Capítulo VII.

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Miré la pila de pergaminos frente a mi. Suspiré con cansancio, tomando uno de los muchos que se encontraban ahí. Quité la cinta roja mal amarrada que lo mantenía cerrado, abrí este observando la caligrafía tan fea que se encontraba en el.

―¿Quién escribió esto?― Intente leer aquella horrible letra.― ¿Punta? ¿Pulir? No entiendo...― Murmuré al ver una de las palabras más resaltadas entre todas, pero era ilegible.

Lo observe detalladamente, estaba levemente manchado de barro y quizás algunas marcas de agua en ciertas partes. Estaba escrito de forma rápida, la caligrafía estaba chueca y parecía temblorosa. La única palabra entendíble era reporte. Tan sólo eso.

―Debe ser una broma.― Dejé el pergamino de lado, sin prestarle mucha atención.

Me cabreaba el hecho de que toda la vida les he explicado acerca del formato del reporte, si había algo que querían comunicarme el pergamino debía estar en óptimas condiciones, limpio, bien escrito y claro, una redacción formal. Esto no era más que basura.

Tomé otro de los pergaminos, el cual se encontraba en excelente condición. Todos reportes de daños.

Desde hace 5 años fui encargado a la lectura de estos reportes para crear estrategias en contra de nuestro enemigos, todos los puntos de ellos era importantes y estar en el área de inteligencia y estrategia era un honor para mi, pues eso quería decir que era considerado un genio.

―¿Tobi?

Alcé mi vista hacia la puerta, observando a mi hermana quien asomaba si cabeza por el umbral de la puerta corrediza.

―¿Otra vez te sientes mal?― Pregunté con preocupación, dejando el pergamino en la mesa.

―No, sólo venía a verte...

Asentí, tomando el pergamino nuevamente.

―Estoy bien, algo cansado, sólo me falta leer estos.― señalé la pila de pergaminos frente a mi.― ¿No irás a dormir?

―No puedo dormir sabiendo que sigues despierto.― Yagura se acercó, tomando asiento frente a mi.― Te ayudaré a leer algunos.

―Es mejor que descanses, salimos en dos días.― Regañé, intentando que no se malpase.

―Quiero ayudarte, tu eres el que no entiende que debe descansar ¿Si?

Suspiré rendido, ella no se iría hasta mínimo ayudarme con alguno.

―Toma uno, léelo y si encuentras más bajas de lo normal o algún evento extraño, dime.

Ella asintió, buscando con la mirada entre los pergaminos. Ignore su presencia, centrándome de nuevo en el pergamino que mantenía en mano.

―¿Este por qué está en el suelo?

Nuevamente la miré, entre sus manos estaba el pergamino completamente sucio de origen desconocido. Me alcé de hombros, no tenía ni idea de quien era y no estaba en condiciones de leer, por lo tanto no me interesaba.

―Esta sucio y no se entiende, no sirve.― Conteste indiferente, pues realmente no lo leería.

―¿Y si es importante?

―Si no se dieron el tiempo para hacer bien un reporte ¿Por qué debería importarme?

―Siempre igual, Tobirama.― Dijo, tomando el pergamino del suelo.

Ignore sus acciones, no podría leerlo y de ser así, daba igual, quizás era un reporte perdido del sur y ahí es donde menos acontecimientos suceden.

Tomé la taza de té que se encontraba sobre mi escritorio, inclinando esta sobre mis labios.

―Tobirama.― Llamó Yagura, interrumpiendo mi té.

―¿Mhm?

―Creo que si es importante...― murmuró sin despegar la vista de aquellas ilegibles letras.

―¿Por qué lo dices?

―No estoy muy segura de lo que dice todo el texto... pero hay una parte perfectamente escrita.

Fruncí el ceño con duda, no había prestado tanta atención a lo escrito pues con ver las primeras palabras lo descarte.

―¿Qué dice?

Pérdida total de escuadrón.

Salté de mi asiento, por la sorpresa, era cierto que algunos escuadrones habían desaparecido, pero todos habían sido reportados hacia un mes y todos de la zona este.

―¿Zona?― Pregunté apurado, pues yo no entendía aquella letra, pero ella si.

―Sur.― Dijo sin despegar su mirada del papel.― Tobirama, este reporte debió llegar hace un una semana ¿Por qué está aquí?

Realmente no comprendía la situación, las cosas empezaban a tornarse extrañas, iniciando por la dudosa procedencia de aquel pergamino.

―¿Entiendes algo más?

Asintió, observando con detalle el reporte. Esperaba que nada fuera de lo normal ocurriese, pero sabía que algo sucedía. Una zona fuera de anormalidades, un escuadrón perdido del que nadie sabía. ¿Cómo había sido posible? ¿Cómo pudimos pasar por alto eso?

―Parece ser que el pergamino fue escrito antes de la desaparición del equipo...― Murmuró con extrañeza.

―¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Cómo pudieron escribir un reporte de desaparición si todavía no lo hacían?

Nada cobraba sentido.

Yagura alzó su mirada hasta mi, más seria de lo normal, claro, la situación me tenía igual o peor.

Parece ser que ellos ya sabían lo que pasaría.― Pausó, dejando el pergamino sobre el escritorio.― Algo debe estar sucediendo en el valle, Tobirama.

―¿No hay nada más escrito?

―Hablan de mucha situaciones distintas... emboscada, pero hay algo más...

―Yagura por favor, al grano...― Supliqué al borde de los nervios.

―No detallan nada acerca de los Uchiha, aquí marcan que nunca vieron uno, es más, no vieron contra lo que peleaban.

―Yagura no estoy para bromas, esto es muy serio.

―Lo es, no te estoy mintiendo ¡Aquí marcan que nunca vieron algo!― Señaló las letras corridas.― Ellos sabían que morirían, pero no sabían contra que estaban peleando.

Suspiré con presión total, en mi mente todo lo que ella decía intentaba formarse, pero no había manera, encontrar el sentido a esto es más difícil de lo que normalmente seria para mi.

―Hay algo más...― Continuó, obligándome a mirarla.― Sólo hubo una cosa que pudieron ver.

―¿Y? ¿Alguna pista? ¿Algo?

―Una pluma, roja según esto.

Abrí los ojos con sorpresa, esa era la palabras que yo no lograba adivinar hacia unos momentos.

Pluma.

¿Un ave?

El vago recuerdo de aquella chica que vivía en el valle regresó a mi después de tantos años, ella había desaparecido sin dejar huella hace mucho tiempo, pues la guerra continuo con normalidad después del accidente de Yagura. ¿Había regresado?

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-Nova.

El Ave Roja |Senju Tobirama|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora