Capítulo 19

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Darya se imaginaba mostrándole su don a su padre, y la cara que pondría Azami al verla manipular el agua. Y se negaba rotundamente a aceptar que su familia continuara su vida sin ella. Durante años, habían llegado a muchos acuerdos para convivir y hacer su vida un poco más fácil, a pesar de las limitaciones de cada uno. 

Recordaba cómo su padre y Azami intentaban hacer que el otro lavara los platos y cómo ella durante toda su vida no pudo participar en esas constantes peleas, porque no podía tocar el agua. Sin embargo, ahora que ella no estaba, a Azami le tocaría cocinar, una tarea que ella evitaba a toda costa, por su temor a las plantas y cultivos.

Intentó no sobre pensar las cosas, y darse la oportunidad de disfrutar aquello que estaba viviendo, luego vería cómo lo solucionaría. En aquel momento, con la mano aún sumergida en el arroyo, no podía creer lo que estaba sintiendo y observando. Las gotas de lluvia habían obstruido su visión antes, pero después de un rato, Darya notó que la corriente del agua cambiaba de dirección cuando movía su mano. Descubrió que de esa manera podía controlar la dirección que tomaba el agua. 

Asombrada con lo que acababa de pasar, levantó la mano rápidamente, sacándola del agua, y ahí notó que el agua seguía su mano, una pequeña corriente de agua salía del arroyo y seguía a su mano mientras esta la movía lentamente en el aire, sin poder creerlo.

Siempre había sabido que tenía un don con el agua, los Blue podían crear y manipular el agua a su gusto, pero nunca pensó que podría hacerlo ella misma, sin saber realmente qué era lo que estaba haciendo.

Intentó poner el agua de vuelta en su lugar, pero cada vez que levantaba la mano, un pequeño chorrito de agua la seguía. No sabía cómo quitárselo, así que comenzó a sacudir su mano rápidamente hasta que de alguna manera logró soltarse y el chorro de agua se dirigió con mucha fuerza hacia una de las paredes de la casa de Eamon.

—¡No! —gritó mientras se cubría los ojos, lo menos que quería era romper algo.

Aquel pequeño misil de agua se estrelló contra la pared, y aunque el ruido fue algo fuerte, no causó ningún daño. Escuchó cómo se movía algo dentro de la casa, y pudo ver a Eamon mirando por la ventana hacia afuera, examinando todo con la mirada mientras entrecerraba un poco los ojos para ver mejor.

Por un momento, Darya juraría que él había podido verla, pues sus ojos se dirigieron en su dirección. Aunque no causó ninguna reacción en él, su mirada la hizo sentir extraña, aun sabiendo que él no podía verla, estaba segura de que sus ojos habían conectado con los suyos un segundo. La invadió una tristeza enorme, imaginando que quizás no podría verlo a los ojos nunca más. 

Se sentía cada vez más vacía al ver todo pasar sin poder interferir, como si ella ya no existiera. Pensó en su padre, en su hermana, y en todo lo que había luchado por construir un futuro al lado de Eamon, lo había perdido todo, solo era un fantasma más.

Quería intentar comunicarse con Eamon, de verdad quería pedirle ayuda. Pero después de verlo, supo de inmediato que, aun teniéndolo de frente, era imposible para él verla.

Se sentía ahogada, su respiración era cada vez más fuerte y acelerada, su cabeza se estaba llenando de preguntas que sabía que nadie podría responder. ¿Y si no podía hablar con ellos nunca más? ¿Qué pasaría con sus cultivos? ¿Cómo sobreviviría Eamon a partir de ahora? ¿Y si se olvidaban de ella? ¿Tendría que verlos crecer mientras ella se mantenía a la distancia? ¿Le tocaría ver a Eamon enamorarse de alguien más? ¿Y sus muertes? ¿Estaría condenada a siempre observar desde lejos todo? ¿Y si esto duraba para siempre?

Por primera vez en su vida podía llorar con total libertad, las lágrimas ya no ardían al deslizarse por sus mejillas, pero su pecho se sentía apretado. No sabía a dónde ir, estaba perdida.

