Seventeen

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—¡Muero de nervios!.

—¡Cálmate que todo saldrá bien!.

—¡No me digas que me calme!.

—¡Solo respira!.

—¡Creo que estoy entrando en una crisis de nervios!.

—¡Dios, eres una reina del drama!.

—¡Pero no me grites!.

—Okay, fue la emoción. Lo siento.

—Yo también lo siento.

Se puso a mirar la ropa sobre la cama por unos segundos silenciosos. Él estaba solamente con bóxer y con su amiga Clair en la habitación. Lía estaba en la sala viendo sus caricaturas favoritas.

—¿Lía va bien vestida?. ¿Debería llevarle chocolate?. ¿O quizás algún libro?, Harry dijo que le gustaban. ¿O quizás flores?.

—Louis, tú y Lía se verán preciosos. Debes calmarte.

—¡Lo sé, pero es la mamá de Harry!.

—Y ella los amará.

—Parezco una maldita adolescente.

—Sí. Todo saldrá bien.

—Sí, todo saldrá bien—repitió las palabras de su amiga y se desplomó en la cama con los ojos cerrados

La cosa es que Louis estuvo bien toda la tarde, relajado, amable, con una sonrisa adecuada y todo eso en el trabajo, hasta que le llegó un mensaje del Harry maldito cabeza de trapeador Styles diciéndoles que en una hora más los pasaba a recoger.

Cuando llegó a su departamento en donde estaba Clair cuidando a la pequeña de ojos azules, pasó de largo a la habitación de la pequeña para sacarle un hermoso vestido y una muda de ropa en caso de que pase frío.

Clair al verlo pasar así sin siquiera saludarla lo siguió con el ceño fruncido, extraña por su actitud.

—Uhm, ¿Hola? ¿Todo bien en el trabajo?.

Veía a Louis guardar unos jeans junto con una polera y un hoodie en la pequeña mochila rosa en la que guardaba las cosas de la pequeña.

—Hola.

—¿Puedo preguntar qué pasa?.

—Iremos a la casa de Harry.

—¿Supongo que eso está bien?—Louis la miró con el ceño fruncido—¿O mal?.

—A conocer su madre.

—Wow, yo no sabía que iban tan rápido.

—No, ¿no lo vamos?—cuestionó para sí mismo—Solo, ella nos invitó.

—¿Y cuál es el problema?.

—No sé qué hacer. ¡Ya no estoy en edad de conocer padres!.

—¿A qué hora pasa por ustedes?.

—Como en una hora más.

—Entonces, lo que debes hacer, es duchar a Lía y luego tú.

—Sí, haré eso.

Louis llamó a su hija para primero bañarla a ella y luego poder ir él. Respetaba mucho el hecho de que se bañaran por separado.

Cuando su hija estuvo lista y seca, le colocó una hermosa jardinera de mezclilla junto con una polera rosa claro y le hizo unas pequeñas trenzas que solo estaban en el centro de la cabeza dejando el cabello suelto a los lados.

Fue hasta su habitación y miró sus cajones. ¡¿Qué mierda se iba a colocar?! Vio que la chica estaba apoyada en el marco de su puerta.

—¿Que me puedo poner?.

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