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Chapter 7. Request


—¡___!— la voz de Douma llamó por completo mi atención, girando mi cabeza hacia las puertas principales del templo, viendo como caminaba rápidamente hacia mí.

Mientras que detrás de él iban dos creyentes, una cargando con una sombrilla bastante amplia entra sus manos, mientras que la otra mujer llevaba consigo una pequeña cajita de madera con -según detectaba mi olfato- algún tipo de dulce.

Escapando de entre mis labios un sutil resoplido mientras acomodaba un poco mejor el kimono que llevaba para evitar que se quejaran por llevar incorrectamente la prenda -por muy sutil que fuera el error-, antes de girarme en su dirección con una sonrisa.

—Douma-sama— dijo una de las mujeres, deteniéndose junto al menos mientras colocaba la sombrilla sobre él para que hiciera sombra y no le diera el sol directamente—. No debería salir al exterior, sabe bien que la luz puede dañar su piel.

Arqueé una ceja por esa última información mientras miraba hacia el de cabellos rubios, quien apartó la mirada y la dirigió hacia el suelo para escapar de la mía.

—Douma-sama— repitieron en un intento de hacerle entrar en razón.

—Pero es que quiero pasar tiempo con ___. Mí prometida— dijo mientras resaltaba el "Mí", mientras un ligero suspiro escapaba de entre mis labios—. Siempre estoy ocupada, también quiero tener tiempo y cumplir mis obligaciones como esposo— dijo mientras se detenía a mi lado, tomando mi mano con firmeza, esquivando aun mi mirada.

—Pero su madre ha dicho que...— intentaron convencerle nuevamente.

—Dejarlo en paz— dijo Anzu, dirigiéndose en nuestra dirección. Clavando la mirada en ella, notando como me observaba con los ojos entrecerrados.

Poniendo los ojos en blanco sin poder evitarlo, cansada de todas esas situaciones que yo no podía llegar a comprender. A penas había vuelto a hablar con ella desde mi llegada, pues me había estado evitando y esquivando a pesar de esa primer trato amable que había tenido inicialmente conmigo.

—Preparar algún lugar a la sombra para que puedan estar cómodos, es bueno que pasen tiempo juntos— dijo sin mirarlas, dedicándome una mirada fría.

—Como usted ordene Anzu-sama— dijeron mientras se alejaban de donde nos encontrábamos.

—___-sama— posó una mano sobre mi hombro con una sonrisa sin cambiar su mirada—. Me gustaría hablar con usted un momento— bajó la mirada hacia el rubio, quien nos observaba intrigado—. Completamente a solas.

—Pero...— se apresuró a replicar el rubio, deteniéndose cuando posé mi mano en su cabello, sonriendo despreocupada.

—Estaré contigo en unos minutos— aseguré—. Mientras tanto puedes ir a por Kita, seguro que estaba durmiendo en nuestra habitación, dile antes que te mando yo— dije eso último en un tono más bajo.

Douma asintió rápidamente, alejándose de mi un par de pasos no muy confiado por lo que estaba haciendo, antes de entrar en la casa, dejándome completamente sola con su madre.

—¿Qué es lo que ocurre Anzu?— pregunté mientras me cruzaba de brazos, mientras que ella se apresuraba a eliminar el contacto que mantenía en mi hombro—. Por algo quieres hablar conmigo en privado, ¿o me equivoco?— una sutil risa amarga escapó de entre sus labios mientras tomaba mi misma postura, frunciendo el ceño con molestia.

—La otra noche, hoy que saliste de tu habitación a altas horas de la noche— mis labios se fruncieron ante sus palabras.

Sabía bien hacia donde iba esa conversación.

Blood [Kimetsu no Yaiba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora