Capítulo VI.

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Todos seguíamos a mi padre sin perder el paso, sin hablar, manteniendo todo el sigilo posible para desplazarnos. A ultima hora nuestro escuadrón cambió de rumbo, ahora nos dirigimos al lado sur del valle, mientras Hashirama se encontraba en camino al lado norte.

Mis nervios eran palpables, mi primera vez en un campo de batalla y todo estaba extrañamente tranquilo, pero a pesar de eso, no podía concentrarme. Tenía un presentimiento.

―Yagura ¿Estas bien?― Preguntó Tobirama, quien corría a mi lado. Su rostro delataba preocupación.

Sonreí minimamente, él estaba preocupado, yo estaba nerviosa y mi padre, parecía pasar del tema. Pero sé que le preocupo.

―Estoy bien, sólo son nervios...― Nuevamente giré mi vista al frente. Lo que menos debía hacer era desconcentrarme más.

―Si algo sucede sólo dilo, puedo tomar tu lugar...

―¡No!― Exclamé, intentando ser lo más prudente que pude.― Este es mi trabajo, Tobirama, concéntrate en lo tuyo.

Si bien, yo no era la única ninja sensorial del equipo, contando a mi padre y a Tobirama, ellos debían centrarse en sus asuntos, el cual era la pelea que seguramente nos esperaría pronto.

Nuevamente miré al frente, según el chakra al rededor los únicos en aquel lugar eramos nosotros. No hay nada extraño. Pero el camino era sumamente largo, la distancia entre el clan y ese valle era kilómetros y kilómetros de puro bosque. Ya estaba cansada y sentía mi respiración un tanto agitada, al contrario de ellos, acostumbrados a este tipo de expediciones casi diarias.

Dejé salir un suspiro de cansancio, saltar era mucho más pesado pero silencioso, no quería quedarme atrás y mucho menos quería parecer débil.

―¡Alto!― Mi padre, quien iba detrás de todos nos detuvo, observando el lugar con curiosidad.― Nos detendremos aquí.― Sentenció mi padre, bajando de un salto hasta el suelo.

―P-pero Batsuma-sama, todavía no vamos ni a la mitad...― Reprochó Jango, mano derecha y hombre más fiel de mi padre.

―Es lo mejor.

Así, todos bajamos desde los árboles, logrando tomar un descanso de tan pesado viaje.

―Esto no es para mi...― Musité por lo bajo, intentando que nadie me escuchase.

A decir verdad aun era difícil esta situación. Tanto Tobirama como Hashirama desaprobaban esta idea, pero no tenía muchas opciones. No me acostumbraría tan fácil a esto.

―¿Ya te sientes mejor?

Mire a mi padre, quien se mantenía parado frente mio con una expresión neutra. Asentí con la cabeza, él en realidad sabia que no estaba preparada.

―Estoy bien, no tenemos porque detenernos...

―No.― interrumpió, tomando asiento a mi lado.― Yo sé lo que sientes, Yagura, no es fácil, tomaremos las cosas con calma.

Sonreí internamente, estaba dejando de lado su puesto por su preocupación. Senju Batsuma no era tan malo como mucha gente decía. Pero ese presentimiento aun estaba.

...

Con cuidado caí sobre una de las ramas más bajas, seguido de mi, sentí como Vay llegaba a mi lado. Con un movimiento de manos aprobé el seguir nuestro camino con total silencio.

Hoy era un nuevo día, nuevamente los clanes lucharían dentro del valle, y tanto Vay como yo nos encontrábamos preparando la zona más segura de todo el lugar. Los túneles.

―¿Crees que salga todo bien?― Preguntó Vay, quien sonaba bastante nervioso.

―No te preocupes, sólo debemos esperar.

El Ave Roja |Senju Tobirama|Where stories live. Discover now