5

685 97 31
                                    


Chapter 4. One week


Cerré los ojos cansada mientras cubría mis ojos con mi antebrazo, dejando escapar un suspiro largo y cansado de entre mis labios. Intentando ignorar todos los estímulos que me llegaban del exterior en un vano intento de relajarme y poder recuperar algo de energía.

Solo llevábamos un par de días viviendo en este lugar, y se había sentido mucho más largo de lo que podía haber imaginado.

—No debiste haber venido hasta aquí, por mucho que insistiera la señora. Sabías que era una trampa, que te estaba engañando— gruñó Kita, subiéndose a mi pecho, dejando su nariz casi rozando con la mía, mostrando así lo irritado que estaba—. No nos gusta este lugar. A mí no me gusta el niño— lo observó de reojo—, y mucho menos los locos que habitan este lugar. Vámonos.

Tomé al felino entre mis brazos con cuidado para poder incorporarme, dando suaves caricias a su cabeza y orejas mientras miraba de reojo a Douma, asegurándome de que este siguiera dormido en su cama antes de seguir hablando.

Prefería que no me escuchara hablando "sola".

—Lo sé Kita— murmuré cansada—. Ya lo sé.

—___— dijo con seriedad, dando un latigazo al aire con su cola, queriendo llevarse toda mi atención una vez más—. Aun no ha amanecido, y no creo que haya alguien en este lugar que te llegue a echar de menos. Podemos irnos antes de que se despierten y comiencen a molestar con sus tonterías de dioses.

—Kita...— murmuré, apartando la mirada hacia un costado para escapar de su mirada dorada y escrutadora—. Es que, no quiero dejar a Douma solo en este lugar, y no creo que aun esté preparador para salir de este lugar— me recliné un poco, posando mi mano sobre su cabello con cuidado de no despertarlo, apartando un par de mechones de su rostro—. No podemos ir nos aun— sentencié.

—Son tan molestos, y tú. Tú eres tan... tú, con estas cosas— se quejó cansado, mientras sus orejas se movían hacia la puerta tras dar un par de espasmos en el aire—. Lo están volviendo a hacer.

Ni si quiera me hacía falta acercarme a la puerta para saber que era lo que estaba pasando en el pasillo. Los había oído ya en días anteriores hablar mal de mí, y con tan solo ver la reacción del felino era obvio que estaban volviendo a hacerlo.

Los humanos que vivían en este lugar llegaban a ser tan jodidamente irritantes por culpa de todas esas creencias tan tontas y sin sentido que tenían sobre un dios que en realidad no existía y del que no iban a recibir nada más que falsa esperanzas.

—¿Por qué me pasa a mí?— murmuré.

Les gustaba decir que nunca hacía nada y que no servía de nada, cuando eran ellos los que me ignoraban cada vez que intentaba hablarles lejos de la influencia de Douma me ignoraban o me sacaban de la habitación argumentando que estorbaba y que era una molestia.

Así que me limitaba a pasar el tiempo leyendo o durmiendo, aun si eso último era que no necesitaba, pero al menos las horas muertas pasaban bastante más rápido. Después de todo yo no pensaba dejar de lado mi orgullo para suplicar a alguno de ellos para que me diera algún tipo de tareas para no aburrirme y pasar el tiempo.

—Están hablando de mí— bufó el felino, separándose de mi de un salto, caminando hacia la puerta, algo que imité con cuidado de no hacer ruido para poder oír bien lo que estaba diciendo.

—Fingiré sorpresa.

—Anzu-sama— se escuchó una voz femenina tras unos segundos bastante largo—. ¿Cree que haya alguna forma de deshacernos de ese... ese gato? No quiero tener un animal de mal augurio viviendo bajo el mismo lugar que todos nosotros— la cola de Kita se movió aun más rápido, mostrando que estaba bastante más irritado que antes.

Blood [Kimetsu no Yaiba]Место, где живут истории. Откройте их для себя