Capítulo XV

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Sin mucho que hacer aquel día, Kae se había levantado con toda la intención de tener un día productivo, cosa, que las mujeres encargadas de su cuidado le hacían difícil, harta de ellos, se escabulló por los jardines de la mansión, encontrando uno tan solitario como hermoso, una fuente con peces koi de un color blanco de manchas naranjas y brillantes, un precioso césped verde que se veía cuidado y finalmente, bambú en todo el perímetro del jardín, dándole más privacidad al lugar, era perfecto para estar sola, justo lo que necesitaba.

Sin pensarlo demasiado, la castaña de largo cabello se acercó hasta la fuente, quitando los zapatos que traía, metió sus pies en esta, una sensación de libertad recorrió todo su cuerpo.

―¿Dai?

La suave voz de la princesa del clan sobresaltó a la castaña, obligándola a mirar detrás suyo; una Yagura con cabello húmedo se encontraba parada sobre el tatami de la habitación que abría hasta aquel jardín, la de ojos verdes se sonrojó, pensando en que entre todos los jardines de la casa, justamente ese era el de Yagura.

―Lo siento, me voy...

Antes de que Kae siquiera pudiese salir de la fuente, Yagura se aproximó a ella en pasos descalzos, tomando su hombro, dirigiéndole una sonrisa sincera.

―No te preocupes, nadie nunca me visita, hazme compañía.

La de ojos verdes le dio una pequeña sonrisa, ese comentario la había echo sentir mal. Kae se movió a un lado, dejando un espacio para que ella pudiera sentarse, Yagura agradeció, metiendo de igual manera sus pies a la fuente.

―No quiero que suene mal, pero, ¿Qué haces aquí?

Kae la miró brevemente para después suspirar, observó sus pies nadando en la fuente, se sentía cansada de no poder dar un paso sin ser observada.

―Supongo que necesitaba un lugar tranquilo.

―Este es el jardín de mi cuarto ¿Cómo llegaste aquí?

―Supongo que sólo camine. ―Se alzó de hombros.― Es gracioso verte aquí. ¿Cómo te haz sentido desde la reunión?

Yagura volvió a sonreír ahora mirando hasta el cielo brillante y despejado, sus pies se movían en el agua alborotando esta, Kae la miró sorprendida.

―¿Tu... si quieres casarte?

―Eso creo.

―¿Estás segura de que quieres hacerlo con él?

―¿Madara?

La de mirada oliva asintió.

―Quizás nadie lo sabe, pero... él y yo nos conocimos mucho tiempo atrás y desde mi accidente, ha sido un aliado para mi...

―Estuvo en una guerra contra tu familia... ―Su voz sonaba molesta.

―Él nunca me hizo daño, Dai, mi clan por otro lado... me apartaron y prácticamente me ocultaron al mundo. ―Yagura ahora miraba a la castaña, con serenidad.― Y estoy agradecida de que sea él con quien cumpla mi deber y no un extraño capaz de hacerme lo mismo.

La de cabellos más largos entendió a lo que refería, ser marginada por la gente, el no poder hablar con nadie y tener el mínimo contacto con las personas a tu alrededor, ambas se sentían igual.

―¿Y tu? Hashirama me dijo que te ha visto muy cerca de Tobirama...

―¿Qué?

―Sería lindo que mi hermano se casara... A veces creo que necesita un abrazo, yo lo necesitaba.

Kae miró atónita a la chica y por alguna razón fuera de su entendimiento su corazón empezó a latir muy rápido, un fugaz pensamiento de un chico de mirada y cabellos oscurecidos pasó por su mente, su vida había cambiado tanto los últimos días que el pensar en nunca regresar a su hogar la aterraba.

El Ave Roja |Senju Tobirama|Where stories live. Discover now