Peonía negra.

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El palacio del Rey Consorte se encontraba en aquel momento en medio de un gran alboroto. Algunos de sus sirvientes caminaban de un lado al otro mientras murmuraban entre sí, otros trataban de descubrir lo que sucedía en la habitación donde yacía un grupo de personas reunidas alrededor de un cuerpo sin vida.

La repentina muerte de la nana encargada de los principes había provocado gran conmomción. Nadie se imaginó que aquella tarde cuando la vieron caminando hacía sus aposentos, serían sus últimos momentos con vida.

Mientras los curiosos se entretenian entre conclusiones y algunas teorías, dentro de la habítación el medico real se encontraba junto al Emperador y el Rey Consorte. Le daba un informe detallado de lo que había sucedido.

- Majestad, la muerte de la nana Shang fue por fue a causa de su mal estado de salud.

- ¿Mal estado?.- Zhan se sorprendió ante las palabras del medico.

- ¿Tenía alguna dolencia?.- Yibo cuestionó al hombre.

- Desde hace un largo tiempo la nana ha estado lidiando con un mal del corazón.- Se giró para ver el cuerpo de la mujer que yacía sobre la cama.- La estuve tratando personalmente.

- ¿Por qué yo no sabía de ello?.- Zhan frunció el ceño.- ¿Por qué eso no se me había informado?.- Se sorprendió cuando el medico cayó de rodillas ante él.

- ¡Lo siento mucho Majestad! La nana Shang me había pedido que no se le informara de la situación. Me imploró que no lo hiciera. Ella amaba a los principes y su trabajo le daba mucho más beneficios que el puesto de cualquier doncella. Solo así podía cuidar correctamente de su madre y hermanas.

- Mentir y ocultarle cosas a las autoridades maximas de este reino es un delito.- Yibo estaba notablemente enojado.

- Lo siento.- Bajó la cabeza.- Ella quería mantenerse un poco más para ahorrar y así poder dejar en buenas condiciones a su madre y hermana cuando ya no estuviera.

- Está bien.- Zhan suspiró.- Levantese. Si esas fueron las razónes por la cúal no dijo nada...lo aceptaré.

- Espero que de ahora en adelante no seas tan audaz.- Yibo habló en tono amenazante.- No pruebes tu suerte.

- Debemos encargarnos de todos los preparativos.- Zhan se giró hacía la doncella que se encontraba a unos pocos pasos de él.- Te dejaré esto.

- Majestad...

La joven doncella apretaba sus manos entre sí mientras veia al rey consorte con una extraña expresión. Lucía un tanto inquieta y nerviosa, como si quisiera decir algo pero se contenía.

- ¿Qué sucede?

- Yo...- Se quedó viendo el cuerpo de su compañera.- Yo...

- ¿Hay algo que quieras decir?.- Yibo avanzó hacía ella.

- Es solo que...- Mordió su labio y bajó la mirada.

- Puedes hablar comodamente.- La voz de Zhan era pausada y su tono gentíl. Quería hacer sentir cómoda a la joven.

- Lo que sucede es que...- Volvió a hacer una pausa al chocar su mirada con la del medico imperial.- Quiero disculparme.- Hizo una reverencia y rapidamente tuvo un cambio de actitud.- No sé como manejar estos asuntos. Soy una inutil y me siento avergonzada al decirlo.

- Tranquila.- Zhan le sonrió.- Dejaré que alguien más se encargue.

- Gracias.

- Majestad.- Una voz provino desde afuera.- El principe heredero y los principes han llegado.

Yizhan.Where stories live. Discover now