El Ave Roja |Senju Tobirama|

Capítulo V.

Cerré la puerta lentamente detrás mía, no quería hacer ruido, después de unas horas de llanto, Yagura ya se había dormido y vaya que había costado.

―¿Cómo se encuentra?

Miré a mi hermano quien se encontraba frente a mi, con un rostro preocupado y con los ojos levemente rojos en señal de haber llorado, todos estábamos devastados. Unos más que otros.

―Mal.― Respondí seco, sin buscar otra palabra, ¿Qué más decir? Así se siente. Mal.

―Tobirama...

―¿Sabes qué, Ani-ya? A mi no tienes que consolarme, mejor piensa lo que haces, con quien hablas.

Así, salí por el pasillo conteniendo mi rabia, estar ocultando esto, no me ayudaba.

...

―Ahora que Itama no esta debemos buscar un nuevo líder de escuadrón.― Habló uno de los presentes con suma seriedad.

El momento era critico. La muerte de Senju Itama los dejaba problemas, necesitaban a un nuevo escuadrón para complementar las fuerzas del norte. Senju Batsuma se encontraba entre la espada y la pared.

―Señor si me lo permite...

―Nunca.― Corto Batsuma, con una voz furiosa, sabiendo las intenciones de aquel hombre.

―Estoy seguro de que ella podrá cargar con esto, ahora que Itama esta muerto debió desarrollar fortaleza...

―¿Eres consciente de lo que hablas? ¡Es una niña y mi hija!

―¿Pero qué hay de todo ese entrenamiento? ¿Planeamos tirarlo todo?

―Estamos en tiempos difíciles, es para que ella sepa cuidarse sola.― Respondió aun con rabia contenida Batsuma.

―Ahora lo sabe, y la necesitamos junto a Tobirama.

―No quiero meter a mi hija en todo esto.

―Batsuma-sama, usted sabe que últimamente hemos estado perdiendo más hombres de lo usual, puede que el clan Uchiha tome mando de esto, debemos usar hasta nuestros últimos recursos...

―Escúchame bien, Jango, estas hablando de mi hija.― Enfatizó. ―Pero por más que busco soluciones no las encuentro...― Lamentó el Líder― Amo a mi hija como a nada, pero en esta situación...

―En esta situación necesitamos gente, su hija esta entrenada como ninja sensorial, puede ser muy útil para descubrir lo que está pasando...

Batsuma evitó la mirada de aquel hombre insistente, su mente correspondía a que era lo correcto, enviar a su hija como apoyo a la zona norte, de algo iba a servir, pero su corazón se apretaba cada vez que lo pensaba, temiendo por la vida de su única hija. De su amada Yagura.

―Lo haré.― Respondió quedado, con un sentimiento de culpa martillear en su pecho.― Pero yo iré con ella.

―Batsuma-sama, el punto de esto es mantener las fuerzas equilibradas, lo necesitamos en el escuadrón sur...

―No permitiré que mi hija este sola en esta guerra, iré con ella y punto.

―Como diga, Batsuma-sama.

Así, aquel hombre de ojos y cabellos castaños salió dejando a Senju Batsuma con demasiado arrepentimiento acumulado.

¿Ahora como se lo diré a mis hijos?

...

Dejé el plato sobre la mesa, haciendo una pequeña reverencia para después levantarme de mi lugar y salir del comedor junto a Hashirama.