Cap 2: Hot Emi

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En el viaje, Dibu aprovechó para contarte sobre él. Estaba soltero, tenía 30 años. Te contó sobre sus animales, entre otras cosas. Aunque por mensaje parecía que sólo buscaba una cosa, en persona era un hombre dulce, por lo menos hasta ahora.

Charlaron un rato sobre sus vidas, hasta que en un momento se quedaron en silencio. El Dibu parecía tímido.

-¿A dónde estamos yendo? -preguntaste.

-¿Comiste?

-Sí, hace un rato.

-¿Querés tomar algo?

-Bueno, dale.

Llegaron a un bar, había muchos extranjeros, el patovica lo vio a Dibu y luego te miró a vos. Inmediatamente les abrió la puerta y el Dibu te llevó al balcón.

Pidieron para tomar, vos una bebida frutal y él Whisky.

-¿Qué pasa que estás callada? -Dijo Dibu sonriendo.

Vos lo miraste y te reíste, diste un sorbo de la bombilla saboreando tu bebida.

De repente sentiste la pierna de Dibu en la tuya, la rozaba con cuidado, el joggin era suave. Dibu parecía distraído, miraba el paisaje desde el balcón. Lo observaste y notaste su distintivo lunar marrón en la mejilla.

Arrimaste la silla hacia adelante, si bien Dibu te estaba tocando las piernas con las suyas, vos no llegabas a hacer mucho, ya que tus piernas no eran tan largas. Moviste tu pierna hacia adelante, haciendo el mismo movimiento que él. El abrió las piernas y levantaste la tuya para tocarle el muslo interno con la zapatilla.

El Dibu sacó los brazos de la mesa y te agarró el pie, mirando hacia abajo te desató los cordones de la zapatilla y te la sacó, comenzó a masajearte el pie con cuidado. Sus pulgares eran duros. Sentiste como una cosquilla te recorrió todo el cuerpo, te pusiste nerviosa. Su expresión era seria, como si nada estuviera pasando.

En un momento, Dibu te sacó la media y apoyó tu pie sobre su muslo. Vos lo acariciabas, tímidamente.

De a poco, ibas cada vez más a su entrepierna, lo sabías porque la zona cada vez estaba más tibia y calurosa, hasta que llegaste. Sentiste un cosquilleo en la planta del pie, al sentir el bulto duro del Dibu. Lo miraste, él tomó un sorbo de whisky y suspiró. Le pasabas los dedos por la entrepierna, el cerró los ojos. Lo disfrutaba, se le ponía cada vez más dura. Vos sentías cosquilleos en la vulva.

Rápidamente, Dibu te agarró el pie y te puso la media y la zapatilla, sin atarte los cordones, te bajó la pierna cuidadosamente e hizo fondo al vaso de whisky. Se levantó, bajándose la campera, tapando su entrepierna. Dejó unos dólares en la mesa y te agarró de la mano, haciéndote levantar de la silla.

Salieron del bar sin mediar palabra, caminaron hacia el auto, que estaba estacionado en una calle transitada y llena de gente. Vos te subiste al auto y él también. Rápidamente cerró la puerta.

Te agarró de la nuca con una mano y te arrimó hacia su rostro. Te comió la boca, entrelazaron sus lenguas, su respiración estaba acelerada, parecía que se lo estuvo aguantando todo este tiempo. Sentías que te latía el clítoris. No pudiste evitar largar un gemido de placer.

Dibu se echó hacía atrás y te miró de arriba a abajo.

-¿Te diste cuenta de lo buena que estás?

Vos sonreíste y tragaste saliva, sentías el sabor a whisky que te había dejado en la boca.

-Te juro que me encantás, Dibu. -le dijiste sin timidez

-Decime Emi. -Te contestó.

Se miró en el espejo retrovisor y se acomodó el pelo.

Vos lo mirabas, el pelo cortito, la bandera de Argentina al costado, el olor a perfume de hombre, las piernas largas. Era hermoso, era sensual y le tenías muchas ganas.

Metió la llave y arrancó. Apoyó su mano enorme en tu muslo, que estaba frío. Lo apretó con fuerza y el dolor se transformó en placer. El Dibu era muy atento para manejar, nunca desviaba la vista de la calle. Pero su mano te deseaba.

Comenzó a acariciar tu muslo interno, iba de arriba hacia abajo. En algunos momentos te llegaba a tocar la bombacha y a vos se te paraba el corazón. Pero seguía acariciando.

Vos, deseosa, te abriste de piernas gradualmente. Él sonreía mostrando los dientes. Te subió el vestido con la mano y con el dedo del medio te empezó a frotar despacito encima de la bombacha. Para este punto vos estabas completamente mojada.

-Sos chancha eh.

Te pusiste colorada, y él te miró, con una mano en el volante y la otra frotándote. No se iba a detener. Vos sentías sus ojos sobre vos pero no lo querías mirar.

Dibu buscaba una reacción tuya, entonces sumó otro dedo. Ahora el índice y el medio te acariciaban la vulva de arriba a abajo, tu bombacha se movía con destreza, mojada. Entonces en un momento te corrió la bombacha al costado y comenzó a masajearte el clítoris directamente. Vos no pudiste evitarlo, respiraste por la boca largando un sonido.

-Ufff...

Sacó la mano despacio, creando un pequeño hilo de flujo. Vos te acomodaste en el asiento y te arreglaste el vestido y la bombacha.

El Dibu se acomodó el bulto en el joggin.

Estaba llegando al destino, el hotel donde se estaba hospedando. Entró al estacionamiento, estaba lleno de autos lujosos. Cuando se detuvo y sacó la llave vos arrimaste a bajar, pero el Dibu te agarró del brazo con fuerza. Vos lo miraste.

-Dejá que yo te abra la puerta.

Se bajó rápidamente y te abrió, vos bajaste y él cerró la puerta.

Te agarró de la cintura y te levantó, como si no pesaras nada. Te agarró por sorpresa. Vos entrelazaste tus piernas en su espalda y te apoyó en el capó del auto. Te rozaba toda la verga en la bombacha mientras te besaba sin parar.

Te besó el cuello e iba bajando hasta tu panza, luego tu pelvis y te bajó la bombacha, luego te subió el vestido.

-Ay Emi, Dios. -gemías, la excitación te recorría todo el cuerpo. Desde el clítoris hasta la garganta.

-Shhh... Mirá que te como. -te miró desde abajo con sus ojos marrones y una sonrisa picarona.

Como si fuera un chiste, lo siguiente que hizo fue enterrar su cara en tu vulva, lamiendo con su lengua desde tu vagina hasta tu clítoris. De abajo hacia arriba, como un helado. Hiciste tu mejor intento para reprimir cualquier sonido pero te parecía imposible, mordiste tu labio inferior, tanto como pudiste.

Le agarraste la cabeza enterrando tus dedos en su pelo y empujándolo hacia adentro como si pudiera meterse más, enterrando su nariz. Él parecía disfrutarlo tanto como vos. Podía haber gente pasando, podían haber cámaras, pero en el momento a ninguno de los dos parecía importarle.

Se levantó y te bajó el vestido, te termino de sacar la bombacha y se la guardó en el bolsillo. Procedió a besarte y vos no te negaste. Estabas muy excitada, tanto que sentías que nada podía ser mejor, pero te equivocabas.

Dibu Martínez (+18)  "Mirá que te como" 🔥 [TERMINADA]Where stories live. Discover now