Capítulo Tres: La isla de Eudamon

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ATENCION: A partir de este capítulo los fragmentos de los libros estarán señalados en este formato. Obviamente no son de mi pertenencia. Estos fueron escritos por Leandro Calderone.

—LA MEJOR OPCIÓN FUE HABER ACEPTADO—sonrió orgulloso Tic-Tac.

—Fue la única opción—Nia rodó los ojos. —¿Qué hacemos ahora? 

—Y no sé, ¿leer tal vez?—preguntó sarcásticamente Pau Morales, el hermano mayor de Alai.

—No se si te diste cuenta genio pero no tenemos en donde sentarnos y no hay libros para leer—Nia señaló la habitación en la que estaba, un lugar completamente vacío. 

—¡Uy mi error!—grito Tic-Tac. 

El hombrecito vestido de blanco chasqueo los dedos y en la habitación vacía aparecieron ocho grandes sillones, distribuidos en forma circular, una mesa con cuatro libros apilados uno arriba del otro, y una isla de cocina larga llena de comida para que pudiera saciar su hambre mientras estuvieran ahí. 

—Por la derecha hay un baño y la isla de comida es mágica, por lo que nunca va a acabarse. Tefi —Tic-Tac llamó a la mujer que estaba batallando con su pequeño hijo que quería ir hacia la isla de comida. —Si Charlie se siente cansado por allá— señaló un espacio vacío en donde apareció una cuna y un sector de juegos. —Tienes todo lo necesario. 

—¿Y nosotros?—preguntó Rose y todos lo miraron. —Perdón por interrumpir, pero también somos humanos. En algún momento nos vamos a cansar.

—Sí, tienes razón. —Tic-Tac se tomó el mentón para pensar. —¡Ya sé! Cuando quieran parar me llaman y yo haré aparecer algunas habitaciones para que puedan dormir—Rose le agradeció con una sonrisa.—¡Ahora acomódense para que me pueda irme!

—¿Vas a irte?— preguntó Vale— ¿Por qué?

—Porque siempre estoy trabajando, ustedes siempre me dan trabajo ¿acaso nadie me escucha?—bufo molesto. —¡Bueno vamos vamos que no hay tiempo! ¡Los teen con los teen! ¡Los mans con los mans! ¡Y los chicos por edad!

—¡Ni en pedo!—se quejó Nia, sabiendo que le iba tocar sentarse con Alai. 

—Que raro yo quedando solo— menciono Lleca dolido. —¿Sabes que Tic-Tac? No me importa como quieres que nos sentemos, no voy a dejar que mis hijos pasen lo mismo que yo—agarró de las manos a sus gemelos y se fue a sentar a unos de los sillones. 

—Por familia entonces—Mar se encogió de hombros y fue a sentarse con su familia. 

Los únicos que no estaban cómodos sentándose juntos eran los Morales y Romeros, que desde hace muchos años habían dejado de ser una familia. Pero no iban a decir nada, no quería darles de qué hablar a los demás. 

—Tranquila, es solo por un rato—animó Pau a su madre mientras caminaban hacia el último sillón disponible. 

—Un capítulo por persona por favor—pidió Tic-Tac. Se acercó hasta la mesita que tenía los libros y agarró el que tenía tapa verde. —¿Quién quiere empezar? 

Tanto Vale como Rose levantaron la mano al mismo tiempo. Al verse ambas rieron. Vale dejó que su hija comenzara, así que Rose se acercó con una sonrisa emocionada hacía Tic-Tac, quien estaba en el medio de la ronda.

A Rose le gustaba comenzar una nueva historia, y por lo que veía, esa iba a estar muy buena. Además, no sabía nada de la vida de sus padres cuando eran jóvenes y ahora que tenía la oportunidad no iba a desaprovecharla. 

—Ten—Tic-Tac le pasó el libro a Rose. 

—Gracias—Rose se sentó en un cómodo sillón individual.

Leyendo la isla de Eudamon  ( casi ángeles. )Where stories live. Discover now