Capítulo 33

68.7K 6.7K 2.5K
                                    

Mi corazón olvida cómo latir.

Está pausado, inseguro sobre qué frecuencias son las correctas para trabajar dentro de mí.

Podría latir fuerte tras ver al amor de mi vida ahí parado, luego de dos días sin estar con él. Dos días sin sentirlo, sin reír a su par, sin luchar por el liderazgo en la tabla de puntuaciones ficticias.

O podría latir lento y sufrir de un infarto porque, que el amor de mi vida esté ahí parado, solo significa que está enterado de todo y estoy por perderlo.

¿Qué hace aquí? Se suponía que regresaba mañana. ¿Y cómo llegó tan rápido a Los Ángeles? ¡Alemania está a doce horas de distancia! ¡Hasta hace poco hablé con él!

No, hablé con él hace más de doce horas. ¡Santo Cielo! ¡Tomó un vuelo sorpresivo para estar conmigo y yo aquí con el idiota de mi ex-novio! ¿Qué demonios he hecho?

El horror se manifiesta como un temblor corporal que inicia por mis manos, se extiende por todo mi torso y ahonda en lo más profundo de mis entrañas.

—Ma... Ma...—mis cuerdas vocales flaquean.

—Pero mira nada más, te hago temblar—Oliver recurre a la picardía, pero no le presto atención—. Déjame besarte y verás lo que ocasionaré en ti.

Ni siquiera mis oídos se esmeran en funcionar. Las palabras de Oliver son completamente insignificantes ante lo que mis otros sentidos están temiendo percibir.

Matt, todavía desde la entrada del salón, libera sus brazos del cruzamiento en el que se encontraban. Abandona su atención en mí por un instante para centrarla en Oliver, quien insiste en toquetearme sin importar el lugar público en el que nos encontramos.

Sus oceánicos ojos, ardientes en ira, vuelven hacia mí conectando con mis pupilas repletas del más puro horror.

Empujo a Oliver con todas las extremidades que el Creador me otorgó, pero nada lo quita de encima.

No es nada raro. Luego de insinuarme de la forma en que lo hice —aunque haya sido parte de mi plan vengativo—, seguramente debe pensar que estoy jugando.

En un abrir y cerrar de ojos, Matthew Sinclair se encuentra caminando sin prisa hacia donde nos encontramos.

Su expresión no es de enojo. Es peor. No denota emoción alguna, lo que para mí solo significa una cosa: está envuelto en una cólera más feroz que el terror que siento en todo mi organismo.

—Oli.. Oliver... quíta...—sigo sin poder pronunciar palabra.

—Sabes que me encanta que te hagas la difícil, Emm—ríe Oliver, sin percatarse que detrás de él, está la figura de Matt.

Matt se arregla la garganta, con la intención de hacerse notar, pero Oliver continúa carcajeando, mientras yo hago mi mejor intento por separarlo de mí.

—Vamos, Emm—insiste.

—¿"Emm"?—cuestiona Matt intencionadamente.

Todo parece detenerse. El bullicio de fondo de las personas que hablaban, la picardía de mi inepto ex-novio, los latidos de mi corazón.

Oliver, enseriándose, gira su rostro en dirección a la voz que para él es desconocida, pero que para mí es un arma enloquecedora.

Matt gruñe.

—¿Quién eres? ¿Y por qué estás encima de mi novia?—dice, pausadamente, pero desafiante.

—Matt, esto no es lo que...—intento defenderme.

Factura al corazón © DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora