El Cachorro del León.

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El alfa acariciaba suavemente los pequeños y frágiles dedos de la pequeña mano que se sujetaba con fuerzas a su pulgar. Su piel aún siendo un poco arrugada, era suave y blanca, Wang Yibo tocaba con suma delicadeza la pequeña mano como si esta en un movimiento descuidado pudiese llegar a romperse.

No era la primera vez que sostenía a un bebé en sus brazos. Gracias a su pequeña peonia que lo convirtió en padre ahora tenía la agilidad y el conocimiento necesario para manejar la situación.

Su sonrisa era enorme y su alegría aún mayor, entre sus brazos se encontraba su amado hijo, aquel que había estado esperando con ansias, el producto de su historia de amor junto a su destinado.

Mientras todos celebraran la llegada de otro descendiente real. Wang Yibo celebrara la llegada de su segundo hijo quien al igual que su primogénito ahora era propietario de una parte de su alma.

El alfa no podía dejar de admirar aquella pequeña criatura que luchaba por mantener sus ojos abiertos mientras se seguía sosteniendo fuertemente de su pulgar. Era un bebé tan hermoso y perfecto como lo era su padre omega.

- Emperador, puede pasar.- Una de las doncellas le sonrió.- El rey consorte ya se encuentra en buen estado.

- Iré a verlo.- Se giró hacía las emperatrices que se encontraban a sus espaldas.- Lo llevaré con su madre.

- Felicitaciones emperador.- La tres efectuaron una reverencia.- Que los cielos bendigan a su descendencia.

- Gracias.- Con una gran sonrisa se alejó aún sosteniendo a su bebé en brazos.

.........

En las afueras de los aposentos del rey consorte un par de alfa se encontraban posteados bajo la sombra del enorme árbol. Un par de alfas imponentes, tan similares que de no haber llevado vestimenta diferente hubieran podido ser confundidos con facilidad.

Shaham se encontraba en compañía de su padre quien siendo el hombre de confianza de la emperatriz de Liang, la había acompañado en su viaje a Yang. Saeed, un alfa dominante, proveniente de la línea real Persa, tenia un aspecto feroz e intimidante.

Era un alfa tan imponente que incluso sus feromonas podían ahuyentar a alfas fuertes y dominantes. Al igual que su hijo tenía una larga y frondosa cabellera de color negro y sus ojos dorados resaltaban aún más cuando aquella máscara antimordida cubría la mitad de su rostro.

No sólo era el padre de Shaham sino que había sido su mentor y la persona que lo había convertido en una máquina de matar andante. Había instruido a su hijo para resguardar y proteger pero también le había instruido sobre la lealtad.

Había estado junto a la emperatriz de Liang desde el momento en que esta fue enviada como tributo a aquel imperio. Desde que solo era una bailarina la cual serviría para entretener al emperador, era su hombre más fiel entre todos y el primero en poner su vida en la línea de fuego para proteger a su ama.

No tenía una lengua tan afilada como su hijo, decía que esto lo había heredado más de su padre un omega recesivo que muy a pesar de su condición era bastante rebelde y no temia a nada. Ni siquiera tuvo miedo a la muerte cuando los médicos le indicaron que sí seguía adelante con su embarazo podría perder la vida.

Shaham quién había llegado al mundo gracias al sacrificio de su padre omega, fue criado por su padre alfa y a pesar de que este lo entrenaba duramente, nunca dejó de lado el amor y esto era algo que le demostraba a cada momento.

- Espero que no le estés haciendo las cosas difíciles a tu amo.- El alfa se quedó viendo a su hijo.

- Sabes que tipo de persona soy. ¿Aún tienes que hablar sobre ello?

Yizhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora