11. Un asesino en St George

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Algo tan básico como preparar alimentos no debiese ser así de atractivo, pero el cerebro de Mark Lee parecía no pensar de la misma manera puesto que no había forma de quitar sus ojos de encima de ese humano, del como sostenía un cuchillo ni del como fruncía las cejas cuando buscaba algo dentro de ese enorme espacio que tenía por cocina.

Se mordió la mejilla por dentro cuando movía con facilidad el sartén, incluso cuando escondió parte del cabello tras su oreja.

"Sip", había tenido sexo con este hombre en un rincón que los humanos consideraban sagrado, había sucumbido a los deseos que su cuerpo por tanto tiempo le rogó cumplir, había perdido su "sagrada primera vez" con un, en teoría para él, alienígena y había sido realmente mucho más que bueno.

Y sí, se había cerciorado que el preservativo no estuviese roto como lo había creído para quedarse tranquilo.

—Hice esto, es una tortilla rellena de tomate picado, queso, algunas setas, cebolla morada, orégano... —extendió el plato que lucía tan delicioso como sonaba— quiero que te alimentes bien.

Después de aquella escena en la capilla, no había dejado de comportarse como todo un caballero, de cerciorarse cada cierto segundo si le molestaba algo, si estaba bien, si requería alguna cosa, incluso en el vehículo de camino a esta casa también preguntó por él.

—¿Está sintiendo alguna culpa, señor?

—Profané a mi alumno de 18 años —susurró mirando su propio plato ¿Había temor o culpa en ello? — te tomé en una capilla y... creo que estoy realmente muy condenado a no ser perdonado jamás por Dios.

—Ambos queríamos esto, creo que es momento de dejar de mentirnos... no me hizo daño y realmente lo disfruté —movió el hombro— no es ningún abusador por si eso es lo que teme.

No era un alumno, no era un menor de edad, pero no podía decirle la verdad, solo entregar palabras que pudieran ser reconfortantes a sus oídos.

Juntos siguieron comiendo hasta que acabaron sus platos, momento en el que Mark recibió una llamada de Jeno preguntándole qué sucedería, a que hora regresaría o si necesitaba que pasara por él. Fue difícil convencerlo de que estaba en buenas condiciones y que no regresaría al departamento, no al menos en un par de horas.

—Conversaremos después, Jeno, ya sabrás todo.

Fue tal la severidad en su voz que el lerniano al otro lado calló inmediatamente, pidió perdón y cortó la llamada. Solo cuando Mark volvió en sí, se dio cuenta que los ojos de Johnny Suh estaban confundidos.

—¿Qué idioma fue ese?

—¿Qué idioma qué?

—No estabas hablando inglés, tampoco coreano... incluso creo que dijiste un par de cosas mientras estábamos en... eso.

Su cerebro parecía haberse descompuesto después del sexo. Maldita sea ¡Había expuesto al mundo humano por primera vez el "Vaulez"! La lengua que se hablaba en su país y en los países que habían sido colonizados por este, una lengua tan antigua que era considerada sagrada en la actualidad.

—Inventé un lenguaje —movió los hombros para restarle importancia— bueno, como sea... —notó que su profesor asentía, a veces distraído por sus pensamientos— ¿Señor?

No respondió, simplemente tomó los platos y utensilios sucios de la isla de la cocina para luego ponerse a lavarlos dándole la espalda a Mark, mientras este se sentía un poco incómodo. ¿Y si se metía en su mente para leerla y saber qué era lo que estaba pensando? No le quedaba claro si estaba o no estaba arrepentido por lo ocurrido y la incertidumbre le provocaba dolor de estómago.

"Hijo de las estrellas" [Johnmark-NCT]Where stories live. Discover now