Capítulo Cuatro: La mansión Inchausti

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—¿ESTÁN TODOS BIEN PARA SEGUIR?—preguntó Vale, ya posicionada en el medio de la ronda, sentada en el sillón y con el libro en su regazo.

—Voy a acostar a Charlie que se quedó dormido, pero pueden empezar—Dijo Luca, levantándose del sillón con su bebé dormido en brazos.

—Te esperamos—le respondió Vale. Luca asintió y se alejó del grupo.

La sala volvió a quedarse en silencio, pero esta vez en uno muy incómodo. Nadie sabía qué hacer. Atrás habían quedado esos días en los que no podían callarse cuando estaban juntos.

Luca volvió al poco tiempo y cuando él terminó de acomodarse, Vale comenzó a leer.

—Capítulo uno, la mansión Inchausti.

Cuando Bartolomé Bedoya Agüero se enteró de que su tía Amalita había echado escandalosamente a su primo Carlos María de la mansión Inchausti, sintió que ésa era la solución para todos sus males.

—Empezamos con toda eh—dijo Lleca para aligerar el ambiente. Los días en la fundación BB, aun seguía siendo un tema delicado para hablar.

—Pensé que íbamos a leer su historia—cuestionó Francisco Morales. —¿Qué tiene que ver ese hombre con ustedes?

Los Teens y Lleca se tensaron antes esa pregunta.

—¿Bedoya Agüero?—preguntó Bruno mirando a su padre. —¿Es algo nuestro?

Tanto Nia como Liam miraron a Thiago, quien estaba muy tenso. Mar tomó una de las manos de su esposo para demostrar su apoyo.

—¿No lo saben?—se animó a preguntar Melody.

—¿Saber que?—dijo Nia con su ceño fruncido.

—Sigamos leyendo—ordenó Mar.

Todos sus males, en realidad, eran uno solo: la ruina en la que había caído tras dilapidar la fortuna familiar. A su padre le había llevado toda una vida duplicar la riqueza de los Bedoya Agüero. A Bartolomé, en cambio, le llevó apenas unos pocos años acabar con ella.

—Se merecía ser pobre—murmuró Jazmín enojada. Odiaba a Bartolomé con toda su alma.

A pesar de su juventud, ya era un aristócrata en bancarrota, por eso la noticia de la ruptura de su tía con su primo era una buena chance de recuperar la fortuna perdida. Era el día 10 de enero de 1986, y estaba sofocado por el calor que se había acumulado en el pequeño departamento de dos ambientes en el que había recalado con Malvina, su hermana menor, cuando se enteró de la noticia.

—¿Malvina? ¿Cómo la tía Malvina?—interrumpió Liam.

—Después les vamos a explicar—intentó tranquilizarlo Thiago.

Lo que había ocurrido era un escándalo: la severa Amalia Inchausti había descubierto que su hijo tenía un romance con Alba, la mucama, y, producto de ese amor, ella había quedado embarazada.

—Siento que estoy leyendo tu novela de la tarde —molestó Nacho a su esposa, Caridad. Y ella rodó sus ojos.

En apariencia, no se trataba de un simple amorío; el joven Carlos María afirmaba estar enamorado de la mucama, y ante eso, la anciana expulsó a ambos de inmediato de la mansión familiar y cortó todo lazo con su único hijo.

—Que severa—mencionó Lara Morales, la hija menor de Jazmín.

Siendo viuda, se había quedado completamente sola. Ante ese panorama, Bartolomé se acercó de inmediato a su solitaria tía, con la intención de ganarse su favor. Se vistió con su mejor traje, beige claro, se batió suavemente los copiosos rulos de su cabellera...

Leyendo la isla de Eudamon  ( casi ángeles. )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora