"Hijo de las estrellas" [Johnmark-NCT]

7. Una cita

Y cuando llegaron a aquel departamento, Jeno vio con un poco de preocupación como su majestad pasó cual rayo desde la entrada a su habitación, con un rostro demacrado en las emociones y las lágrimas que no había dejado de botar desde que salieron de la casa de Emilia.

Dios, le había insistido todo el camino en el taxi para obtener la información necesaria ¿Quién le hizo daño? ¿Quién le dijo algo? Nadie podía afectarle de esa manera, nadie podía ponerle un dedo encima, quien tuviera la osadía ¡Debía pagar por perturbar la tranquilidad del último príncipe en el planeta Lernu!

A cambio solo tenía una puerta frente a su rostro, señal inequívoca de que no se le tenía permitido ingresar a la habitación.

Con pasos torpes caminó hacia la suya, quitó toda su ropa y después de la rutina en el baño, se acostó, disfrutando de las sábanas frías, la oscuridad y el silencio. ¿Se había divertido en la fiesta con humanos? sí, pero nada era más agradable que el espacio personal y la calma consigo mismo para pensar.

Sin embargo... sin embargo, mientras las cosas daban vueltas a su alrededor afectado por el nivel de alcohol en la sangre, no podía dejar de pensar en Jaemin y las palabras que dijo antes de quedarse dormido.

Flash Back

No tenía tiempo para esto, solo quería ir al baño y volver para buscar a su majestad, pero coincidencia o no, tuvo que encontrarse con ese humano, alguien que le había pedido un momento a solas para decirle unas palabras, palabras que no salían con facilidad de su boca porque también estaba tan borracho como él ¿Por qué debía escucharlo? ¡Era parte de ese grupo de idiota!

—No voy a... decirte algo malo, no... no estoy con ellos.

—Ya te dije... ninguno de ese grupo de simios incluyéndote, recibieron un castigo por lo que hicieron... —entrecerró los ojos— lo único que lograron fue que casi nos expulsaran ¿Vas a decir que te arre... arrepient-tes?

Las expresiones de Jaemin cambiaron a un punto que Jeno pensó que no sería extraño que fuera el humano más popular de esa escuela, sus rasgos eran más finos y no había aparente maldad en su mirada.

—Sí —susurró— me arrepiento... no quise que... que ellos... ya sabes —un hipo cortó el hilo de sus palabras— hmmm, nunca estuve de ac-cuerdo con que te robaran tus cosas o... la silla de Mark o, bueno... l-las palabrrrrras feas, yo no soy así.

—No sé como le dicen en tu planeta, pero en el mío quien es cómplice es tan culpable como el que hace daño.

Se percató de inmediato como las manos del humano empezaban a temblar cuando las unía o cuando las pasaba por su cuello, le gustaba, "Dios Santo", le gustaba sentir que podía tener poder por sobre él, le gustaba darse cuenta que sin su grupo popular de amigos no era nadie y que podía aprovecharse de ello. Y de pronto se preguntó de dónde venían esos pensamientos cuando Jeno no se caracterizaba por ser abusador.

—Todos son patéticos, tan patéticos... cuando conozcan el mundo real entenderán que no todas las personas estarán bajo sus pies y que no habrá un sacerdote ni un sistema educacional que los apoye.

—Fui... fui invitado porque... porque Emilia me conoce bien, me conoce muy bien y... y yo...

Sus palabras empezaron a tropezar más entre ellas, las lágrimas aparecieron en su rostro y de pronto se convirtió en alguien que se quebraba ante los pensamientos que cruzaban su mente, en alguien que no lucía como ese chico del famoso "efecto Na", en alguien que no tenía la confianza con la cual saludaba a todo el mundo.

Jeno sabía que había dado en algún punto débil, "touché" y... ¿Se sentía satisfactorio?

No.

—Tienes razón, soy... soy un patético —rio sin gracia mientras lloraba, su mirada estaba perdida en el vacío, pobre humano borracho— tan patético que con mi complicidad le hago a otros lo que me... me... hici-cieron a mí antes y... y prefiero callarme para no volver a ser pisoteado —trataba de secarse las lágrimas— ninguno de mis "amigos" sabe que abusaron física y psicológicamente de mí, que soy... que soy como las personas que...