Capítulo 6.

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Pete creyó que estaba acostumbrado a las desgracias en su vida.

Supuso que el enamorarse de su mejor amigo y sufrir un amor no correspondido por más de diez años serían suficiente para demostrarlo.

Sin embargo, la vida siempre está llena de sorpresas. Y nunca pensó que, en algún momento de ella, se vería obligado a recibir una llamada de sus abuelos después de una mamada. Mucho menos contestarla por accidente con la boca llena de semen.

Pero bueno, nadie está preparado para ese tipo de cosas.

| 30 minutos antes |

Pete recorrió con su vista los alrededores de la habitación antes de fijarse en sus pies y encogerse de hombros.

Silencio.

El estómago de Pete se sacudió. Sus piernas temblaban, pero pudo acercarse a la puerta de la oficina de su tutor y trabarla, tratando de ignorar una vocecita dentro de su cabeza que le gritaba con extremo pánico: "¿Qué estás haciendo?"

Mirando a cualquier otro lado menos a Kinn, rodeó lentamente el escritorio y se detuvo junto a él. Su corazón latía desde la base de su garganta.

Kinn giró en su silla para enfrentarse a Pete, quien solo se atrevió a centrar su atención en lo ajustado de su traje.

—¿Estás seguro? —preguntó con voz suave. Pete asintió al instante y Kinn respiró hondo­—. De acuerdo. Ponte de rodillas.

Dejarse caer de rodillas fue prácticamente un alivio para él, tomando en consideración lo difícil que fue mantenerse de pie por la inestabilidad en sus piernas.

Kinn lo tomó de la barbilla y le echó la cabeza hacia atrás en un movimiento lento y delicado, obligándolo a encontrarse con su mirada.

—No creí que este tipo de cosas te gustaran.

Los ojos de Pete se agrandaron.

—Yo tampoco —respondió con un ligero jadeo, detonando una mezcla de miedo y emoción—. Pero es tu culpa. ¿Quién te manda a dar una conferencia luciendo tan sexy?

El agarre de Kinn sobre la barbilla de Pete se estrechó y se limitó a verlo lo que pareció una eternidad, sus ojos oscuros acristalados y párpados pesados.

—Entonces, ¿qué estás esperando?

Pete sintió que su rostro se encendía al sostener la mirada del hombre frente a él.

Lentamente, bajó la cremallera de los pantalones de "su tutor", notando al instante en enorme bulto debajo de los boxers negros del hombre.

Tragó saliva con nervios.

No era la primera vez que le miraría el pene a su pareja, pero si era la primera vez que hacían ese tipo de cosas en las oficinas de la universidad, a plena luz del día y con personas rondando cerca.

Un par de voces se escucharon desde el otro de la puerta y la inmoralidad del momento aumentó.

El pene de Kinn era cálido en su mano.
Fue creciendo y tomando grosor con cada segundo que pasaba.

—Al parecer no soy al único que le gustan ese tipo de cosas —evidenció con una sonrisa traviesa y los labios de Kinn se presionaron juntos con impaciencia.

Sin quitarle la vista de encima, Pete lo acarició hasta lograr una erección total, disfrutando el cambio sutil en la respiración del otro.

Kinn suspiró y se movió un poco, de tal manera que su pene presionara los labios de su lindo tutorado.

We Don't Talk Anymore [VegasPete] [COMPLETA]Where stories live. Discover now