14. Últimos días

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23 de diciembre 2022, varios días después

Aun le costaba entender qué relación podía tener un árbol decorado con luces y el nacimiento de quien gran parte de la población humana consideraba como el "salvador", pero no hacía comentarios de ello, no porque en este momento podía apreciar unos ojos brillantes que se quedaban fijos en ello como el tesoro más preciado del mundo.

A Jeno le dolía ver el rostro de ese humano.

—Tengo muchos recuerdos bonitos de navidad, mi mamá siempre se aseguró que hubiese un árbol en casa, a veces no hubo regalos, pero árbol siempre —la voz de Jaemin sonaba un poco dulce por los recuerdos de su niñez— es la mujer más importante de mi vida.

Frunció el ceño, sin embargo, la caricia en su cabellera nunca se detuvo, al lerniano le agradaba lo suave que esta se sentía en sus dedos.

—¿Y tu progenitor?

Estaban situados en la enorme sala de estar, con Jeno sentado en el sofá y Jaemin con su rostro apoyado en los muslos de este, ambos conversando frente al árbol y el sistema de calefacción humana llamada chimenea, con música navideña que reproducía "Alexa".

Le tomó un par de segundos responder a esa pregunta.

—Sí, progenitor, porque ese hombre no es mi padre —continuó— tú sabes, mi mamá fue madre adolescente y me crio sola, a veces con ayuda de mis abuelos, entonces no es como si ese hombre estuviera presente en mi vida... mi mamá estuvo presente en los peores momentos cuando quería dejar de vivir, cuando el acoso escolar era insuperable... y ahora estoy aquí, bien, cómodo y disfrutando de una grata compañía —se giró para poder observar el rostro de Jeno— literal me salvaste la vida así que estás dentro de mis personas favoritas.

El lerniano se mordió la mejilla por dentro, porque no era el hombre duro que creía ser, porque sentía cierta gran debilidad por Jaemin Na, porque sus palabras le afectaban y llenaban de calidez su corazón.

—¿Qué vas a hacer cuando las clases se inicien nuevamente en enero?

—Tengo miedo de volver, miedo de arriesgar mi vida por un desquiciado con un arma... pero también necesito compartir con... bueno, parece que ya no tengo un grupo de amigos —movió su hombro mientras sonreía forzadamente— soy patético.

Cuanto odiaba las palabras auto despreciativas del humano, cuanto le molestaba que se sintiera tonto cuando no era su culpa que uno de sus amigos haya sido un completo psicópata o que un sacerdote lo hubiese corrompido. Mierda, estaba seguro que el grupo de humanos "amigos" que se había hecho en la escuela estarían bien recibiéndolo en el grupo, y sí se encargaría de decirles, necesitaba asegurarse de Jaemin estuviese en buenas manos cuando... bueno, se fuera de este planeta.

Su estómago dolió en demasía.

—Jeno, no arrugues así tu frente, envejecerás antes de tiempo.

—Vas a tener nuevos amigos, te lo aseguro —acarició su rostro, ambos se estaban viendo fijamente— me entiendes ¿No?

Un asentimiento de cabeza, unas mejillas sonrojadas, Jaemin era todo sumiso y bonito cuando quería serlo y no le gustaba que fuesen así las cosas, porque no quería que otros tomaran esas cualidades y las destrozaran para su conveniencia.

— Vas a quedarte a cenar ¿Cierto? —él asintió— bien.

Apoyó su mejilla en los muslos de Jeno, con el rostro hacia su cuerpo, con lindos ojos rasgados brillantes bajo esas pestañas, con el cabello cayendo casualmente en su frente. Se observaron por tantos segundos que en algún momento el lerniano se preguntó si Jaemin tenía la capacidad de hacer telepatía con él, pero no, solo era conexión natural.

"Hijo de las estrellas" [Johnmark-NCT]Where stories live. Discover now