Capítulo 21

75.7K 8.5K 1.8K
                                    

[En Multimedia: El rostro de decepción de Emma]

—No escucho nada—la voz ansiosa de Jane resuena a mi lado. 

—Yo tampoco.

Todo está muy tranquilo, más de lo que me gusta. La conversación entre Joseph, Isabella, Hannah y Matt se mantiene como en un principio. ¿De qué tanto hablan? ¿Será que, después de todo, están armando una revolución en nuestra contra sin que nos demos cuenta? 

—Mejor nos acercamos—Jane da tres pasos hacia adelante, dispuesta a arremeter contra la conversación maligna, pero la tomo del brazo antes que prosiga. 

—Espera, ¿y qué si se dan cuenta?—estoy preocupada, perdiendo la esperanza de nuevo de que ganemos esto. 

—No se darán cuenta, tengo un plan—replica, completamente segura, a diferencia de mí. Me toma de la mano para arrastrarme con ella mientras camina en dirección hacia la conversación de los Sinclair con Hannah, pero justo antes de llegar, nos desviamos.

Entonces, sin preguntar, nos colamos en medio de una conversación de dos hombres que no tenemos ni la más remota idea de quienes son. Ambos se ven mayores, como de la edad de Jane. 

—Hola—Jane finge una sonrisa, pero ni siquiera se inmuta en establecer contacto visual con alguno de ellos. Yo menos. Estamos demasiado concentradas tratando de escuchar lo que se está dando en la conversación de al lado. 

—Sí, nos casaremos en semana y media—informa Isabella ilusionada. Con que hablan de su boda, y yo pensando que armaban una conspiración en nuestra contra—. Obviamente estás invitada. 

¿Invitada? ¡Bah! Qué más da, invitaron hasta al vecino de al lado que ni siquiera conocen. El que no tiene invitación a esa boda en Los Ángeles es porque es enemigo de los Sinclair. 

—Oye, tú eras la que estaba bailando como estríper hace un rato—en nuestros oídos resuena la voz de uno de los hombres. Tengo que observarlo, no me queda de otra. Es como de la estatura de Jane, cabello moreno corto, ojos claro. 

—Oh sí, ¿te gustó mi baile?—pregunta Jane haciéndose la interesada. 

El moreno asiente con la cabeza.

—Sí, me encantó—responde entre risas. 

—¡Genial!—Jane pretende emocionarse, pero luego cambia su semblante a uno serio—. Porque no vas a tener uno. 

De acuerdo, Matt tiene razón. Es malévola. 

Prestamos atención a la conversación de al lado. 

—Escuché que son los dueños del hotel más lujoso de Palm Springs, mi familia vive allá—Hannah comenta. 

—¿Enserio?—es el turno de Matt de hablar—. Deberíamos ir a visitarlos un día de estos. 

Buena actuación, Sinclair. Ni siquiera a mí me has llevado a visitar a mis padres, pero con ella sí se te ocurre que "deberías" conocer a sus padres, aunque sea de mentira. 

Alguien empieza a tocarme el hombro. Me volteo para encontrarme con que es uno de los hombres con los que "conversamos". O debería decir... ¿usamos para nuestro propósitos mezquinos?

—Emma, ¿cierto?—también tengo que mirarlo, no tengo muchas opciones en estos días. A diferencia del otro hombre, éste se ve más joven. Tiene el cabello muy claro, casi rubio, corto y ojos café claro. Igual que el anterior, mantiene casi la misma estatura que Jane. 

—Sí—respondo para no ser grosera, pero lo evado seguidamente. 

—Escuché que estás buscando un príncipe azul. Yo soy uno.

Factura al corazón © DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora