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Jueves, 24 de abril.

-Eres una estúpida, cieguita y ahora muda- Martin rio un poco y soltó a Martina, haciendo que golpeara su espalda contra los casilleros y cayera al piso.

Lourdes lo observo desde lejos y tenso su mandíbula, esta vez si iba a intervenir.

-Déjala tranquila.- Amenazó Lourdes acercándose hasta Martin.

El morocho carcajeo -¿Quién eres tu para decirme que hacer?-

-Que la dejes en paz, ¡Maldita sea!- Exclamó molesta esta vez y solo basto un poco más de cercanía para que Martin se fuera, sin antes mirarla de mala manera.

-Cobarde- Susurro la castaña para si misma, y llevo su mirada hasta la pequeña tirada en el piso, le tendió su mano pero no la tomó, así que la levantó por si misma.

-¿Por qué no hablas?- Cuestionó y la ojimarron la miró directo a los ojos, pero sin mostrar ningún tipo de sentimiento. Pasaron unos minutos y Martina no respondió.

-Habla un poco, si no lo haces porque ellos te molestan, yo haré que no te vuelvan a tocar ni un pelo- La castaña hablo seriamente. Quería por alguna razón comunicarse con Martina, ya que molestarla no servia de nada si terminaba molesta ella.

Calló unos segundos esperando alguna respuesta por parte de la pequeña, pero no recibió ninguna -Juró que haré que nadie vuelva a meterse contigo- Y luego de decir eso se fue.

Sabía que Martina tenía algo más allá de su Daltonismo. Era lo suficientemente inteligente como para saber que eso solo afectaba la visión, no daba problemas de habla o afectaba el uso de la comunicación. Ella y todos sabían que Martina apenas y hablaba, nunca miraba a nadie a los ojos, y era completamente fría, no mostraba sentimientos, una que otra vez la pena y nerviosismo, pero ahora definitivamente no siente nada, y Lourdes queria saber por qué, y lo  descubrirá aunque tenga que cuidar cada uno de sus pasos.

Blue and red (adaptación martuli)Where stories live. Discover now