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Yoongi se contempló en el espejo, enarcó una ceja, viendo su vientre de tres meses, suspiró y desvió la mirada para cubrir su desnudez con su bata, se sentó en una de las sillas de aquel cuarto y bajó su mirada. El Duque no lo había ido a visitar en ese tiempo y mucho menos le había escrito cartas, a pesar que él le mandó varias, se recostó en la silla e hizo una mueca.

Sejeong ingresó y Yoongi se levantó con una sonrisa.

—¿Hay una carta para mí?—la doncella le contempló con sumo pesar y negó en silencio para dejar sobre la mesa, el almuerzo de ese día—. No se que estoy esperando, he sido olvidado por el Duque, no me ha respondido ninguna carta que le mandé.

—Mi señor, de seguro el Duque está ocupado, recuerde que hace 3 meses atacaron el pueblo y-...

—¡Ocupado de seguro follandose a esa maldita mujer!—gritó el omega y se levantó muy molesto—¡Mijoo!—gritó alterado el nombre de aquella impura.La vigilante suspiró y apretó los labios, hace unas semanas que su señor se había puesto más sensible de lo que gustaba, se bajó con cuidao entre las paredes y se sentó en el marco de la e la ventana—¿Sabes algo del Duque?

—No, mi señor—aunque no mentía, ya que no había tenido noticia de su amo, pero parecía que al comunicarse con sus demás compañeras, ellas le decían que estaba ocupado lidiando con ciertos problemas.

—¿Y si mandaste la carta que te pedí?

—El cartero lo recibió.

Yoongi se dirigió a su cama y se dejó caer sobre ella, cansado y frustrado, ni siquiera lo dejaban salir de ese lugar, además que no había tenido noticias del antiguo cazador, nada estaba saliendo como quería.


Jeon Jungkook caminaba de un lado a otro en su oficina, la puerta del cuarto se abrió, ingresando el mayordomo con las cartas de la semana, el vampiro casi se abalanzó sobre su ayudante y empezó a buscar una en particular, pero al no encontrarla, se puso molesto y se sentó en la silla. Todos los días había escrito una carta para el consorte Min, pero no le había respondido ninguna.

—¿Sigue esperando una carta del joven Min?—preguntó su mayordomo que dejó sobre la mesa el té de esa tarde.

—He escrito 50 de ellas y ninguna ha tenido respuesta ¿Tan enojado está conmigo? ¿Ahora se ha olvidado de mí? No puedo ir ni a verlo por culpa del trabajo y me he tenido que ocupar parte de la situación de la fiesta de caza ya que se hará en mis tierras, maldita sea. No se como va su embarazo, si está comiendo bien o si quiere algo—miró molesto a su mayordomo—¿¡Si le diste esas cartas al cartero personalmente?!

—Lo he hecho tal como me dijo, amo.

—Parece que le debo recordar quien es el padre de su hijo—gruñó molesto y arrugó su nariz, se trató de calmar, no haría bien tener esos tipos de sentimientos en ese momento—¿Qué hay de la criada, la han estado vigilando?

—No hay nada extraño por el momento, mi señor—comentó el mayordomo.

Jungkook miró a los lados con suma impaciencia, si Min Yoongi no le quería responder ninguna carta, iría el mismo personalmente.

—Diles que preparen mi carruaje, iré al segundo pueblo.

—¿Eh?—dijo consternado el mayordomo y miró en dirección de la pila de documentos que el Duque tenía que revisar—¡Pero mi señor, su trabajo-...

—¡Eso puede esperar!—exclamó más molesto y salió de aquella oficina a zancadas y dio un portazo.

Dongwook soltó un largo suspiro, jamás había visto a su amo tan molesto por que alguien lo ignorara, parecía que el joven Min estaba buscando su perdición.

Kookgi|| SantéWhere stories live. Discover now