Capítulo 19

86.6K 7.4K 1.5K
                                    

[En Multimedia: Jane Sinclair, la mente maestra]

Mientras Jane nos observa inmóvil, noto que finalmente está recobrando sus sentidos y ha logrado cerrar la boca.

Empiezo a temblar. ¡Le va a decir a todo el mundo y todo mi plan de ganar tiempo se echará a perder! ¡Y Matt tendrá que pagarle a Hannah hoy por nada! Y ahora todos se van a emocionar... y... y...

Mi raciocinio me da una cachetada en ese momento. "Contrólate, loca desquiciada", me grita haciendo que recobre la compostura.

No hay excusa tonta o cuerda que funcione en este momento. La hermana de Matt, que para mí parecía una aliada, acaba de observarnos por quién sabe cuánto tiempo mientras nos besábamos apasionadamente. Hasta me da vergüenza de tan solo pensar que ella estaba ahí en primera fila, de espectadora.

Matt me conoce, sabe que muero de la vergüenza, así que me trae contra su cuerpo para abrazarme como diciéndome: "estoy aquí contigo, no es tan grave, no te preocupes".

-¿Qué... haces aquí?-se atreve a preguntarle a Jane, quien mira a todas partes, incómoda ante la situación que la hemos puesto a vivir.

Balbucea y sonríe nerviosa.

-Vengo a veces aquí... a...-le está costando hablar-. Pensar.

¡No juegues! ¿Ahora todos vienen a este balcón a pensar? ¿Qué tiene? ¿Un poder mágico que aclara los pensamientos?

-¡Jane! ¿Qué haces en mi balcón?-resuena la voz entrante de Isabella y ahora sí los tres nos petrificamos. Le niego mil veces con la cabeza a Jane rogándole que por favor no diga nada y nos apoye, solo por esta ocasión.

Y justo cuando estoy por susurrarle algo más, siento que Matt me suelta la espalda de la impresión y yo, bajo el mismo efecto, echo mi cuerpo hacia atrás olvidando por completo que estoy sentada en el barandal de un balcón y que abajo hay una perdición.

Pierdo el contacto con el concreto sintiendo que la gravedad me traiciona en ese momento. Lo último que alcanzo a ver es a Jane, volteándose nerviosa fingiendo una sonrisa ante Isabella y a Matt asomándose para intentar alcanzar mi cuerpo.

Caigo por el abismo que da con la planta baja, y en el trayecto, me golpeo con algunos arbustos que rozan mi piel lastimándola. Mi chaqueta se enreda con una rama causando que quede suspendida en el aire, ¡justo en medio de una ventana que da con el salón donde se está llevando a cabo la fiesta de Joseph! ¡No puede ser! ¡¿Pero qué demonios hice para merecer esto?!

Hago mi mejor esfuerzo por no hacer ruido para que ninguno de los invitados me escuche. Hasta Joseph está ahí sentado, disfrutando de la velada con sus amigos. ¡Trágame arbusto, por favor!

Entretanto, logro escuchar las voces del piso de arriba.

-¡Isabella! ¿Qué haces aquí?-pronuncia Jane sumamente nerviosa.

-Es mi habitación-Isabella finge una risa-. Y yo pregunté primero, querida.

-Sí, por supuesto, qué tonta yo, ¿no?-Jane es la siguiente en fingir una risa-. Sabes, vine a buscar esas hermosas botas rojo vino que prometiste prestarme... la semana... pasada.

Oh por Dios, nos está cubriendo. Puedo equivocarme en muchas cosas, pero estoy segura que Jane nos está cubriendo. Sigue siendo mi aliada, después de todo.

-Oh, me hubieses dicho, con gusto las busco para ti.

Matt se asoma en ese momento a través del barandal y logra encontrarme entre los arbustos.

-¡Emma!-exclama lo más bajo que puede, a lo que levanto una mano rogándole que me ayude a salir de este embrollo. Pero luego, se voltea dándome la espalda.

Factura al corazón © DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora