12

436 84 9
                                    


Chapter 12. ¿Good luck?


—Se ve bastante tranquilo— murmuré, dando un rápido vistazo al pueblo al que acabábamos de llegar, dejando tras este otros dos para alejarnos todo lo posible del lugar de nuestro robo, aun si me había detenido antes para alimentarme—. Es un pueblo grande, pero no está muy ajetreado.

Aun era temprano, apenas había pasado del mediodía y las calles que había atravesado no se había cruzado con mucha gente, en su mayoría niños que se habían detenido en más de una ocasión para mirarme con curiosidad al no ser una cara conocida.

Observando como una joven de cabellos rojo brillantes se acercaba a mi rápidamente después de que el hombre mayor con el que estaba me señalara con un leve movimiento de cabeza, diciéndole algo que no llegué a escuchar.

—Hola, ¿puedo ayudarte con algo? Te ves perdido— dijo con una sonrisa amable y las mejillas levemente coloreadas de un tono similar al de su cabello.

—¿Ah? Resulta que sí— dije algo incómoda—. Es que en este momento no...

Aparté la mirada hacia un lado cuando mi estomago gruñó llamativamente, escuchando la suave risa de la joven frente a mi, la cual se apresuró a mantener la compostura aun si se notaba que quería seguir riendo.

—Creo que entiendo lo que pasa— canturreó con gracia—. Sígueme— me dio la espalda, caminando hacia algún lugar desconocido del pueblo sin mediar más palabras.

Me apresuré a seguirle, permaneciendo un par de pasos por detrás de ella, sin apartar la mirada de su espalda. Tenía hambre, pero no precisamente de comida, y ella emitía un olor bastante agradable que aumentaba aun más mi apetito.

—Espera un momento por favor— dije mientras tomaba su muñeca, tirando de ella para que se detuviera—. No tengo dinero. 

—Oh— murmuró.

—¿Puedo ayudar en algo y...?

—No hace falta— me cortó—. Ha sobrado comida en mi casa, puedes llevarte eso.

—Muchas gracias— murmuré, inclinando un poco la cabeza.

Siguiéndola unos cuantos minutos más hasta entrar en una pequeña casa cerca de la salida del pueblo en la otra punta. Quitándome los zapatos, dejándolos a un costado, esperando en la entrada a que me diera permiso para entrar y me dijera que hacer.

—Vamos, no seas tímido— dijo mientras se asomaba por la puerta, quedando a su lado, sentándome en el suelo junto a la mesa que me estaba indicando—. Dame un minuto, sacaré algo de comer.

Mirando la vacía y pequeña habitación, con apenas un par de muebles además de la mesa. Antes de volver la mirada hacia la pelirroja que salía de la habitación con un plato con onigiris y una jarra de agua.

—Muchas gracias— murmuré, tomando rápidamente una de las bolas de arroz, dándole un bocado, moviéndome en mi lugar algo incómoda—. No me he presentado, lo siento. Soy Ishikawa Saito— me presenté con una sonrisa.

Kita se había ido por su lado hacía un rato para conocer un poco más el lugar, aunque no creía que fuera a tardar demasiado en volver a aparecer por aquí.

—Sugamura Hana— murmuró, sentándose frente a mí.

—Esto, ¿vives tú sola o...?— se apresuró a negar.

—Mi padre y mis dos hermanos mayores ahora mismo están trabajando en el arrozal— colocó la tetera al fuego—. Yo me quedo en casa desde que mi madre murió haciendo los quehaceres y las comidas. ¿Y a ti que te trae a este pequeño pueblo? No hay mucho que hacer.

Blood [Kimetsu no Yaiba]Where stories live. Discover now