Capítulo XII

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La mañana había transcurrido con normalidad, todos en la casa se encontraban haciendo preparativos, las últimas semanas mucho antes de la llegada de Kae con el clan Senju, Hashirama había pedido preparar un evento importante a todo su clan, mencionando que este traería invitados muy especiales para entonces.

―Señorita Dai, no cargue eso, aun se recupera... ―Reprendió una de las tantas mujeres que se encontraba arreglando la estancia donde se llevaban acabo sus reuniones y fiestas.

Kae en un intento desesperado por ayudar y poder retomar su fuerza lo suficiente para irse corriendo, intentaba ayudar en todo lo que podía, para evitar estar encerrada en su habitación asignada, acostumbrándose a retomar por completo su capacidad motriz, cosa que todas las mujeres evitaban día a día.

Desde la noche en que ella y Tobirama hablaron, lo había evitado a toda costa, sin verlo ni convivir de ninguna manera posible, estaba segura de que él era consciente que ella claramente no era la Senju que buscaban, ninguna Senju en realidad.

―Yo puedo...

―Nomiko-san, creo que es momento de dejar que Dai se reincorpore a las actividades diarias...

Una voz suave llamó la atención de las dos. Yagura se acercaba con una pequeña sonrisa hasta ellas, cargando de igual forma dos floreros vacíos. Inmediatamente Kae se puso nerviosa, no estaba lista para hablar con ella en cualquier forma.

―Esta bien, pero si sucede algo no olvide decirnos. ―Así la mujer de avanzada edad se despidió con una sonrisa para darse la vuelta buscando continuar con sus tareas.

―Gracias...

―Tranquila, más que ayudar en este momento ya debes estar estresada de lo mucho que te cuidan. ―Yagura le extendió uno de los floreros.

―No negaré que me gustaría un poco de espacio. ―Río Kae, tomando este, comenzando a caminar junto a ella fuera de la estancia.

Kae muy fuera de los nervios de decir algo incorrecto, se encontraba embelesada, después de tantos años finalmente hablaba con ella, tan sólo había podido verla a lo lejos, desde donde siempre se escondía junto a Lyan. Yagura representaba todo lo que ella quería, una familia, un clan que la respaldara en cualquier situación y una vida pacifica, hasta aquel trágico día en donde un error lo cambió todo. La vida de Yagura había decaído mucho, debido a las cicatrices de aquella batalla, ella ya no era candidata a casarse con ningún líder de los clanes importantes, todos se referían a ella como una belleza arruinada, basándose a la corta cicatriz que recorría su mejilla y gran parte de su pierna, eso para Kae no era justo.

―Tranquila, Mito me comentó que te recuperarás pronto ¿Volverás a las misiones?

―Eh... Claro, estoy ansiosa en realidad, ya no quiero permanecer encerrada... ―Respondió Kae en doble sentido, con la urgencia de irse de allí.

―Me alegro mucho, después de lo que me pasó a mi perdí toda intención, es bueno que no te dejes caer. ―Dijo la Senju, dejando el florero en uno de los extremos de la entrada de la estancia.

La mirada de Yagura reflejaba una tristeza irremediable, Kae notaba como en ese momento la de mirada morena se estaba comparando con ella. Eso la rompía. Sin control de sus impulsos, la de ojos olivos tomó entre sus manos las de Yagura, apretando estas levemente, sin despegar ni un segundo su mirada de aquellos tristes ojos.

―Yagura esa no fue culpa tuya, tu no sabías lo que ocurría... Eres una mujer preciosa, incomparable, lo que sucedió no es algo que tu pudieras manejar, todo fue fruto de la guerra desatada por nuestros antepasados en donde ninguna de nosotras tuvo un papel relevante... ―Kae poco a poco sentía que sus palabras se enredaban, quería llegar a su punto.― Lo que quiero decir es que, tienes que vivir con la frente en alto, no dejes que un error como ese termine con tu vida, con tu espíritu.

Sin darse cuenta, Kae le hablaba como ella misma, fuera de su personaje Senju, ella genuinamente quería disculparse con Yagura. Mientras tantos los ojos de esta demostraban sorpresa, se veían cristalizados.

―G-gracias, Dai...

―Por favor, no me agradezcas nada.

―¿Molesto? ―La voz grave de Tobirama desvió la atención de las 2 hasta él.

Kae soltó las manos de Yagura con suavidad, un sentimiento de alivio llenó su pecho, le dijo lo que por tanto tiempo había guardado.

―¿Qué sucede, Tobi? ―Preguntó la Senju mayor, sonriendo hasta su hermano, sus ojos marrones seguían cristalizados.

―Hashirama busca a Dai, debo llevarla. ―Tobirama notó el semblante de su hermana, sintió escalofríos.

Rápidamente este sin explicar mucho, tomó el brazo de la de ojos verdes, sacando a esta del trance en el que se encontraba. Kae sólo se despidió de Yagura con una seña la cual correspondió con una pequeña sonrisa.

Después de caminar fuera de la mansión, asegurándose Tobirama que nadie los viera, llegando hasta el valle lleno de arboles que rodeaba la casa de su clan, soltó el brazo de la chica, quien se encontraba confundida mirando al de cabellos plateados.

―¿Qué sucede...?

―¿Qué crees que estás haciendo? ―Sus palabras eran duras, sin sentimiento alguno, tan neutral como él solía ser.

―No entiendo.

―¿No? Creo que puedo hacerte memoria... ―Habló Tobirama acortando la distancia entre ellos.― Llegas a mi casa, te infiltras llamándote a ti misma con el apellido al que tanto daño haz provocado ¿Y quieres ser amiga de mi hermana?

―¿Cuando te diste cuenta?

―Si crees que soy tan imbécil para pensar que realmente eres Senju Dai estas muy equivocada.

―¿Cuando? ―Insistió la de mirada verde, ahora su semblante era diferente, estaba siendo ella misma nuevamente.

―Desde que encontré tu moribundo cuerpo pidiendo ayuda en aquella cueva putrefacta.

―¿Por qué tu...?

―Te dije que te mataría, pero no dije cuando. ―El odio de Tobirama era imponente.― Cuida tu espalda, te estaré vigilando.

―¿Por qué no matarme de una vez? ¿Miedo?

En un rápido e imperceptible momento para Kae, Tobirama se encontraba a su espalda, amenazando su cuello con un kunai lleno de sellos. Esta sólo lo miró de reojo.

―Ya no soy un niño, yo decidiré cuando eso suceda y te prometo que por el poco honor que tienes, que yo mismo me encargaré de matarte.

―Patetico.

―Piensa lo que quieras, pero si me entero que diste un paso fuera de esta casa, te prometo que no vivirás lo suficiente para ver más allá de los árboles.

Así, este soltó a la chica, alejándose de ella, recogió el kunai que se encontraba en su espalda, guardando este en su bolsillo. Dispuesto a irse este se giró, no sin antes mirarla por última vez.

―Mejora tu papel de mierda, lo haces terrible, a este paso mi clan quemará tu cuerpo antes de que yo siquiera pueda cortarte el cuello. ―Sin rastro, el de cabellos plateados desapareció de su vista, dejándola finalmente sola.

Ahora se encontraba más encerrada de lo que antes se sentía.

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(Si no veo votos no actualizo 👀)

Holas uwu he regresado porque había olvidado lo mucho que amo este fic y retomarlo es lo mejor de todo, espero lo amen como yo C:

―Nova.






El Ave Roja |Senju Tobirama|Where stories live. Discover now