Se acercó lentamente a la ventana, y pudo ver a Eamon dormido en su cama, con un libro en el pecho. Los recuerdos de la noche anterior la perseguirían por toda su vida, si a eso le podíamos llamar vivir. Se imaginó ahí con él, el agua se sentía muy fría, añoraba el calor de su cuerpo.

‌El tiempo había perdido totalmente su sentido, así que no podía asegurar cuántas horas se había quedado ahí en la ventana, observándolo dormir. Era consciente de lo macabro de su situación, en ese momento, ella era como un fantasma que observaba a Eamon mientras él estaba dormido, si él lo supiera, sería toda la pesadilla, pero al menos no tenía forma de saberlo.

Mientras lo observaba dormir, asimiló muchas cosas. A partir de ahora, no podría hacer nada con ellos, solo dejar las cosas pasar y observar cómo vivían su vida sin ella. Pero saber que de alguna manera podía controlar el agua, le daba esperanza. Quizás había una manera de comunicarse con ellos a través del agua. Tenía que buscar una forma de aprender más sobre su don.

Con su nuevo plan trazado, tomó la decisión de dejar de observar a Eamon. Aunque no tenía un destino claro en mente, sabía que debía encontrar un lugar con mucha agua cercana, tenía mucho que practicar.

Supo que su momento de marcharse había llegado cuando vio a Azami acercarse a la casa de Eamon. Podía notar en ella un semblante nervioso, incluso en su manera de caminar. Sin duda, la conocía demasiado. Azami sostenía el paraguas con ambas manos y traía el cabello recogido, algo que denotaba la gravedad del asunto, ella nunca recogía sus rizos.

Al verla aproximarse a la puerta, Darya aceleró su paso y se colocó a su lado junto a la puerta. La vio dudar en sí tocar la puerta o no. Y en ese momento, Darya entendió lo que Azami había venido a hacer.

Eamon no tenía idea de lo que había pasado con Darya. Ellos habían quedado en verse para reabastecer el puesto, pero Darya nunca llegó. Se preguntó qué pudo haberle dicho Azami para explicarle su ausencia, porque había funcionado. Sin embargo, ahí estaba. Darya podía notar su nerviosismo, ¿cómo le dices a alguien que la persona a la que ama desapareció por la maldición?

Azami siempre creyó que intercambiar dones con su hermana sería la solución a sus problemas. Y a Darya, en realidad, no le molestaban las plantas, había aprendido a quererlas. Sin embargo, ambas habían llevado sus vacíos legales demasiado lejos, subir a una Blue a un bote había sido demasiado.

Y ahora Azami estaba a punto de asumir la responsabilidad por lo que había pasado.

—Va a odiarme —la escuchó decir.

Darya sabía que aunque le respondiera, Azami no podría escucharla, pero igual lo intentó.

—Fue mi decisión seguirte al bote, tú has estado ahí para mí cuando más lo he necesitado y siempre supe que estaría dispuesta a dar mi vida por ti, Zami.

En aquel momento, Darya pudo notar como una lágrima se deslizaba por la mejilla de Azami. Sus labios temblaban, sabía que aquello que estaba por hacer era muy difícil, pero se alegraba de que quisiera decirle la verdad a Eamon. Darya no quería que él pensara que ella también lo había abandonado.

Recordaba como Azami le había prometido que iba a encontrarla, y decidió que era momento de devolverle la promesa.

—Te prometo que volveré, Zami. No dejaré que me olvides.

Aquello pareció tener un efecto sobre Azami, aunque Darya notó que ella aún temblaba un poco, en parte debido al frío, la vio levantar la mano y tocar la puerta con firmeza.

Para Darya había sido muy difícil ver a Azami llorar en el bote después de que ella había desaparecido, y sabía que verla contarle a Eamon lo que había pasado destrozaría a ambos. No era muy fanática de las despedidas, así que sin decir nada más decidió marcharse.

Búscame en el agua.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora