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Bonus chapter. Kita


La niña de cabellos albinos tomó aire profundamente, ajustando la capa que llevaba y ocultaba gran parte de su rostro antes de salir del estrecho callejón que le estaba resguardando de las miradas de los transeúntes.

Avanzando por esa primera calle antes de entrar a una mucho más transcurrida donde se formaba el mercado. Siguiendo la marea de personas, siendo arrastrada a través de empujones y algún que otro codazo hacia algún otra zona de ese lugar.

Sintiendo como tiraban de su ropa repentinamente mientras murmuraban algo sobre querer llevársela y que podía ser buena mercancía. Escapándose de su agarre de un tirón rápido no sin antes darle un codazo con todas sus fuerzas en el abdomen, dirigiéndose hacia otra zona más tranquila para curiosear e investigar por su propia cuenta.

Después de todo se había alejado y escapado de la vigilancia de su familia para poder curiosear e investigar esos barrios de la ciudad que le tenían prohibido vagar. Pero la curiosidad era más fuerte que el posible castigo que pudiera llevarse por incumplir las normas.

El gritería fue desapareciendo poco a poco hasta que el silencio se hizo por completo, dándole un aspecto mucho más tétrico a esa zona de la ciudad. En su mayoría callejuelas estrechas y vacías por las que te podías perder con facilidad, sin rastro alguno de personas a simple vista.

Retirando la capucha con cierta duda, dejando a la vista sus cabellos blancos atados en un moño bajo, asegurándose de que su ropa de alta costura siguiera bien escondida.

La gente era demasiado supersticiosa en esa región por culpa de la fuerte influencia de la religión que se había hecho mayor por las sequías y epidemias que asolaban el lugar, el albinismo era algo que se veía con malos ojos -aunque no era lo único-, relacionándolo con el demonio y la posesión.

—Niña— murmuró una voz débil y masculina.

___ se giró, retrocediendo un par de pasos para adentrarse por otra callejuela. Acercándose al hombre adulto a unos cuantos metros de ella, cubierto por una manta y los ojos cerrados con una mueca de dolor.

—Pequeña— susurró con voz áspera, antes de toser con violencia, reclinándose hacia delante—. ¿Puedes traerme...?— la tos volvió a interrumpir sus palabras.

La albina se apresuró a quedarse junto al hombre, sosteniendo sus hombros con fuerza. Girándolo hacia ella para poder ver bien su rostro, notando como de su nariz salía sangre a borbotones en un tono algo más oscuro de lo normal, y su cuello y parte de su barbilla estaban cubierta de manchas y bultos de un negro azulado.

Apartando la mirada de golpe cuando a su sensible nariz llegó un olor un tanto fétido y bastante cercano al de la muerte.

—¿Señor?— murmuró asustada, sin saber que más hacer.

El hombre siguió tosiendo con fuerza, escupiendo sangre, manchando su ropa. El olor fétido se hizo más fuerte, teniendo que tragar saliva mientras contenía la respiración para no acabar vomitando.

Retrocediendo un poco cuando sus manos huesudas se dirigieron hacia su rostro, arañándole un poco las mejillas. Viendo como su rostro de dolor se contraía a una mueca de horror a fijarse mejor en ella.

Blood [Kimetsu no Yaiba]Where stories live. Discover now