Capítulo 9

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De vuelta en el presente.

—¡Azami! —gritaba Darya desesperada.

Hace rato que Darya se encontraba esperando a Azami a la orilla del lago, teniendo mucho cuidado de no caerse al agua. Siempre había soñado con poder nadar y sentir el agua fluir a su alrededor, pero era consciente de que aquel era un sueño imposible. El simple hecho de estar tan cerca del lago la hacía sentir muy nerviosa.

Además, era un día nublado, temía que pudiera llover en cualquier momento. En aquel momento de desesperación, recordaba haberle insistido a Azami quedarse en casa, pero ella debía entregar un pedido de moluscos a la enfermería por alguna razón que no entendía y al final Darya tuvo que acompañarla, no pensaba romper su promesa. Cuando Darya acompañaba a Azami a la playa, era capaz de ver su pelo rosa en el agua y eso la mantenía tranquila. En cambio, era notablemente más oscura y no le permitía ver más allá de su superficie, era como un gran espejo negro.

Hacía varias semanas que su padre había emprendido un viaje junto a los Sabios y Darya le había prometido no separarse de Azami hasta que él volviera, ya que en ese momento, solo se tenían una a la otra. Y Darya no sabía qué hacer, Azami no había vuelto a salir del agua en un buen rato, aunque sabía bien que ella era muy buena aguantando la respiración, comenzaba a preocuparse de que algo hubiese pasado ahí abajo y lo peor era que aunque quisiera no podía hacer nada, le era imposible entrar al agua.

Por un momento, pensó en buscar ayuda de Eamon, ella no podía entrar al agua, pero él sí. El problema era que tardaría mucho en llegar. Por su cabeza pasaban miles de cosas mientras intentaba buscar una solución, aunque todas incluían alejarse para buscar ayuda o entrar al agua y ambas le asustaban en partes iguales. Estaba cada vez más desesperada al sentir que se le acababa el tiempo. Darya odiaba llorar y aun con la impotencia que sentía, se resistía a hacerlo, no quería sentir las lágrimas quemando en su rostro, y amenazaban con salir siempre que se imaginaba viviendo sola, sin su hermana.

Sintió como se deslizaban las lágrimas por su rostro, emitiendo aquella característica luz blanca que se formaba cuando un Blue tocaba el agua. El dolor por las lágrimas siempre la hacía llorar más y eso era una verdadera tortura. Darya odiaba su don y todo el dolor que venía consigo, pero no más que la idea de quedarse sola. En ese momento, sus opciones eran quedarse ahí llorando y aceptar su derrota, por haber dejado a su hermana y por ser una inútil que no pudo salvarla, o lanzarse al agua, aunque acabaría con su vida.

Durante muchos años se vio tentada a acompañar a Azami en sus aventuras por las olas, soñaba con ir a pescar con ella, subirse al bote y encontrarse rodeada por nada más que el mar, pero siempre había escuchado las historias de los cientos de Blues que habían muerto con los años desde que la maldición se dictó, se imaginaba cómo había sido ese momento para ellos, su piel brillando mientras desaparecía lentamente en el agua, como sal disolviéndose en agua.

Se agachó junto al lago, podía ver su reflejo en el agua tan oscura. No podía creer lo inútil que era, no soportaba el hecho de que así acabaría todo. Se preguntó si realmente estaba cuidando a Azami si no podía hacer nada por ella, o si simplemente estaba acompañándola esperando que no le pasara nada. Si pasaba algo en el agua, solo le quedaría observar como pasa desde afuera, o morir con ella.

Se encontraba tan hundida en sus pensamientos que ya no sentía el dolor de las lágrimas en su rostro, la luz que irradiaba su piel como respuesta al agua era una molestia a la que ya se había acostumbrado con los años, sobre todo en los momentos del baño. Así que no notó cuando Azami la abrazó por detrás, empapada y con una cubeta llena de moluscos a su lado. Su piel inmediatamente se quejó por el agua y Azami se sintió fatal al ver su rostro lleno de lágrimas.

Búscame en el agua.Where stories live. Discover now