Capítulo Doce: La vida es una rueda

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LO QUE MENOS QUERÍA HACER ALAI EN ESE MOMENTO ERA LEER, pero si tenía que elegir entre continuar con la lectura o tener una conversación con su padre, elegiría la primera opción varias veces. No estaba lista para hablar con Tacho.

—Puedo seguir yo si quieres—le dijo Amado, cuando Alai se acercó hasta donde estaba él.

—No, salió mi nombre, es mi turno de leer—suspiro. Y luego le dedicó una débil sonrisa—Vamos a tener que esperar otro capítulo para sentarnos juntos.

—Lo voy a esperar con ansias—Amado le pasó el libro y fue hasta donde estaban sus padres, quienes lo miraban atentamente. —¿Qué?—pregunto ya sentado entre Melody y Teo.

—Nada—respondió Melody. Teo se rio.

—En serio, ¿qué pasa?—volvió a preguntar Amado.

—Estás hablando mucho con Alai—mencionó Teo, ocultando su sonrisa.

—Sí, generalmente eso haces cuando te estás haciendo amigo de alguien—Teo volvió a reír. Amado se alegró de que todos los demás estuvieran sumergidos en sus conversaciones porque por como iba su charla, estaba seguro de que no quería que nadie más escuchara. — No entiendo lo gracioso.

—Lo que pasa es que...en el historial de los Gorkis, las Romeros no solo son amigas —explicó Mel, dirigiéndole una mala mirada a su esposo en la última parte.

—Primero, no me interesa saber sobre sus pasados amorosos. Y segundo, Alai dijo varias veces que ella no es una Romero.

—Pero es una Morales—agregó Teo.

—¿Y eso qué tiene que ver?—Amado frunció su ceño.

—En lo que respecta a los Paz—señaló Teo a Melody, con una sonrisa burlona. Realmente a él no le importaba que ella hubiera estado con Tacho. Sabía que a su esposa en gran parte le pasaba lo mismo, solo que aun seguía algo resentida porque salió con Jazmin. —Los Morales tampoco son solo amigos.

—¿Que acaso todos estuvieron con todos?—Amado volvió a fruncir su ceño.

—Bueno, no todos con todos pero la gran mayoría sí—Teo se rasco la nuca.

Farah se acercó corriendo hacia ellos, se arrodilló en el suelo a sus pies e infantilmente apoyó sus codos sobre las piernas de Amado, para usar sus manos de mesa para su cabeza.

—Frunciste el ceño dos veces desde que están hablando, ¿Por qué pelean?—preguntó con una sonrisa traviesa.

—Esa información es sólo para la familia.—dijo Teo, cruzándose de brazos.

—¡Soy de la familia!

—No desde que abrazas a cualquiera y nos abandonas.

—Teo—le advirtió Melody.

—Brent no es un extraño—se defendió Melody.

—¿Ahora se llama Brent?—Teo alzó una ceja.

—Sí, siempre se llamó así—Farah se rio al ver a su padre celoso, y después se puso seria solo para molestarlo.—De igual forma no estaba hablando con usted, extraño.

—No soy un extraño.

—Dijiste que ya no era parte de la familia, así que eres un extraño para mi—Farah se encogió de hombros. Teo rodó sus ojos y Mel ocultó su risa con una tos falsa. —Amado ¿que paso?

—Me están molestando por hablar con Alai—se cruzó de brazos de forma infantil.

—Bueno, si no le lanzaras miraditas todo el tiempo sería más fácil—Farah se sentó en el suelo, ya cansada de estar sobre sus rodillas.

Leyendo la isla de Eudamon  ( casi ángeles. )Where stories live. Discover now