Capítulo 46

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Antes de la maldición.


Chiemi sabía que debía alejarse de él, pero durante toda su vida había esperado que llegara alguien como Dereck. Añoraba que alguien la hiciera dudar sobre sus decisiones y sobre todo que la hiciera escapar de la monotonía que impregnaba su vida.

Aquella noche sería la última noche de Dereck en la enfermería, luego de una semana de citas espontáneas. Ella, sin duda, había disfrutado cada momento que había compartido a su lado, y se sentía un poco ansiosa por saber qué pasaría después. Se había acostumbrado a su presencia en la enfermería y a partir de aquella noche él sería libre de partir, a ella le asustaba la manera en que le preocupaba si él volvería...

Acababa de despertar, y lo primero que la invadió fue el presentimiento que tenía de que, a partir de ese día, su vida volvería a ser lo que era antes de que Dereck apareciera en su vida. Siempre había soñado con su posición en la enfermería, durante toda su vida había repetido para sí misma que esta era su misión en la vida. Pero ahora quería algo más, no estaba segura de querer volver a la normalidad.

No se encontraba con todos los ánimos aquel día. Pero, sin embargo, decidió salir con su mejor sonrisa, quería darle a Dereck razones para extrañarla y querer volver a verla. Aquel día había cambiado su pelo suelto por una coleta alta, y había dejado dos mechones sueltos enmarcando su rostro. Normalmente, no llevaba maquillaje, así que no quería exagerar usándolo, y decidió ponerse su perfume favorito antes de salir. Cuando se dirigió a la puerta, lista para salir, escuchó golpes suaves viniendo de ahí, alguien estaba llamándola.

—Adelante —respondió, y la puerta se abrió desde el otro lado. Era una de las enfermeras que estaba al cuidado de Dereck, y traía una pequeña nota en sus manos. Al igual que una sonrisa picarona en la boca.

—Buenos días, señorita —la saludó la enfermera y le pasó la nota—. Tengo esto para usted, es del señor Dereck.

Buenos días, solecito. Me hubiese gustado quedarme para deleitarme con tu presencia como todos estos últimos días, pero tuve que irme antes por cuestiones de trabajo. Tus talentosas enfermeras fueron muy amables al cuidarme todos estos días y asegurarse de que estuviera listo para salir hoy. Realmente eres la mejor en lo que haces, y sé que serás la mejor en todo lo que te propongas.

Esto no es una despedida, no creas que te libraste de mí tan fácil. Tenía algunos asuntos por resolver, pero antes de irme quise dejarte un regalo para que tú y tus compañeros sigan haciendo lo que tanto aman. Hoy recibirás un cargamento con suplementos para la enfermería, tómalo como un agradecimiento por todo lo que hiciste por mí.

Y algo más, esta tarde será la inauguración del restaurante de uno de mis mejores amigos. Te dejo la dirección apuntada por si quieres acompañarme.

Con cariño,
Dereck.

—¿Qué dijo? —su enfermera estaba más ansiosa que ella misma. Recordó aquel momento en que ambas aceptaron que Dereck era muy guapo.

—Dijo que consiguió suministros para nosotros por la atención que le dimos.

—¡Eso es increíble!

—Lo sé, me alegra mucho. Él sabe cuánto me importa la enfermería y significa mucho viniendo de él —aceptó Chiemi, que aún no se imaginaba cómo lo había logrado.

—Supongo que tuvo que hablarle muy bien de la enfermería a su padre —le dijo la enfermera.

—Tienes razón. Ni siquiera me imagino esa escena, sabes lo mal que piensan los sabios de nosotros.

Búscame en el agua.Where stories live. Discover now