Three

1.2K 107 1
                                    

—¡Tío Didi!.

—¡Bichito mío!—se abrazaron

—¿Cómo has estado Andy?—preguntó Louis cuando se separaron y entraron los tres al departamento

—Todo bien, ¿qué tal tú?.

—Muy bien—sonrió

Los tres se sentaron en el sofá con la televisión prendida de fondo, sobre la mesa ya había tres vasos con jugo y algunas golosinas en las fuentes pequeñas.

Charlie, cariñosamente apodado Andy es su mejor amigo. Lo conoció en su primer trabajo como vendedor en una pequeña florería y desde ahí son inseparables.

Andy pasó todo el embarazo con él y siempre estaba para lo que llegaran a necesitar cualquiera de los dos castaños. Era el tío favorito de Lía, pero ella les agradecería que no se lo diga al tío Scott.

—¿Cómo estuvo esa salida, bicho?.

—Muy bien, conocí a un amigo y mami también. Él estuvo hablando con su tío—ella asintió—Muy felices, si.

—¿Enserio?—él lo miró con una ceja alzada

—Sí. Dan nos regaló esta flor—le enseño su florcita colocada sobre una de las coletas en su cabello

—Qué lindo detalle de tu amigo—la pequeña asintió—Sabes, tengo un regalo para ti, ve a tu habitación—la niña fue corriendo

Les tenía una habitación especialmente para ellos, cuando se iban a quedar algunos fines de semana. De esa forma estaban todos cómodos.

—Así que—sacó una gomita y la metió a su boca—Hablando con el tío.

—Sí.

Louis volvió a acomodarse en el sofá, sentándose sobre su pierna flexionada y dejando la otra encima, agarró uno de los cojines para abrazarlo y se ladeó para mirar a su mejor amigo.

—¿Y cómo es?.

—Normal.

—¿Normal?.

—Sí, normal. ¿Qué quieres que diga? ¿Que tenía tres ojos? ¿Que tenía un dedos de más o qué?.

—Sabes de lo que hablo Tomlinson—lo miró un tanto enojado

—Bien, era guapo.

—Lo sabía—lo apuntó con un dedo

—No hagas un escándalo—rodó los ojos

—¿Y tiene novia o novio?.

—No lo sé, no se lo pregunté—dijo con obviedad—Solo me contó de su trabajo y de su sobrino.

—¿Y en que trabaja?.

—Es abogado.

—Un abogado caliente.

—Andy...

—En algún momento de tu vida debes volver a rehacerla, amigo.

—Lo sé pero ya no soy solamente yo, debo cuidar los sentimientos de mi hija también. No puedo permitir que llegue cualquier persona desconocida a nuestras vidas y que cuando terminemos ella sea la que sufra, no me lo perdonaría.

—Te entiendo, pero no te cierres a las oportunidades.

—No lo hago, solo que estoy concentrado en Lía y en el trabajo, siento que con suerte tengo tiempo para estar con ella.

—Lo sé. Cuando te sientas preparado para ello, permítete amar—el castaño asintió

—Tío Didi, me encanta—la niña apareció con una sonrisa, en sus manos cargaba una casa de muñecas

—Sabía que te gustaría—él le sonrió

—¿Cómo se dice, cariño?.

—¡Muchas gracias!—dejó la casa a un lado y se lanzó a repartirle besos en la cara

—Iré a jugar a la habitación—avisó la pequeña corriendo hacia allá

—Adivina quién tiene una cita—Andy levantó ambas cejas repetidamente

—¿Quién?—dijo solo para complacer a su amigo

—Este nene—se señaló con ambos pulgares

—¿Cómo se llama?.

—Alison—Andy suspiró embobado

—¿Cómo la conociste?.

—El otro día fui al bar con Nick, estuvimos un rato en la barra hasta que nos animamos a bailar en la pista. Su amiga se le acercó a Nick y ella quiso que bailáramos.

—Todo un imán para las chicas—golpeó juguetonamente su brazo

—Así que bailamos un rato y después nos fuimos a la barra a conversar, tenemos mucho en común la verdad y la invité a cenar.

—Mientras la cena no sea hecha por ti, irá todo bien.

—Qué dices, cocino delicioso.

—Ajá, si claro.

—Malagradecido, no te haré nunca más comida cuando me visites—dramatizo

—¿Cuándo es tu cita, galán?.

—Es el Lunes, como a las ocho.

—Me alegro mucho por ti—se sonrieron—¿Y que opinó de tus nalgas caídas?—se burló

—Tenías que mencionarlo—rodó los ojos—Mis nalgas no están caídas—frunció el ceño

—Eso es lo que tú crees.

—Eso es lo que es. Están en perfecto estado—se levantó y él mismo miró su trasero

—Mami, tengo hambre—la niña apareció haciendo un puchero

—¿Quieres comer pasta, bichito?—la pequeña asintió

—La haré yo, la última vez se te recosió—Louis se levantó de su lugar y fue hasta la cocina para preparar

No se volvió a tocar el tema por el resto de la tarde. Los tres jugaron a la hora del té, también jugaron just dance y vieron una que otra película.

En la noche, Andy los fue a dejar en su coche. Louis sabiendo y conociendo a su hija sabía que se quedaría dormida a la mitad del viaje, así que la bañó, le cambió la ropa por una de las mudas que siempre mantenía en casa de Andy y le lavó los dientes con el cepillo que tenía ahí para así solo llegar a su hogar y ponerle pijama.

Luego de despedirse en la entrada de su departamento, acostó a la pequeña en su cama para que al otro día tengan un domingo de regaloneo, entró al baño para asearse y luego se metió a la cama, le dio un beso en la frente a su hija y se quedó dormido.

Did they click?   |L.S|Where stories live. Discover now