Una gran lealtad.

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 - ¿Qué sucede? ¿Aún no sale?.- Zhan llegaba a toda prisa acompañado de una doncella.

- Aún no Majestad.- La doncella que aguardaba en la puerta hizo una reverencia.

- Bien.- Se acercó a la puerta.- Yo me encargo.

- Lamento haberlo molestado Majestad pero se que usted o nuestro Emperador son los únicos que pueden lograr hacerlo reaccionar.

- Agradezco que me hayas llamado.- Acercó su mano a la puerta y golpeó suavemente.- ¿An? ¿Principe An? ¿Puedo pasar?.- Esperó una respuesta que nunca llegó.- ¿An?

- Es lo mismo desde hace un rato. No responde, no quiere ver a nadie.

- ¿Donde está Shaham?

- El general se marchó sin decir nada. Su semblante era bastante serio.- Bajó la mirada.- No sé que fue lo que ocurrió pero tengo la sospecha de que tuvieron una discusión.

- Es extraño.- Frunció el ceño.- Shaham no es alguien que suele discutir, mucho menos cuando se trata del principe An.

- ¡¿Qué le sucede a mi hermano?!.- Yibo inrrumpió a toda prisa.

En el momento en que Zhan vio a su alfa aparecer, soltó un largo suspiro el cúal denotaba cierta frustración. Conocía el grado de sobre protección que su esposo tenía hacía su cuñado y sabía que siempre buscaba un motivo para apuntar y molestar al alfa Persa por lo que se imaginó que su presencia allí solo provocaría una serie de berrineches por parte de su alfa.

- Majestad.- Se acercó a su esposo.- ¿Qué hace aquí?

- Supe que mi hermano no se encuentra bien ¿Qué ocurrió?

- Es solo...- Sonrió con nerviosismo.

- ¿Qué hizo?.- Interrumpió a su omega.- ¿Qué fue lo que hizo Shaham?

- ¿Por qué siempre debe culparlo?.- Frunció el ceño.

- Si no es él ¿Quien? Es la única persona cerca de mi hermano.

- Está siendo muy injusto.

- Y tú estás siendo muy sobre protector con él.

- Tú...- Frunció los labios y se detuvo al ver que no se encontraban solos.

Esto no era algo que les causara extrañesa a aquellos que los rodeaban. Muchas veces han sido testigos de algunos desacuerdos entre sus gobernantes y tambien han sido testigos de que siempre su gran Emperador termina siendo vencido por su Rey Consorte. 

Más que parecerle escandaloso el hecho de que al Rey Consorte le importe poco el gran titulo de su marido, les resulta gracioso ya que no siempre pueden ver como el gran sol de Yang es reprendido como si fuera un niño pequeño.

Eran una gran pareja, llevaban tiempo de su relación. No la consideraban como la más perfecta pero si como la más feliz.

Los desacuerdos, las pequeñas riñas e incluso los cortos digustos eran cosas que para ellos no restaba importancia alguna a lo especial de su relación. Eran una pareja que ante todos se mostraba perfecta pero ellos preferian verse como algo perfectamente imperfecto.

- Majestad.- Zhan sonrió mostrando sus blancos dientes y un notable enojo.- ¿Quiere empezar una pelea?

- No.- Aclaró su garganta al notar que estaba a punto de desatar el infierno en aquel lugar.- Me alteré ¿De acuerdo? Pero sabes muy bien lo que significa An para mí. Su estado...

Yizhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora