.

—¿Por qué hacemos esto?

—Porque así facilitamos la compra de los regalos a nuestros invitados. Además de que tenemos cosas que queremos y necesitamos —dije mientras escaneaba el código de barras de unas lindas tazas.

—No me has dejado escoger nada.

—Porque cada que me muestras algo resulta ser horrendo.

—Eres mala.

—Y tu eres malo... En esto— reí mientras lo miraba.

—Yo podría comprar todo esto— sacudió levemente su pistola para escanear.

—Yo se que si pero en las bodas debe de haber obsequios.

—¿Y en las despedida de solteros también?

—Supongo que si— alce los hombros para luego darme la vuelta y continuar caminando.

—Tengo hambre, Val.

—Apenas terminemos aquí iremos por unas deliciosas hamburguesas, ¿Te parece?

—Supongo que si— se acercó a mi arrastrando los pies y me rodeó por la cadera luego de colocar su cabeza en mi hombro.

Coloqué mis manos sobre las suyas y reí mientras caminaba casi arrastrándolo.

—Tengo hambre— dijo una vez más para después morder mi hombro fuerte lo que me hizo gritar y hacer que las personas nos vieran.

Bryce se separó un poco de mi. Me volteé a verlo y reí luego de haberlo empujado.

—Vamos a comer.

Entregamos las pistolas para los códigos de barra y salimos luego de haber hecho todo lo correspondido.

—¿Y las listas se las das a los invitados?

—Sipe— afirme mientras seguíamos caminando.

—Son muchas cosas y no invitamos a tantas personas— dijo entre risas.

—Al menos las cosas que recibamos serán lindas y de utilidad.

—No me dejaste elegir nada.

—Ni siquiera estabas interesado en hacer esto. Te quejaste todo el día.

—Por que no soy una chica. No me gusta estar en el centro comercial todo el día y tengo hambre.

—¡Vayamos por esa maldita hamburguesa! Ya estás de mal humor.

—Perdón— dijo luego de varios segundos en silencio.

—No te disculpes.

—Esto es para nosotros y de cierta forma para la boda y eso me emociona mucho... Sólo tengo hambre.

—Lo se, cariño — reí mientras apretaba sus mejillas —No te disculpes.

Llegamos a la línea de Carls Jr e hicimos los pedidos.

—Para que veas que soy una buena prometida— saqué 2 dólares de 20 y los extendí frente a su cara entonces Bryce abrió los ojos y la boca exageradamente.

—No puede ser, mi chica me esta pagando la comida.

—De nada, bebé — le guiñe y me di la vuelta para después entregarle el dinero al cajero quien nos dio el número por el cual nos llamarían para después entregarlo y tener nuestra comida.

She Saves MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora