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Lunes, 15 de mayo.

Habían pasado semanas, y Martina estaba "mejorando", aunque su rostro serio y pocas palabras seguían, se podía notar ligeramente mejorada. Lourdes por su parte intentaba ser mejor persona, aunque una que otra vez se comportaba con groseria y malhumor, pero esa era su naturaleza, no había nada que hacer al respecto. Sin embargo ya su lengua dolía de tanto morderla para contenerse de no romperle la cara a Martin, cuando se pasaba con sus chistes de mal gusto, y como si eso no fuera suficiente, intenta acercarse a Martina, de una "buena manera". Incluso cuando le dijo bollera a Lourdes solo por intentar ayudar a la susodicha. Pero solo eran celos, o tal vez solo quiere lastimar a la pequeña. Pero Lourdes intentaba mantenerlo lejos de Martina... simplemente porque si. Porque nadie más de ella iba a ayudarla e intentar pasar tiempo con ella.

La ojimarron antes de salir de su casa para ir al colegio, pudo ver como su hermana había dejado tirada en medio del salón su corona de flores, seguramente ya encontró un accesorio más bonito, porque hace días no la utilizaba. Miró cuidadosamente hacia los lados y tomó la corona depositandola en su bolso color azul cielo. Sabía perfectamente donde se vería muy linda esa corona de flores color rosa.

-¿Nos vamos, cariño?- Cuestionó la madre de la rubia, y esta solo la miró, e inmediatamente la mujer supo que eso era un si. Ella sonrió y ambas partieron al colegio. La mujer deposito un casto beso sobre la mejilla de su hija y se fue a su casa, tenía que llevar a Taylor, su otra hija, con su padre. Él cual no era el mismo que el de Martina.

La ojimarron entró al instituto, y momentos después ya tenía a Lourdes a su lado, quiso sonreír cuando sintió la presencia de la castaña al lado suyo, pero no lo hizo... ¿no podía? ¿Por qué tenia que ser así?

-Luces bien hoy, Mar- Halago Lourdes, mirándola atentamente, la ojimarron no hizo ningún comentario; sin embargo sus mejillas tomaron un color rojizo, y la ojiverde sonrió satisfecha por su reacción.

La ojimarron deslizó su mochila desde un hombro hasta el otro, y luego la tomó en sus manos, sacando con delicadeza la corona de flores, y luego de tenerla en sus manos coloco de nuevo su mochila en su espalda. La castaña se mantenía distraída enviando textos animadamente en su teléfono celular. Martina apenas tocó su brazo, y esta por curiosidad se volvió hacia la pequeña, quien se detuvo, haciendo que la castaña repitiera su acción. Lourdes estaba perdida en el color marrón de los ojos de Martina, y la verdad estaba feliz de que pudiera distinguir ese color, así puede apreciar los perfectos que lucen sus ojos. La pequeña subió la corona de flores hasta dejarla a la altura del rostro de la castaña, y con sumo cuidado la poso sobre su cabeza, retirando rápidamente sus manos al hacerlo. Y no se equivoco, la corona de flores lucia tan hermosa en ella, que quizo sonreír tanto al punto de que dolieron sus mejillas.

-¿Marti que...?- Pero la vio sonreír, no era una sonrisa que mostraba sus dientes, ni tampoco una amplia. Era una diminuta sonrisa con labios sellados. Pero Lourdes juraría que esa es la imagen más hermosa que ha visto en su jodida vida. Y es que nunca había visto a Martina sonreír, ni mucho menos actuar de esta forma, y se sentía tan bien. La felicidad golpeaba contra su pecho, tanto que sentía como en cualquier momento terminaría por salir de allí.

Y aunque se viera tonta con dicho accesorio, lo dejo allí, no tenia que hacerlo, pero quería. Quería complacer a Martina.

Blue and red (adaptación martuli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora